Editorial Alaire

Hay huecos en las cárceles internas,
vacíos
donde la herida guardó su sangre;
travesías sin luz
que oscurecieron los gestos,
espuma temprana que abandonó el barco mirando al sur.

Hoy estrellas incrustan
luz en plata sobre las olas.
Renacen poemas oteando
un horizonte que dice infinito.
Se abren cuevas de acordeón
donde cabe el mundo.

Allí, mirando en azul,
-expandiendo en las aguas
quietud y devoción-
donde la brisa aloja la palabra que rasga la coraza
(que fue luto del sueño),
y lapida el amargo silencio.

Huele a resurrección,
al boceto del rostro que sonríe,
a sal, guardiana de emociones
que aún incendian los párpados
diluidos, que derretían versos.

Por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines.

Muy hermoso poema, Pilar. Preciosas imágenes y maravillosa sensibilidad.
Un placer de lectura.

Abrazos.

Ramón Castro Méndez escribió:Muy hermoso poema, Pilar. Preciosas imágenes y maravillosa sensibilidad.
Un placer de lectura.

Abrazos.

Me alegra verte, querido amigo, por estos versos compartiendo tu palabra.
Abrazos
Pilar

Desborda sensibilidad querida amiga...
Siempre grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

"Por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines."

Sublime este reencuentro, esta resurrección maravillosa que fascina por sus profundas y espléndidas imágenes. que culminan en este
bellísimo broche.

Saludos, Pilar

Hermoso e interesante trabajo, amiga Pilar.
Abrazos.

anta la última estrofa, las otras tambien,
pero la última especialmente.

"por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines"

Qué bonita y significativa.
Da que pensar.

Hay delfines que besan...que no quieres que se acabe nunca.
Si pudieran congelarse algunos momentos y volver a revivirlos tan fácil como descongelar
y volver a congelar.

Un beso, pero de los otros, de compañeras

Pilar Morte escribió:
Huele a resurrección,
al boceto del rostro que sonríe,
a sal, guardiana de emociones
que aún incendian los párpados
diluidos, que derretían versos.

Por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines.

Es un poema precioso, Pilar, el mar tiene ese poder, el de hacernos olvidar, sobrevivir, resucitar, y sentirnos, como los delfines... libres y felices.
Besos, amiga y compañera.

Lunamar Solano escribió:Desborda sensibilidad querida amiga...
Siempre grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, querida amiga, por dejar tu grata palabra,
Besos
Pilar

Allí, mirando en azul,
-expandiendo en las aguas
quietud y devoción-
donde la brisa aloja la palabra que rasga la coraza
y lapida el amargo silencio.


Bellísimo decir Pilar. Me pregunto, si habrá quizás, manera alguna de poner de la manera más hermosa, sal sobre la herida.

Un abrazo fraterno.

Marimar González escribió:"Por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines."

Sublime este reencuentro, esta resurrección maravillosa que fascina por sus profundas y espléndidas imágenes. que culminan en este
bellísimo broche.

Saludos, Pilar

Gracias, querida amiga, por dejar tu generosa huella.
Besos
Pilar

Mucha belleza y muchos aciertos, querida Pilar.

Un gran trabajo que aplaudo con emoción.

Abrazos.

Muy buena entrega, Pilar, sobre todo en este cierre:

"Por fin eres tú;
sobreviviste tanto tiempo amarrada a la orilla
que olvidaste
como se besan los delfines"

Vuelves al océano de la vida, buscando esos delfines de la felícidad.

Un bico, Pilariña.