Editorial Alaire

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Sé de mi renacimiento en la calle Soledat,
la llovizna bautismal bajo el techo de Madrid,
los significados de la ternura en Buenos Aires,
la flor amarilla en el trópico caramelizado.

No olvido la fantasía universal de Silvina Ocampo,
las primaveras salpicadas por los sonetos de Borges,
Machado y Miguel en la saeta de los corazones ancestrales.
El miedo a las almohadas de pluma cuando abría los libros de Quiroga,
el cuervo de Alan en los tranvías nocturnos.

Tango, tango, tango.
Estallido de arrabal en las piernas,
lujuria del ocho, sur y compás.
Nido, patria, bares, exilio, turbas, piquetes; luciérnagas.
Un espectro de nombres casuales, olvidadizos,
enterrados en el estrecho cementerio del karma.

En cada paso, en cada respiración,
buscaba tu existencia.
Seminario de caricias
para aprender de memoria tu postura,
la forma de tus manos,
el logo de tus secretos,
ese icono que tocase con sólo un roce, tu alma.
Crecí en la barra de los días azules,
lubriqué sendas, escruté olivos, disipé temores.
Los otros, múltiplos del yo, te sabían con certeza;
dejaban migas de pan en las vías del continente,
flechas y cupidos en robles milenarios;
perfumaban los suburbios, cruzaban sin prudencia los océanos.

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Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Sé de mi renacimiento en la calle Soledat,
la llovizna bautismal bajo el techo de Madrid,
los significados de la ternura en Buenos Aires,
la flor amarilla en el trópico caramelizado.

No olvido la fantasía universal de Silvina Ocampo,
las primaveras salpicadas por los sonetos de Borges,
Machado y Miguel en la saeta de los corazones ancestrales.
El miedo a las almohadas de pluma cuando abría los libros de Quiroga,
el cuervo de Alan en los tranvias nocturnos.

Tango, tango, tango.
Estallido de arrabal en las piernas,
lujuria del ocho, sur y compás.
Nido, patria, bares, exilio, turbas, piquetes; luciérnagas.
Un espectro de nombres casuales, olvidadizos,
enterrados en el estrecho cementerio del karma.

En cada paso, en cada respiración,
buscaba tu existencia.
Seminario de caricias
para aprender de memoria tu postura,
la forma de tus manos,
el logo de tus secretos,
ese ícono que tocase con sólo un roce, tu alma.
Crecí en la barra de los días azules,
lubriqué sendas, escruté olivos, disipé temores.
Los otros, múltiplos del yo, te sabían con certeza;
dejaban migas de pan en las vias del continente,
flechas y cupidos en robles milenarios;
perfumaban los suburbios, cruzaban sin prudencia los océanos.

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Me llevo este cero, querida Hallie, con un placer enorme por ser la primera en decirte que eres "Grande, grande"
Me ha encantado este poema de reconocimientos, es una gozada recorrer estos versos tan lúcidos y descriptivos.

Felicidades y besos a capazos.

Hermosa procesión de lugares y ese hermoso tango con forma de estrofa.

Mis felicitaciones y aplausos.

Un Abrazo.

Un placer leer tu bella obra, querida Hallie. Versos descriptivos con un ritmo alegre.
Mi enhorabuena y un saludo.

Geografía de vivencias y emociones que van marcando el compas de la Vida. Un trabajo muy bello, amiga Hallie. Mis aplausos a tu arte. Un abrazo.

Cuanto no abarcan los brazos de tu talento, sea en geografía, poesía o amores... cuanto trasmites en cada imagen pletórica de ritmos y belleza como los compases del tango que pareces bailar mientras escribes... Gracias Hallie, por esta extraordinaria entrega. Recibe un abrazo junto a mis aplausos

Un concierto de versos con un tempo perfecto y una armoniosa y bellísima entonación.
Un gran abrazo y un beso, querida poeta

Amiga Hallie vaya poema más hermoso que has escrito, me ha entusiasmado, crecí en la barra de los días azules...hermosos versos, amiga, te felicito, un saludo.

Marisa Peral escribió:

Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Sé de mi renacimiento en la calle Soledat,
la llovizna bautismal bajo el techo de Madrid,
los significados de la ternura en Buenos Aires,
la flor amarilla en el trópico caramelizado.

