Julio Gonzalez Alonso escribió:A las puertas de Estambul
No nos dejes a las puertas de Estambul, Bizancio,
la soñada Constantinopla; y acércanos
de la mano de Kavafis
a la ciudad milenaria y su atmósfera abrasada
de versos épicos,
altares perfumados y callejuelas de tiendas
y de historias,
de alcobas de amor en la carne de los jóvenes
que se entregaron sin pudor
a la voluptuosa sensualidad de los cuerpos abrazados,
atónitas las miradas
de los moralistas rigurosos.
Acércanos a las tabernas donde corría el vino
griego de su verbo, Constantino
el alejandrino, el que amó la luz adolescente
y lasciva
de Bizancio,
la inmortal Constantinopla, Estambul
ciudad única y radiante,
la misma que ofreció en ebrios cálices de besos
su sexualidad arrolladora y fecunda
para la poesía de versos inmortales.
Los que quedamos, una vez, a sus puertas,
miramos con envidia en la distancia.
No renunciamos;
no podemos quejarnos –como se queja el poeta-
de haberla perdido,
pues nunca la tuvimos.
Esperamos pacientes. Pero
no renunciamos.
No renunciamos nunca
y esperamos, pacientes,
para que quepa, más tarde,
la queja.
Que bella estampa de un momento en el tiempo y un salto a la Eternidad. Recreas el suspiro que produce el ámbito de ciertos lugares y ciertas épocas. Un placer hacer este recorrido al través de tu bella poesía, Julio. ERA