Se marchan las tardes, pero queda la poesía que las intuyó aunque las despedidas sean tan lentas como la bruma. Los recuerdos no olvidan.Ramón Castro Méndez escribió:Sobre tus ojos cae la tarde
con la luz velada de los sueños
y en tu mirada se refleja
un horizonte de indecisos colores.
Las luces de alta mar inflaman el aire
como un estallido en medio del ocaso,
y una luminosidad omnisciente
vaga como sombra sin rostro
entre los esqueletos de los barcos.
Envuelto en su nebulosa crisálida,
el sol desciende sobre las calles,
trasunto de náufragos felices.
El cielo se encoge en un lamento
y cierra los párpados a un confín oscuro.
Se nos fue la tarde
y celebramos su ausencia
bebiendo el vino de otras bocas,
hablando de canciones
que no debieron haber sido escritas.
El rumor de la resaca
nos trajo amaneceres ciegos
más allá de esta noche que ahora acontece.
Se nos fue la tarde
en un breve adiós para tan larga despedida.
Intenso y emocional poema.
Un abrazo, poeta Ramón, con café de por medio.