NOS LLAMARAN MORTALES
Publicado: Mar, 04 Ago 2015 18:19
Recorrerás el desvarío de este regalo amante
mucho antes de escribir de mí
y en el feliz agravio de encontrarme
harás posada en mis alforjas
para dejar tus ropas al amparo de mis ropas
y llenarte de mi lengua itinerante.
Intentarás la parte amiga de mi página pendiente
y trataré de verte partida en mi horizonte,
de monte a monte bebida y profanada,
vetada a la razón y consentida.
Invadirás al fin mi territorio cardinal
y rendiré mi pulso a tu armonía
para que seas mía y me vuelvas inconcluso
y mi pulso estalle en la calle de tus muslos
cuando volvamos a mentir en las verdades
que nos quisieron viajeros de otros mundos.
Recordarás a qué saben las horas
cuando la noche invita.
Recurrirás al hambre indecorosa
para apresar la rosa entre corales
y alzar en mis cimientos tus murales de martirio
hasta inundar de hiedra mi delirio y tu estampida.
Regresarás querida a tus instantes
y en los pliegues de mi voz sabrás a hierba
preñada de oleajes.
Vestida de demencia enhebrarás mi lengua a tus vaivenes
y marcharemos en trenes de locura
con tu sabor a hembra entre mis sienes
y la dulzura templada de tu entraña
entre las cañas rebeldes de mis dientes.
Nos llamarán mortales por costumbre
cuando la carne amague con el sueño,
sin saber que eres lumbre y yo ramaje
y aprendimos del aire a ser eternos.
mucho antes de escribir de mí
y en el feliz agravio de encontrarme
harás posada en mis alforjas
para dejar tus ropas al amparo de mis ropas
y llenarte de mi lengua itinerante.
Intentarás la parte amiga de mi página pendiente
y trataré de verte partida en mi horizonte,
de monte a monte bebida y profanada,
vetada a la razón y consentida.
Invadirás al fin mi territorio cardinal
y rendiré mi pulso a tu armonía
para que seas mía y me vuelvas inconcluso
y mi pulso estalle en la calle de tus muslos
cuando volvamos a mentir en las verdades
que nos quisieron viajeros de otros mundos.
Recordarás a qué saben las horas
cuando la noche invita.
Recurrirás al hambre indecorosa
para apresar la rosa entre corales
y alzar en mis cimientos tus murales de martirio
hasta inundar de hiedra mi delirio y tu estampida.
Regresarás querida a tus instantes
y en los pliegues de mi voz sabrás a hierba
preñada de oleajes.
Vestida de demencia enhebrarás mi lengua a tus vaivenes
y marcharemos en trenes de locura
con tu sabor a hembra entre mis sienes
y la dulzura templada de tu entraña
entre las cañas rebeldes de mis dientes.
Nos llamarán mortales por costumbre
cuando la carne amague con el sueño,
sin saber que eres lumbre y yo ramaje
y aprendimos del aire a ser eternos.