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La escalera.

Publicado: Mié, 22 Feb 2017 12:11
por María R. Alfano
LA ESCALERA.

No es que la casa de la abuela Lola me diera miedo, lo que despertaba mi inquietud era la oscura escalera y ese crujir de la madera que igual a un gemido anunciaba mi paso.
Cada vez que a escondidas de los mayores intentaba subir al primer piso, algo sucedía, la voz de la abuela quebraba el silencio y no dejaba que llegara ni al quinto escalón.
Alguna vez lo logré. Sin que me vieran escalé esa montaña misteriosa, y fueron mis piernas las que temblaron cuando la puerta del primer piso se abrió sola y una luz descolorida se asomó como un rayo de abanico. Temblé. Una enorme sombra apareció reflejada en el pasillo y allí quedó mi coraje de explorador, bajé temblando y con la camisa pegada a mi pecho.
Cuando preguntaba; ¿Qué hay en el cuarto de arriba? La respuesta de los abuelos era la misma: “Eres muy curioso.”
¿Quién o qué era esa sombra? ¿Por qué tanto misterio?
No volví a preguntar.

Una tarde mi madre y la abuela salieron. Mi padre y mi hermano habían ido con el abuelo a ver un picadito de futbol en la cancha del barrio. Un dolor de cabeza y algunas líneas de fiebre me obligaron a quedarme en cama.
No había olvidado mi instinto expedicionario de misterios ocultos. Cuando todos salieron emprendí la tarea de subir. Los peldaños crujieron uno a uno, los dos últimos fueron difíciles de ascender, mis piernas parecían de piedra. Nuevamente la puerta se abrió y la sombra se proyectó en el pasillo. Entré.
Una voz grave me saludó:
—Hola Santiago.
El espanto me hizo retroceder, sólo atiné a bajar los escalones de dos en dos. Entré a mi cuarto, cerré con llave, no podía dejar de temblar; en un principio de terror me metí en la cama y me cubrí hasta la cabeza.
Cuando desperté, mi madre estaba a mi lado, muy pálida.
Intenté contarle lo que había visto en la habitación del piso superior y no pude, las imágenes con resplandores de sueño se cruzaban y algo siniestro que no sabía definir flotaba en mi mente.
Cuando al fin pude expresarme, nadie me creyó. Dijeron que había sido producto de la fiebre. Para tranquilizarme mi padre fue al piso superior y no encontró nada que se pudiera presumir como extraño. Sólo los abuelos me miraron diferente y en ese momento un frío glacial me heló la sangre.

Días después regresamos a Buenos Aires, al despedirnos en el parque no pude evitar que mi ojos volaran hacía la ventana de aquel cuarto. Y entonces confirmé que mi terror no lo había causado la fiebre.

Re: La escalera.

Publicado: Jue, 23 Feb 2017 11:02
por Ventura Morón
Un suspense muy bien trabajado amiga. La infancia, los miedos, y las posibilidades de algo que escapa a la lógica y que se instala para siempre en la memoria.
Me ha gustadop mucho, y me ha mantenido en vilo hasta el final.
Gracias por compartir, abrazos

Re: La escalera.

Publicado: Jue, 23 Feb 2017 19:51
por Hallie Hernández Alfaro
Magnífico, muy pulcro en su detalles; diría que es un relato corto muy bueno, muy bien trabajado. Brilla entre la ventana y la imaginación.

Abrazos y felictaciones, María.

Re: La escalera.

Publicado: Mar, 28 Feb 2017 20:46
por María R. Alfano
Gracias Ventura por tu comentario, me alegra que te haya gustado. Un abrazo. :D :D

María

Re: La escalera.

Publicado: Mar, 28 Feb 2017 20:48
por María R. Alfano
Hola Hallie: La escalera es de esos cuento que nacen solos, brillan se arman y sólo queda corregir. Me alegran tu comentario. :D :D Saludos y gracias por leer.

María