Editorial Alaire

Me ha sobrecogido el poema porque me ha hecho sentirme cerca del final. Preciosos versos.
Abrazos
Pilar

Me ha sobrecogido el poema porque me ha hecho sentirme cerca del final. Preciosos versos.
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Me ha sobrecogido el poema porque me ha hecho sentirme cerca del final. Preciosos versos.
Abrazos
Pilar

Mi estimada Pilar, fiel lectora de mis trabajos, gracias por tu grata presencia y por tus agradable opiniones.

Recibe un cariñoso abrazo, Piilar

gonzalo

Gonzalo, es un texto hermoso y duro de leer. En ciertos momentos de la vida, a todos se nos apaga la luz y no solo de la vela, sino la luz que hay en todas las cosas. Y como siempre nosotros humanos con nuestro temor a lo desconocido… no sabemos hacía dónde ver cuando nada nos alumbra… pero queda la esperanza de que – como bien dice Juarroz- : "Allí donde la luz no alumbra, tal vez alumbre la sombra".

Un abrazo cordial.

Por un momento me ha puesto el vello en formación y eso quiere decir que transmite.
Muy bueno,un saludo

Sidel Zeissig escribió:Gonzalo, es un texto hermoso y duro de leer. En ciertos momentos de la vida, a todos se nos apaga la luz y no solo de la vela, sino la luz que hay en todas las cosas. Y como siempre nosotros humanos con nuestro temor a lo desconocido… no sabemos hacía dónde ver cuando nada nos alumbra… pero queda la esperanza de que – como bien dice Juarroz- : "Allí donde la luz no alumbra, tal vez alumbre la sombra".

Un abrazo cordial.

Mi estimada Sidel, gracias amifa por tu grata presencia y por el amable y acertado comentario que me dedicas
Un cariñoso abrazo, Sidel

gonzalo

Interesante y duro trabajo, amigo Gonzalo.
Abrazos.

Gonzalo Martínez escribió:Si la luz de un vela se extingue
se hace noche el entorno presente
pues las sombras se visten de negro
y anuncian su muerte.

Es posible que siga los pasos
de la vela que cita el poema
pues observo mi luz que se apaga
y el fin que se acerca.

Cuando ves que se acaba el camino
los temores se adueñan del alma,
nos abisman en ese dilema,
de ser… o ser nada…

Es un tema recurrente de vital importancia y trascendencia, y lo tratas con la medida exacta de tristeza y del misterio que en vez de un bifulcación en el camino, o un capullo que abre es una mantilla que cubre la coronilla del más logrado genio igualmente como a un niño habrá de cerrar el casco duro para proteger el blando pasaje al misterio de Dios;

Cuando ves que se acaba el camino
los temores se adueñan del alma,
nos abisman en ese dilema,
de ser… o ser nada…



Claro que esta es solo una interpretación. Porque realmente duele el aguijón de la muerte. Me conmueve tu contemplación de tu propia mortalidad, Gonzalo. E. R. Aristy