“ Y bebe, como si fuese licor puro y divino
la luz clara que invade los límpidos espacios”
(Elevación ) -Charles Baudelaire-
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Porque te miro, tras ésta lucidez
y el sorbo de tus labios, traen claridad,
sosteniéndome altiva en la sensatez,
en el suave sitio de esta gran deidad.
Sí. Bebe. Ilumina la vida tu tez.
Las hojas secas llueven en su bondad,
en éste tránsito, que en su desnudez
el agua es aire, y la tierra… vanidad.
Caen las gotas dulces en la garganta
y el azul de la vida se hace verbo;
en tu cuello, el espacio es la memoria.
Aúllas sobrio, sobre el karma del lobo.
¡Bebe! ¡Desfallece! ¡Vive! ¡Despierta!
Y deshójate en la luz… de mi apruebo.
Ónice Canet
