Editorial Alaire

Es difícil aprender a sufrir, aprender a escuchar
cuando la vida habla.
Aprender a mirar cuando el sol del destino
juega con nuestras sombras.
Cuando de las montañas brota la soledad
como una senda enajenada
y el perdón por nuestros juicios
es el curso de la corriente multicolor
de la humanidad.


Hemos sentido el sismo de la tierra,
compartido el dolor, la pobreza
y el hambre.
¡Es un mundo extraño!
Cuántos corazones palpitan
bajo el filo del bisturí,
sobre la soledad llena de víboras
y sapos al acecho.
Continúa la fina hebra atada al silencio
intimidando, arrojando piedras
de fríos espacios exhalando aroma
de estrellas.

Yo sigo un tanto cómica, sacada
de la retorta del alquimista,
cerrando la noche, y en la mañana
siguiente la elevada cima
que emerge en las aguas...

Se presta la mañana de domingo
para un tiempo relajado, para leer
y escuchar versos, compañera, los tuyos.
Un verdadero placer, Carmen,un abrazo.

Has escrito, compañera, un soberbio poema, no sé si triste tu alma al escribirlo, soñando en la noche, o componiendo en el amanecer, pero con comas y puntos en cada verso del diálogo. Te felicito con toda sinceridad.

Desde mi isla, un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

Es difícil hacerse al lado oscuto de l vida
Hermosos versos.
Abrazos
Pilar

Sensacional poema, Carmen:

Aplausos... muchos
Besos
Ana

Rosario Martín escribió:Se presta la mañana de domingo
para un tiempo relajado, para leer
y escuchar versos, compañera, los tuyos.
Un verdadero placer, Carmen,un abrazo.

Gracias, Rosario.
Me alegran tus palabras.
Un abrazo, compañera.

Un poema de gran profundidad y belleza. Te felicito. Un abrazo.

Me gustó mucho el poema, Carmen. Se siente un tanto doloroso y llega dentro. Gracias por compartirlo.

Un abrazo

Àlex

Sin palabras, amiga
un abrazo

Carmen Pla escribió:Es difícil aprender a sufrir, aprender a escuchar
cuando la vida habla.
Aprender a mirar cuando el sol del destino
juega con nuestras sombras.
Cuando de las montañas brota la soledad
como una senda enajenada
y el perdón por nuestros juicios
es el curso de la corriente multicolor
de la humanidad.


Hemos sentido el sismo de la tierra,
compartido el dolor, la pobreza
y el hambre.
¡Es un mundo extraño!
Cuántos corazones palpitan
bajo el filo del bisturí,
sobre la soledad llena de víboras
y sapos al acecho.
Continúa la fina hebra atada al silencio
intimidando, arrojando piedras
de fríos espacios exhalando aroma
de estrellas.

Yo sigo un tanto cómica, sacada
de la retorta del alquimista,
cerrando la noche, y en la mañana
siguiente la elevada cima
que emerge en las aguas...

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Aprender a escuchar... sí, muy difícil, porque vamos ecuchándop nuestro propio canto, las sirenas que nos ronronean y no vemos más allá.

Abrazos mediterráneos, como siempre.

Yo sigo un tanto cómica, sacada
de la retorta del alquimista,
cerrando la noche, y en la mañana
siguiente la elevada cima
que emerge en las aguas...

Si, es difícil, muy difícil aprender a sufrir, a escuchar cuando la vida habla en un mundo incomprensible, pero tendremos que aprender a no acostumbrarnos al dolor, como bien lo resuelves al final de tu enorme poema. Siempre un gusto leerte mi querida Carmén, mi abrazo grande.

Cecilia

Profundidad y plenitud en la expresión de tus versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Bueno Carmen, que es poema que merece estar arriba y arriba y más arriba. La certera honestidad con la que desencantas y encantas el vivir, emociona Carmen. El final, ni te cuento.

Un placer pasar por tu ventana.

Un abrazo

...cuántos corazones palpitan
bajo el filo del bisturí

estos versos transmiten una punzada fría que llega bien adentro...estupendo poema, Carmen. Un placer leerte.

Un abrazo.

Hermoso e interesante trabajo, amiga Carmen.
Abrazos.