Editorial Alaire

¿Sabes? me tengo que rendir a la evidencia, el tiempo hace mella en la memoria,
se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria.

Veamos, por un día me propongo salir del cascarón, deslizarme lentamente
más allá del perfil acostumbrado, deslizarme sobre el tibio continente
de tu personalidad. A tu lado, huir de la ingratitud de un carácter íntimamente
medroso, guarida del guerrero o amazona lastimados por la incapacidad
de conseguir la comunión de los afectos, vencidos a las carencias del encanto.

Y no es que me sienta viejo ni verde, el hombre tiene la edad de la mujer que ama,
pero quiero preguntarle al perfume del insolente pino que ahora se prodiga
en dos ramas primordiales, si los árboles sienten y padecen, si las piñas son frutos
de un precario destino, si por ser natural el bosque se resiente. O si el amor es altura
como el árbol que intuyo y hay un vértigo de nubes que lo quieren regar
más allá de los días, si la savia emociona al ramaje o a los vínculos
que son maneras de sentir una legendaria cercanía.

Espectacular el último "tramo" del poema.

Buen día Rafel.
Mediterráneos abrazos.

Qué sincero eres cuando escribes y cómo toman color tus sentimientos, la savia que se niega
a ser sólo hoja. Me gustó mucho el poema, tiene lirismo y llega al lector. Hermosísimo.
Besos
Pilar

Me ha gustado mucho el poema, Rafel, sin lugar a dudas es muy bueno, la primera estrofa y la tercera me parecen excelentes y quizás, solo quizás, la segunda sea algo inferior, puede que la causa esté en mis manías personales, como lugar común no me agrada mucho el cascarón y tendría que ser así ya que crecí con las desventuras de Calimero. En fin, sin pretender ser impertinente con esta nota de humor desangelado ni entrar en algo que me resulta una tarea de gran envergadura; desentrañar el poema, debo felicitarte por esta entrega a la meditación profunda que nos ofreces.

Un abrazo.

Madurez Poética y humana, en este Poema que exprime los vínculos de la posibilidad, las ramificaciones de la propia vida.

El Poema eleva su discurso en esa naturalidad inteligente, en su maquinaria de reloj suizo, capaz de andar sin desviarse una centésima.


(el hombre tiene la edad de la mujer que ama)

Qué gran verdad y qué belleza de aforismo, que podría guardar en su interior un Poemario entero.

Me ha gustado mucho esta forma de tratar la sentimentalidad, este desnudarse sin despojarse de una sola prenda, como el hombre que es capaz de llorar sin una sola lágrima, y en ese gesto lo desprende todo.

Enhorabuena, y el abrazo de siempre, amigo.

Rafel Calle, YO, QUE HE SIDO ROBLE Y QUE TILO HE SIDO, APLAUDO ESTAS CONFESIONES. AFECTUOSAMENTE.

ME ENCANTA COMO ESCRIBES.
GRACIAS POR COMPARTIR TUS BELLOS VERSOS.
Saludos cordiales.

El hombre tiene la edad de la mujer que ama, un verso excepcional amigo, en cuanto al poema me ha gustado mucho, te felicito, es un placer leerte, un abrazo.

"El hombre tiene la edad de la mujer que ama"

Me atrapó esa frase, Rafael. El poema va creciendo en profundidad a medida que lo lees, acompañado de esa naturalidad que se percibe en tus versos.

Un hermoso poema.
Un abrazo.

Rafa, tienen razón tus compis, eres un poeta con mayúsculas. Besos muchos.

Muchas gracias, amiga Concha, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un cordial abrazo.

Muchas gracias, amiga Pilar, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
No sé si soy sincero, escribo y eso ya es mucho para mí.
Un fuerte abrazo.

Rafel,

me ha gustado mucho el poema amigo. Creo que tiendes cada vez más al verso largo, a la prosa, a la prosa poética o al versículo. Y me da la impresión que es porque así es como discurre tu manera de pensar. Dicen que la poesía de uno, la voz propia, se acaba ajustando a la música interna del pensamiento de cada uno, forjado por la experiencia, las creencias, las aspiraciones, las necesidades de uno. Y me da la impresión de que en ese ritmo de fraseo largo y detallado es donde te encuentras más cómodo

"se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria. "

Evidentemente no es lo mismo un discurrir como el anterior que un verso tipo:

Solitaria pequeñez
etc

No es lo mismo. La elección del discurrir no es baladí, el estilo lo define todo, en mi opinión, incluso los temas se ajustan a esa voz, a esa "música del pensamiento" Tu elección, desde mi óptica, es difícil y valiente.

Un gran abrazo, amigo.

F. Enrique escribió:Me ha gustado mucho el poema, Rafel, sin lugar a dudas es muy bueno, la primera estrofa y la tercera me parecen excelentes y quizás, solo quizás, la segunda sea algo inferior, puede que la causa esté en mis manías personales, como lugar común no me agrada mucho el cascarón y tendría que ser así ya que crecí con las desventuras de Calimero. En fin, sin pretender ser impertinente con esta nota de humor desangelado ni entrar en algo que me resulta una tarea de gran envergadura; desentrañar el poema, debo felicitarte por esta entrega a la meditación profunda que nos ofreces.

Un abrazo.

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Muchas gracias, amigo Enrique, te agradezco tu amable, interesante y enriquecedor comentario, y me alegro de que te haya gustado el poema.
Nada de impertinencias, sino todo lo contrario con tus notas de humor. Además, creo que tienes razón, la segunda quizá sea la más floja, en fin, se hace lo que se puede...
Abrazos, compañero.

Rafel Calle escribió:¿Sabes? me tengo que rendir a la evidencia, el tiempo hace mella en la memoria,
se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria.

Veamos, por un día me propongo salir del cascarón, deslizarme lentamente
más allá del perfil acostumbrado, deslizarme sobre el tibio continente
de tu personalidad. A tu lado, huir de la ingratitud de un carácter íntimamente
medroso, guarida del guerrero o amazona lastimados por la incapacidad
de conseguir la comunión de los afectos, vencidos a las carencias del encanto.

Y no es que me sienta viejo ni verde, el hombre tiene la edad de la mujer que ama,
pero quiero preguntarle al perfume del insolente pino que ahora se prodiga
en dos ramas primordiales, si los árboles sienten y padecen, si las piñas son frutos
de un precario destino, si por ser natural el bosque se resiente. O si el amor es altura
como el árbol que intuyo y hay un vértigo de nubes que lo quieren regar
más allá de los días, si la savia emociona al ramaje o a los vínculos
que son maneras de sentir una legendaria cercanía.

¿Sabes? No se si yo a esto lo llamaría versar o narrativa
o simplemente lanzarle al cosmos vibraciones de tu alma
tampoco se si importa algo la alborada letanía
mas conmueve como una amanecida radiante de poesía