El poema como obra de arte
Publicado: Jue, 21 Sep 2017 17:01
El poema como obra de arte
Antes de entrar en el tema que nos interesa, leamos:
El arte (del latín ars, artis, y este del griego τέχνη téchnē)1 es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado con una finalidad estética y también comunicativa (Wikipedia).
Evidentemente, se trata de la definición más simple, ya que la "finalidad estética" puede implicar una belleza libertina, caótica, arbitraria: Faltaría agregar que el concepto: “arte poético” abarca también la actividad artesanal o de orfebrería; es decir, aquella actividad que se realiza con una profunda conciencia del instante, el pulcro cuidado de la forma, la consecución de la belleza en la estructura formal del poema. Esta belleza, que sobrecoge el espíritu del lector, proviene de dos fuentes: la metafórica, en cuanto a su feliz corolario; y la musical, en cuanto a la armonía cadenciosa de sus entramados lingüísticos.
Así, pues, tengo la convicción de que la verdadera poesía debe alcanzar la categoría de obra de arte. Sólo así se puede concebir la idea de un poema completo. Un poema, para ser consecuentemente Poesía, debe englobar no sólo la agitación comunicativa en el lector, sino también los aspectos armónicos y formales del poema, así como su aliñada expresión lingüística y estética. Teniendo en cuenta que un poema transmite el mensaje a través del contenido y de la forma (aspecto muy descuidado por la mayoría de los poetas actuales), deben ser siempre encarados como cualidades intrínsecas, inseparables, para que el poema sea el fiel reflejo del espíritu creador. Los poetas precisos lo saben. Los poetas visuales lo saben. Los orfebres, los escultores, los pintores, lo saben. Desgraciadamente, la gran mayoría de los poetas que escriben hoy día, no lo saben, descuidan la sonoridad, el ensamble armonioso de las palabras, las rimas internas, las isotopías, los campos semánticos, la pulcritud sintáctica y ortográficas, y se aferran tozudamente sólo a la creación de metáforas, de imágenes que buscan vislumbrar el abismo de sus estados de espíritu. Hoy por hoy, se escribe “poéticamente”, pero muy alejado de lo que sería una obra de arte. Y mi percepción me dice que no siendo una obra de arte, la poesía es una obra incompleta, mal estructurada, conformista, como un león rengo que lucha por llegar a su destino. El verdadero Poema (con mayúscula) debería alcanzar, con la paciencia del orfebre, la categoría de obra de arte: la mágica belleza que transmite la tendencia a la perfección.
Antes de entrar en el tema que nos interesa, leamos:
El arte (del latín ars, artis, y este del griego τέχνη téchnē)1 es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado con una finalidad estética y también comunicativa (Wikipedia).
Evidentemente, se trata de la definición más simple, ya que la "finalidad estética" puede implicar una belleza libertina, caótica, arbitraria: Faltaría agregar que el concepto: “arte poético” abarca también la actividad artesanal o de orfebrería; es decir, aquella actividad que se realiza con una profunda conciencia del instante, el pulcro cuidado de la forma, la consecución de la belleza en la estructura formal del poema. Esta belleza, que sobrecoge el espíritu del lector, proviene de dos fuentes: la metafórica, en cuanto a su feliz corolario; y la musical, en cuanto a la armonía cadenciosa de sus entramados lingüísticos.
Así, pues, tengo la convicción de que la verdadera poesía debe alcanzar la categoría de obra de arte. Sólo así se puede concebir la idea de un poema completo. Un poema, para ser consecuentemente Poesía, debe englobar no sólo la agitación comunicativa en el lector, sino también los aspectos armónicos y formales del poema, así como su aliñada expresión lingüística y estética. Teniendo en cuenta que un poema transmite el mensaje a través del contenido y de la forma (aspecto muy descuidado por la mayoría de los poetas actuales), deben ser siempre encarados como cualidades intrínsecas, inseparables, para que el poema sea el fiel reflejo del espíritu creador. Los poetas precisos lo saben. Los poetas visuales lo saben. Los orfebres, los escultores, los pintores, lo saben. Desgraciadamente, la gran mayoría de los poetas que escriben hoy día, no lo saben, descuidan la sonoridad, el ensamble armonioso de las palabras, las rimas internas, las isotopías, los campos semánticos, la pulcritud sintáctica y ortográficas, y se aferran tozudamente sólo a la creación de metáforas, de imágenes que buscan vislumbrar el abismo de sus estados de espíritu. Hoy por hoy, se escribe “poéticamente”, pero muy alejado de lo que sería una obra de arte. Y mi percepción me dice que no siendo una obra de arte, la poesía es una obra incompleta, mal estructurada, conformista, como un león rengo que lucha por llegar a su destino. El verdadero Poema (con mayúscula) debería alcanzar, con la paciencia del orfebre, la categoría de obra de arte: la mágica belleza que transmite la tendencia a la perfección.