Editorial Alaire

Soy gris.
El gris que se describe a sí mismo es un gris equivocado
por lo tanto no tengo cielo en el que ampararme,
soy gris sin más, gris a cuestas,
gris como los intestinos de los dioses.
Gris de sed, gris de olmos,
gris hasta la abnegación de mi existencia.
Por eso amo los caballos grises
y el cuello esbelto del infortunio.
La C de mi corazón ha quedado lejos.
Los relojes son arañas que cazan a tu pelo
y una aritmética de lluvias torrenciales
me demuestra que tus últimos besos
son el bemol del abandono.
Acuérdate que el universo es finito
al compararlo con la sabia manera de ser gris
de los caballos.
Acuérdate que el color de un caballo sobrepasa la lógica
de las estrellas caídas,
que lo que nos aproxima a la eternidad
es una bella forma de extinguirse.
Acuérdate que hay campos elejidos por los suicidas
que de repente nos transmiten su memoria
y que, entre tantas formas de decir te quiero
siempre habrá un me muero por ti
que no sea ficticio.
En su incoherente espesor
amputados pensamientos empiezan a rezar que te desnudes
porque en el avalancha de tu desnudez
esquian mis olvidos y el ocaso parece que permite
que los pinos hieran el alma de la calle.
Acuérdate que llevo cuervo por cuervo
las promesas de agosto de tus labios
al precipicio de los seres invertebrados, al fondo del mar.
Acuérdate de tener lobos en quitarte la ropa,
aunque no fuera junto a este cadáver.

Este poemazo brilla y muerde y vaticina y defiende. Todas esas yes son importantes porque son las responsables del gris asumiendo el más hermoso de los violetas.

Abrazo enorme, querido amigo.

Me gusta mucho como escribes. Un recorrido de belleza inunda al lector. Felicidades
Besos
Pilar

Creo que estás maduro como poeta, amigo. Tus versos tienen calidad y emocionan, así como trasmite el poema un mensaje de enorme trascendencia existencial.

Un abrazo grande.
Óscar

Marius un placer siempre leer tus poemas escritos con tu saber y personalidad intransferibles.

saludos

rafael

Como pez en el agua renuevas la palabra y te defiende, amigo. Qué cuajo tiene el mensaje que declaras

Tu dices que eres gris, pero hay otros colores en tus esquemas y en tus versos..
Para no ser ni frío ni caliente hay que vivir de vez en cuando y saltar en todas las direcciones.

Un abrazo

Muy bello trabajo de Marius.

La poesía de Marius Gabureanu.

Marius Gabureanu escribió:Soy gris.
El gris que se describe a sí mismo es un gris equivocado
por lo tanto no tengo cielo en el que ampararme,
soy gris sin más, gris a cuestas,
gris como los intestinos de los dioses.
Gris de sed, gris de olmos,
gris hasta la abnegación de mi existencia.
Por eso amo los caballos grises
y el cuello esbelto del infortunio.
La C de mi corazón ha quedado lejos.
Los relojes son arañas que cazan a tu pelo
y una aritmética de lluvias torrenciales
me demuestra que tus últimos besos
son el bemol del abandono.
Acuérdate que el universo es finito
al compararlo con la sabia manera de ser gris
de los caballos.
Acuérdate que el color de un caballo sobrepasa la lógica
de las estrellas caídas,
que lo que nos aproxima a la eternidad
es una bella forma de extinguirse.
Acuérdate que hay campos elejidos por los suicidas
que de repente nos transmiten su memoria
y que, entre tantas formas de decir te quiero
siempre habrá un me muero por ti
que no sea ficticio.
En su incoherente espesor
amputados pensamientos empiezan a rezar que te desnudes
porque en el avalancha de tu desnudez
esquian mis olvidos y el ocaso parece que permite
que los pinos hieran el alma de la calle.
Acuérdate que llevo cuervo por cuervo
las promesas de agosto de tus labios
al precipicio de los seres invertebrados, al fondo del mar.
Acuérdate de tener lobos en quitarte la ropa,
aunque no fuera junto a este cadáver.

Marius, llegas a la cumbre poética sin ambages, sin postulaciones, sin aires de gran cosa, sin maquillaje, estas desnudo y todo tu cuerpo lleno de cadillos. Llegas al arco de La Poesía, hecho flor. Un abrazo grande, E. R. Aristy

María tu poesía no deja indiferente, dista mucho de ser gris, es un oleaje de metáforas desenfrenadas.

Un abrazo, compañero.

Marius Gabureanu escribió:Soy gris.
El gris que se describe a sí mismo es un gris equivocado
por lo tanto no tengo cielo en el que ampararme,
soy gris sin más, gris a cuestas,
gris como los intestinos de los dioses.
Gris de sed, gris de olmos,
gris hasta la abnegación de mi existencia.
Por eso amo los caballos grises
y el cuello esbelto del infortunio.
La C de mi corazón ha quedado lejos.
Los relojes son arañas que cazan a tu pelo
y una aritmética de lluvias torrenciales
me demuestra que tus últimos besos
son el bemol del abandono.
Acuérdate que el universo es finito
al compararlo con la sabia manera de ser gris
de los caballos.
Acuérdate que el color de un caballo sobrepasa la lógica
de las estrellas caídas,
que lo que nos aproxima a la eternidad
es una bella forma de extinguirse.
Acuérdate que hay campos elejidos por los suicidas
que de repente nos transmiten su memoria
y que, entre tantas formas de decir te quiero
siempre habrá un me muero por ti
que no sea ficticio.
En su incoherente espesor
amputados pensamientos empiezan a rezar que te desnudes
porque en el avalancha de tu desnudez
esquian mis olvidos y el ocaso parece que permite
que los pinos hieran el alma de la calle.
Acuérdate que llevo cuervo por cuervo
las promesas de agosto de tus labios
al precipicio de los seres invertebrados, al fondo del mar.
Acuérdate de tener lobos en quitarte la ropa,
aunque no fuera junto a este cadáver.

Enorme y sobrecogedor, Marius.
Gracias, amigo.

Enorme placer leerte ante lo magistral de tu poema. Hondos y con calidad tus versos. Emocionan.
Un abrazo.