La voz propia ( En poesía)
Publicado: Lun, 18 Jul 2016 7:06
A la vista de que se está utilizando el concepto de voz propia como campo de batalla, y está siendo criticado por algún forista de manera reiterativa, y porque callar se puede interpretar como la aceptación de ciertas afirmaciones, me parece conveniente mostrar lo que entraña ese término desde el punto de vista poético, para que no se confunda con otra cosa, porque se puede criticar cualquier expresión, pero claro, para ello es necesario primero saber lo que se critica.
Al utilizar el término voz propia me quiero referir a toda una serie de caracteres que configuran la manera de exponer o de expresar de un autor. Que aparecen en sus textos formando un todo característico, y que son la consecuencia personal de otras muchas maneras:
La manera que se tiene de buscar, de llegar, de tocar. El resultado de un camino. La forma en la que se pretende hacer asimilable e inteligible el mundo. La manera de interpretar la realidad, de sentirla. El mecanismo para descubrir el espacio poético sin despreciar el sentimiento. La localización de los lugares donde extraer los elementos indispensables para que el poema subsista. La manera de exponer el mundo interior, porque como decía Ortega: “ cien hombres pueden haber escrito y pronunciado una misma frase, y sin embargo el acto de pronunciarla tiene una función distinta en la vida de cada uno” La manera de hacer cristalizar la intuición emocional, de hilar interiormente y sacar. El parto para acercarse al ritmo. El defecto de sus obsesiones ( todo escritor las tiene) La manera de identificar los valores poéticos. Los rincones desde donde se realizan las “fotografías” La forma de rodear, la importancia dada al cambio de ritmo. La manera de agregarse a los silencios. La determinación para huir de todo guirigay, como decía Mairena. La manera de seleccionar las ideas. La manera de contemplar; la forma de contemplación. El grado de economía verbal en cada caso; la manera de despejar el texto de lo innecesario. La misma manera de plantarse ante el acto creador. La manera de acercarse desde el cerebro por el brazo y la mano, hasta la pluma. La velocidad elegida para guiar la intuición y conseguir el ritmo del poema. La estrategia utilizada para conseguir los silencios. La forma elegida para acercarse a la belleza, y como decía Juan Ramón Giménez, manifestar la forma de su huida. La elección de los tipos de recursos poéticos. La concepción de los sonidos de las palabras. La manera de colocar en el papel en blanco la eufonía interior. La forma de utilizar las pautas gramaticales. La manera de expresar el momento en el que uno es poseído por el poema. La libertad dada a los poderes sonoros para que guíen a los significados del lenguaje. La manera de situar la mente ante la materia de la que se nutre. La elección de imágenes y símbolos. La manera de plasmar la confrontación entre el hombre y su conciencia. La forma de exponer las perturbaciones anímicas, el tono poético, o sea la manera de manifestar un ánimo.
De esto se deduce que la “ voz” es una manera, un estilo, o lo que es lo mismo una forma de colocarse ante el papel, una manera de ser escritor de poesía, que en definitiva es una manera de ser. Por eso ese estilo caracteriza a un escrito. Eso no significa que el escritor tenga que escribir siempre con el mismo estribillo, si no que su personalidad queda manifestada como elemento característico de su obra. Hay tantos estilos como maneras de ser, lo que sucede es que, en la práctica, unos son sinceros y únicos, y otros son copiados, fingidos. Y después, unos se hacen notar más que otros. Cuando uno se refiere a la voz poética de alguien se está refiriendo a la personalidad a la hora de expresar, y cuando uno dice este escritor tiene voz propia, lo que está queriendo decir es, este escritor tiene una personalidad muy marcada y claramente diferenciada de otras. Lo que se repite en la obra de un autor son sus rasgos. Criticar el que alguien tenga una voz propia me parece incomprensible. Otra cosa es que alguien critique una voz propia determinada y diga, no me gusta. Eso sí lo entiendo. O sea, lo que uno encuentra en una voz propia no es solo lo que ve en un papel sino lo que le transmite el autor a través de su obra, uno no identifica a un autor por cómo está escrito su poema sino por lo que le transmite y como lo hace. Claro, la personalidad es algo que uno construye con el tiempo, y que en poesía cuando se tiene es porque se está a gusto con ella, con el paso de los años cambiarla cada vez cuesta más.
Se critican las repeticiones textuales, el mismo registro, pero eso es criticable porque puede resultar aburrido, y es criticable en sí mismo, pero no porque necesariamente tenga que caracterizar a una voz propia. Una voz propia no tiene por qué ser repetitiva, ni tener un mismo registro, porque eso no es ni mucho menos lo que la caracteriza, como he tratado de exponer.
Cuando alguien habla de “expresiones que aparecen automáticas por repetición, como ejercicios nemotécnicos” se está refiriendo o debería referirse a eso, y a nada más. Pero es absolutamente erróneo relacionar esos defectos con la voz propia. La voz propia no es eso, ni tiene que ver con eso, en todo caso esos serian defectos de un autor, independientemente de que tenga o no tenga esa voz propia a la que nos referimos. Quizás se entienda todavía mejor esto si se pone un ejemplo, aunque sea en otro orden de cosas. Joaquín Sabina, el cantautor, tiene sus letras, las letras de sus canciones, plagadas de intertextualidades, y me imagino que este hecho puede cansar o molestar a muchos lectores por su reiteración, me parece que esos lectores pueden tener razones para criticarle. Pero Sabina tiene voz propia, y eso excede con mucho el que pueda cometer exageraciones, y abusar de ciertos recursos.
