El desierto

[Óscar Distéfano]

El desierto


Aquí,
tras el último aullido del pasado, hiendes la piel de la monotonía,
planicie con su intenso sol.

Las dinámicas dunas te perturban, borran tus huellas por segundo,
feroces, extraviantes; y solitario en la penosa inmensidad,
con tus inútiles vituallas, rondas la ondulación sin límites.

La enferma sed propone el paisaje fatal de las arenas,
los espejismos: agua de las corrientes cristalinas
de los lejanos valles, manjares de tu madre
sobre el mantel de arena, y risas de mujeres diestras
en el recreo del amor.

Ante el ancho horizonte sin ribera, cunde tu alarma ante el vagar eterno,
ante el zarpazo de la muerte misma.
Curtido en la vigilia ya no eres soberbio como ayer.

Descrees de los vuelos circulares de las pacientes aves,
de los signos de luz de las estrellas,
de los pobres oasis que puedas encontrar.

Humano e imperfecto, sufre tu espíritu en la humillante trampa:
caminas libre pero sin destino.

[Ventura Morón]

Te adentras en ese desierto, con paso firme, descubriendo las trampas del camino, las huellas que va empeñándose la vida en dejar marcadas en un paisaje que va secándose al recorrer sus resquicios.
Profundamente humanista, una mirada simbólica y honda, con un final para enmarcar.
Un fuerte abrazo Óscar, un placer leerte

[curra anguiano]

No me parece una mala forma de terminar, libre y sin destino, al fin y al cabo el destino es solo de corto plazo.

Es una pasada como escribes !!!!
Mil besos y mil gracias

Curra

[curra anguiano]

Te he dibujado un oasis:

El oasis del pasado
intenso en su monotonía
perturbado en intensas huellas
y decadentes mareas
que suplantan
esqueletos del palmeras
por la pena de las dunas
que lloran arena.

La sed feroz del paisaje
que solo escala los vientos
agonía de camellos
en enfermos espejismos
de paletas plateadas
que brillan engaños
emires que cabalgan las noches
entre el negro y el oro de sus espadas
y princesas cristalinas
reinas del agua
soñadas en valles
peinadas con nenúfares
y siempre atadas.

De vigilia con la muerte
vagando el horizonte
crees en las alas de tus aves
y navegas imperfecto
humano
sufre tu espíritu
resucita sus trampas
absorto descubres una estrella libre
te acurrucas en su destino
y cantas.

[Gonzalo Martínez]

Muy buen poema, Oscar, has descrito ub poema que te traslada a la arena y tiene sed de felicitar al autor, que es lo que hago.

Un abrazo, Oscar

Gonzalo

[C.P. Fernández]

Profundo poema nos dejas, Óscar. Rotundo y brillante remate.

Humano e imperfecto, sufre tu espíritu en la humillante trampa:
caminas libre pero sin destino.


Un abrazo.

[E. R. Aristy]

El desierto


Aquí,
tras el último aullido del pasado, hiendes la piel de la monotonía,
planicie con su intenso sol.

Las dinámicas dunas te perturban, borran tus huellas por segundo,
feroces, extraviantes; y solitario en la penosa inmensidad,
con tus inútiles vituallas, rondas la ondulación sin límites.

La enferma sed propone el paisaje fatal de las arenas,
los espejismos: agua de las corrientes cristalinas
de los lejanos valles, manjares de tu madre
sobre el mantel de arena, y risas de mujeres diestras
en el recreo del amor.

Ante el ancho horizonte sin ribera, cunde tu alarma ante el vagar eterno,
ante el zarpazo de la muerte misma.
Curtido en la vigilia ya no eres soberbio como ayer.

Descrees de los vuelos circulares de las pacientes aves,
de los signos de luz de las estrellas,
de los pobres oasis que puedas encontrar.

Humano e imperfecto, sufre tu espíritu en la humillante trampa:
caminas libre pero sin destino.

Profunda hermosura, Oscar. Un manantial reflexivo! ERA

[Raul Muñoz]

Conmovedor, Óscar, por su sinceridad. Tiene un brillo especial, es uno de esos poemas que calan. Muy sugerente el simbolismo piel-arena-agua. La piel se arruga con el paso del tiempo, perdemos la identidad, esa piel que nos delimita se acaba difuminando y no es posible cambiarla.

Un placer leerte, amigo.

Un abrazo.

[Juan Cruz Bordoy]

Amigo Oscar espejean en tus letras las huellas de aquel hombre que por desdeñar oasis imperfectos, perdió el destino negándose al presente. No debemos dejarnos engañar por ese horizonte que tanto nos esconde, y olvidar el ritmo en el rumbo del corazón. Soberbio es el espíritu como bien tu dices, y cuanto más lo es, más humillante es esa trampa de la que hablas: el peso de la vida. Preciosas letras emergen al refulgir tu mente, como la herida que el sol causa al desierto.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

[Óscar Distéfano]

Gracias, Ventura, por tus palabras. Eres muy amable, amigo.

Un abrazo fraterno.
Óscar

[Pablo Ibáñez]

Óscar,

me gusta mucho el poema, amigo. Creo ver en ese desierto una alegoría de la vida humana moderna, ese caminar libre pero sin destino, donde la movilidad de las dunas, lo árido del entorno borra las huellas y acreciente la sed y la sombra de muerte. Técnicamente impecable, como siempre.

Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

No me parece una mala forma de terminar, libre y sin destino, al fin y al cabo el destino es solo de corto plazo.

Es una pasada como escribes !!!!
Mil besos y mil gracias

Curra

Gracias, Curra, tus palabras son siempre de gran apoyo.

Un fuerte abrazo.
Óscar

[Manuel Ángel Calzón Díaz]

Me adentré en tus desiertos,
y salgo saboreando tus palabras,
y bebiendo la sed de mis silencios.
Abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Al recorrer tu poema me iba contagiando de espejismos en forma de sinuosas dunas de metáforas
que lograban contagiar de vida cada descripción y cada agobio.

un abrazo

[Pilar Morte]

Un dicente poema con un final logrado. Es seguro encontrar en tu nombre buenos versos. Felicidades
Abrazos
Pilar