Cicatrices en el cielo
Publicado: Mar, 21 Mar 2017 3:04
Cabello negro de recreación emancipada, esfera de marfil que ostenta su mefítico hedor, deseando la muerte del sinecurismo. El miedo consciente torna a odio. Inaplacable y brutal sed, sangre, barro y cenizas. Es una enfermedad, nunca se habla si no es necesario. Egoísmo natural, como la mirada que cristalina y desesperada, el comienzo de un grito, abre la puerta y me invita. Me muestra sus más lascivos deseos y los reproduce como un réquiem encerrado por convenciones y obligaciones sin sentido. Ya lo sabe, violación de almas. Metamorfosis única, solitario como las mondas de una naranja, rotas. Esclavos del horror que la naturaleza y el tiempo nos han provisto. Nos escondemos detrás del cigarro y dejamos que el humo nos empape. Tacto soñoliento, cultura de chimeneas, emoción por el orgullo herido. Cadáver seco de la salamandra vela por nosotros, ahuyentando la vanidad del bosque que baila sobre el concupiscible grafito de manos tranquilas.
Por un gimoteo, por el cielorraso estelar, negro. Besos plastificados en nuestro interior, escapismo patético. Frío permitido, arrugadas tradiciones para esconder. Ramas como cicatrices en el cielo. Hasta los animales me avisaron, sus ropas son el rumor del río y su rostro cicatrizado de prematura catarsis. Su voz son campanas anunciadas por polvorientos neones. Somos la mierda de los dioses. El tiempo no fuma.
Por un gimoteo, por el cielorraso estelar, negro. Besos plastificados en nuestro interior, escapismo patético. Frío permitido, arrugadas tradiciones para esconder. Ramas como cicatrices en el cielo. Hasta los animales me avisaron, sus ropas son el rumor del río y su rostro cicatrizado de prematura catarsis. Su voz son campanas anunciadas por polvorientos neones. Somos la mierda de los dioses. El tiempo no fuma.