Un día te das cuenta

[M. Sánchez]

Un día te das cuanta
de que has andado tanto
que en el mundo no quedan casi orillas
para poder cruzar. Y ves
que las montañas ya no pesan,
que el idioma no importa, que molestan
las prótesis dentales
porque el agua que bebes
no es para masticar. Y te dices
que no, que no es verdad
que alguna vez tuvieras padre y madre,
que no es cierta la nieve que traspasa
los ojos medio heridos
de las rosas de invierno. Y entonces te parecen imposibles
las manos de los niños, tantos versos escritos
al borde de una hoguera, tanta fe entusiasmada
que se fue a naufragar.

[Pilar Morte]

Qué bien has expuesto el paso por la vida. Me gustó mucho
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

Llevar la vista por adelante recordando lo que viste es misión perfecta para no tropezar. Lo de atrás siempre hará de base
y servirá de ayuda. Buen poema, amigo y me encantó el punto de vista y la silueta de la imagen en el todo mismo.

Un abrazo

[José Manuel F. Febles]

Yo lo interpreto como una vuelta a la vida, donde se pierde la fe, en la esperanza, después de tanto caminar. Nos ofreces un lirismo donde impera una gran sensibilidad. Un excelente poema, compañero.

Desde mi isla un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

[Alberto Madariaga]

Con una temática radicalmente distinta, pero hay episodios de este poema que me recuerdan a los célebres Relatos de Kolymá de Varlam Shalamov.

Un poema que me pone a pensar, en especial por ese recurso plástico muy bien empleado como es: «el agua no es para masticarse». Creo mi estimado que usas muy bien la poesía, que tienen tus poemas una grata esencia que es bueno leer en estos comienzos de año.

Un aplauso a este poema.

[E. R. Aristy]

Un día te das cuanta
de que has andado tanto
que en el mundo no quedan casi orillas
para poder cruzar. Y ves
que las montañas ya no pesan,
que el idioma no importa, que molestan
las prótesis dentales
porque el agua que bebes
no es para masticar. Y te dices
que no, que no es verdad
que alguna vez tuvieras padre y madre,
que no es cierta la nieve que traspasa
los ojos medio heridos
de las rosas de invierno. Y entonces te parecen imposibles
las manos de los niños, tantos versos escritos
al borde de una hoguera, tanta fe entusiasmada
que se fue a naufragar.

Creo que cada día tus manos son mas diestras en llevarnos a ese universo de arte y de historias dentro del arte. Pero no solo eso, tus poemas son la alquimia del tiempo y os pesares, lo eterno de la belleza. Las manos de los niños, tantos versos quemando en una hoguera que entibiece al atardecer...Aunque humanamente triste por el paso del tiempo, tu poesia alza un vuelo hacia el poema eterno, el poema imborrable. Te felicito, Manuel!

[M. Sánchez]

Qué bien has expuesto el paso por la vida. Me gustó mucho
Besos
Pilar

Me alegro mucho , Pilar. Muchas gracias.
Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un gran exposición lírica de esa cierta frustración o desengaño que aparecen al pasar de los años.

Todo un placer de lectura, amigo Manuel.

Feliciano para ti y todos los tuyos.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Maravillosa esta historia de un desengaño. El paso del tiempo, a veces, no sé si por propia convicción, nos invita a pensar aquello de que "no era para tanto". Magnífico poema, redondo, no le sobra ni le falta nada. Todo un acierto, sin duda.

Mi felicitación.

Un fuerte abrazo.

[Cecilia Martos]

Un día te das cuanta
de que has andado tanto
que en el mundo no quedan casi orillas
para poder cruzar. Y ves
que las montañas ya no pesan,
que el idioma no importa, que molestan
las prótesis dentales
porque el agua que bebes
no es para masticar. Y te dices
que no, que no es verdad
que alguna vez tuvieras padre y madre,
que no es cierta la nieve que traspasa
los ojos medio heridos
de las rosas de invierno. Y entonces te parecen imposibles
las manos de los niños, tantos versos escritos
al borde de una hoguera, tanta fe entusiasmada
que se fue a naufragar.

Enmarco todo tu poema, un recorrido por la vida con todos sus altibajos, como un suspiro a veces amargo, donde vamos dejando todo lo que somos, donde vamos perdiendo todo lo que fuimos, me gusta lo que dices y como lo dices, un poema enorme, abrazo fuerte Poeta.

Cecilia

[M. Sánchez]

Llevar la vista por adelante recordando lo que viste es misión perfecta para no tropezar. Lo de atrás siempre hará de base
y servirá de ayuda. Buen poema, amigo y me encantó el punto de vista y la silueta de la imagen en el todo mismo.

Un abrazo

Gracias por tu comentario, Guillermo.
Un abrazo.

[M. Sánchez]

Yo lo interpreto como una vuelta a la vida, donde se pierde la fe, en la esperanza, después de tanto caminar. Nos ofreces un lirismo donde impera una gran sensibilidad. Un excelente poema, compañero.

Desde mi isla un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

Me alegro mucho de que te gustara, José Manuel. Gracias por leer y comentar este poema.
Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Con una temática radicalmente distinta, pero hay episodios de este poema que me recuerdan a los célebres Relatos de Kolymá de Varlam Shalamov.

Un poema que me pone a pensar, en especial por ese recurso plástico muy bien empleado como es: «el agua no es para masticarse». Creo mi estimado que usas muy bien la poesía, que tienen tus poemas una grata esencia que es bueno leer en estos comienzos de año.

Un aplauso a este poema.

Tienes razón, Alberto, en mis poemas nunca llega la sangre al rio, en los relatos de Shalamov sí.
Te agradezco lo que dices de mi poesía, sobre todo porque yo escribo para ver si consigo que el lector disfrute con mis poemas, no tengo otra pretensión.
Tus palabras son un estímulo.

Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Un día te das cuanta
de que has andado tanto
que en el mundo no quedan casi orillas
para poder cruzar. Y ves
que las montañas ya no pesan,
que el idioma no importa, que molestan
las prótesis dentales
porque el agua que bebes
no es para masticar. Y te dices
que no, que no es verdad
que alguna vez tuvieras padre y madre,
que no es cierta la nieve que traspasa
los ojos medio heridos
de las rosas de invierno. Y entonces te parecen imposibles
las manos de los niños, tantos versos escritos
al borde de una hoguera, tanta fe entusiasmada
que se fue a naufragar.

Creo que cada día tus manos son mas diestras en llevarnos a ese universo de arte y de historias dentro del arte. Pero no solo eso, tus poemas son la alquimia del tiempo y os pesares, lo eterno de la belleza. Las manos de los niños, tantos versos quemando en una hoguera que entibiece al atardecer...Aunque humanamente triste por el paso del tiempo, tu poesia alza un vuelo hacia el poema eterno, el poema imborrable. Te felicito, Manuel!

Muchas gracias, ERA, por este bello comentario. Yo trato de acercarme al lector con las cosas que me importan, y que creo que todo el mundo va a entender. Y desde luego, como ya he dicho en muchas ocasiones, persigo la belleza. Es lo que me hace disfrutar, cuando disfruto, de la poesía que leo. Eso es lo que quiero compartir con las personas que son afines a mí en este mundo de la poesía.
Me alegra muchísimo que encuentres en estos poemas que publico un valor que te haga disfrutar de esta nuestra afición común.

Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Un gran exposición lírica de esa cierta frustración o desengaño que aparecen al pasar de los años.

Todo un placer de lectura, amigo Manuel.

Feliciano para ti y todos los tuyos.

Un abrazo.

Gracias J.J. Lo mismo digo: Feliciano.

Un abrazo.