Al utilizar el término voz propia me quiero referir a toda una serie de caracteres que configuran la manera de exponer o de expresar de un autor. Que aparecen en sus textos formando un todo característico, y que son la consecuencia personal de otras muchas maneras:
La manera que se tiene de buscar, de llegar, de tocar. El resultado de un camino. La forma en la que se pretende hacer asimilable e inteligible el mundo. La manera de interpretar la realidad, de sentirla. El mecanismo para descubrir el espacio poético sin despreciar el sentimiento. La localización de los lugares donde extraer los elementos indispensables para que el poema subsista. La manera de exponer el mundo interior, porque como decía Ortega: “ cien hombres pueden haber escrito y pronunciado una misma frase, y sin embargo el acto de pronunciarla tiene una función distinta en la vida de cada uno” La manera de hacer cristalizar la intuición emocional, de hilar interiormente y sacar. El parto para acercarse al ritmo. El defecto de sus obsesiones ( todo escritor las tiene) La manera de identificar los valores poéticos. Los rincones desde donde se realizan las “fotografías” La forma de rodear, la importancia dada al cambio de ritmo. La manera de agregarse a los silencios. La determinación para huir de todo guirigay, como decía Mairena. La manera de seleccionar las ideas. La manera de contemplar; la forma de contemplación. El grado de economía verbal en cada caso; la manera de despejar el texto de lo innecesario. La misma manera de plantarse ante el acto creador. La manera de acercarse desde el cerebro por el brazo y la mano, hasta la pluma. La velocidad elegida para guiar la intuición y conseguir el ritmo del poema. La estrategia utilizada para conseguir los silencios. La forma elegida para acercarse a la belleza, y como decía Juan Ramón Giménez, manifestar la forma de su huida. La elección de los tipos de recursos poéticos. La concepción de los sonidos de las palabras. La manera de colocar en el papel en blanco la eufonía interior. La forma de utilizar las pautas gramaticales. La manera de expresar el momento en el que uno es poseído por el poema. La libertad dada a los poderes sonoros para que guíen a los significados del lenguaje. La manera de situar la mente ante la materia de la que se nutre. La elección de imágenes y símbolos. La manera de plasmar la confrontación entre el hombre y su conciencia. La forma de exponer las perturbaciones anímicas, el tono poético, o sea la manera de manifestar un ánimo.
De esto se deduce que la “ voz” es una manera, un estilo, o lo que es lo mismo una forma de colocarse ante el papel, una manera de ser escritor de poesía, que en definitiva es una manera de ser. Por eso ese estilo caracteriza a un escrito. Eso no significa que el escritor tenga que escribir siempre con el mismo estribillo, si no que su personalidad queda manifestada como elemento característico de su obra. Hay tantos estilos como maneras de ser, lo que sucede es que, en la práctica, unos son sinceros y únicos, y otros son copiados, fingidos. Y después, unos se hacen notar más que otros. Cuando uno se refiere a la voz poética de alguien se está refiriendo a la personalidad a la hora de expresar, y cuando uno dice este escritor tiene voz propia, lo que está queriendo decir es, este escritor tiene una personalidad muy marcada y claramente diferenciada de otras. Lo que se repite en la obra de un autor son sus rasgos. Criticar el que alguien tenga una voz propia me parece incomprensible. Otra cosa es que alguien critique una voz propia determinada y diga, no me gusta. Eso sí lo entiendo. O sea, lo que uno encuentra en una voz propia no es solo lo que ve en un papel sino lo que le transmite el autor a través de su obra, uno no identifica a un autor por cómo está escrito su poema sino por lo que le transmite y como lo hace. Claro, la personalidad es algo que uno construye con el tiempo, y que en poesía cuando se tiene es porque se está a gusto con ella, con el paso de los años cambiarla cada vez cuesta más.
Se critican las repeticiones textuales, el mismo registro, pero eso es criticable porque puede resultar aburrido, y es criticable en sí mismo, pero no porque necesariamente tenga que caracterizar a una voz propia. Una voz propia no tiene por qué ser repetitiva, ni tener un mismo registro, porque eso no es ni mucho menos lo que la caracteriza, como he tratado de exponer.
Cuando alguien habla de “expresiones que aparecen automáticas por repetición, como ejercicios nemotécnicos” se está refiriendo o debería referirse a eso, y a nada más. Pero es absolutamente erróneo relacionar esos defectos con la voz propia. La voz propia no es eso, ni tiene que ver con eso, en todo caso esos serian defectos de un autor, independientemente de que tenga o no tenga esa voz propia a la que nos referimos. Quizás se entienda todavía mejor esto si se pone un ejemplo, aunque sea en otro orden de cosas. Joaquín Sabina, el cantautor, tiene sus letras, las letras de sus canciones, plagadas de intertextualidades, y me imagino que este hecho puede cansar o molestar a muchos lectores por su reiteración, me parece que esos lectores pueden tener razones para criticarle. Pero Sabina tiene voz propia, y eso excede con mucho el que pueda cometer exageraciones, y abusar de ciertos recursos.