No olvido la fantasía universal de Silvina Ocampo,
las primaveras salpicadas por los sonetos de Borges,
Machado y Miguel en la saeta de los corazones ancestrales.
El miedo a las almohadas de pluma cuando abría los libros de Quiroga,
el cuervo de Alan en los tranvias nocturnos.

Tango, tango, tango.
Estallido de arrabal en las piernas,
lujuria del ocho, sur y compás.
Nido, patria, bares, exilio, turbas, piquetes; luciérnagas.
Un espectro de nombres casuales, olvidadizos,
enterrados en el estrecho cementerio del karma.

En cada paso, en cada respiración,
buscaba tu existencia.
Seminario de caricias
para aprender de memoria tu postura,
la forma de tus manos,
el logo de tus secretos,
ese ícono que tocase con sólo un roce, tu alma.
Crecí en la barra de los días azules,
lubriqué sendas, escruté olivos, disipé temores.
Los otros, múltiplos del yo, te sabían con certeza;
dejaban migas de pan en las vias del continente,
flechas y cupidos en robles milenarios;
perfumaban los suburbios, cruzaban sin prudencia los océanos.

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Me llevo este cero, querida Hallie, con un placer enorme por ser la primera en decirte que eres "Grande, grande"
Me ha encantado este poema de reconocimientos, es una gozada recorrer estos versos tan lúcidos y descriptivos.

Felicidades y besos a capazos.

Marisa, gracias miles por tu cercanía y generosidad. Impagable tus ojos de poeta leyendo mis humildes trazos.

Beso grande y felicidad.

Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Sé de mi renacimiento en la calle Soledat,
la llovizna bautismal bajo el techo de Madrid,
los significados de la ternura en Buenos Aires,
la flor amarilla en el trópico caramelizado.

No olvido la fantasía universal de Silvina Ocampo,
las primaveras salpicadas por los sonetos de Borges,
Machado y Miguel en la saeta de los corazones ancestrales.
El miedo a las almohadas de pluma cuando abría los libros de Quiroga,
el cuervo de Alan en los tranvías nocturnos.

Tango, tango, tango.
Estallido de arrabal en las piernas,
lujuria del ocho, sur y compás.
Nido, patria, bares, exilio, turbas, piquetes; luciérnagas.
Un espectro de nombres casuales, olvidadizos,
enterrados en el estrecho cementerio del karma.

En cada paso, en cada respiración,
buscaba tu existencia.
Seminario de caricias
para aprender de memoria tu postura,
la forma de tus manos,
el logo de tus secretos,
ese icono que tocase con sólo un roce, tu alma.
Crecí en la barra de los días azules,
lubriqué sendas, escruté olivos, disipé temores.
Los otros, múltiplos del yo, te sabían con certeza;
dejaban migas de pan en las vías del continente,
flechas y cupidos en robles milenarios;
perfumaban los suburbios, cruzaban sin prudencia los océanos.

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Esos múltiplos y lo que alberga esa idea me parece muy clara de lo que somos. Un saludo.

Sé que debemos hablar de poesía, que la música es su compañera de viaje aunque haya gente que la adore las notas y desdeñe lo escrito como si habitaran en distintas dimensiones. Se equivoca esta gente, pero es mayoría y en ello fundamenta el éxito de su deducción. Hacía tiempo que no te visitaba y me encuentro con este gran poema de enumeraciones entrañables y románticas.

Un abrazo.

Jose Sierra escribió:Hermosa procesión de lugares y ese hermoso tango con forma de estrofa.

Mis felicitaciones y aplausos.

Un Abrazo.

Muchas gracias, amigo Jose. Un honor tu amabilísima huella en mis letritas.

Abrazo y felices horas.

No me canso de leerlo, es precioso y me ha llegado mucho. Saludines.

Dani Calvo escribió:Un placer leer tu bella obra, querida Hallie. Versos descriptivos con un ritmo alegre.
Mi enhorabuena y un saludo.

Amigo Dani, te agradezco un montón tus generosas palabras.

Salud y felicidad.

Hallie, amiga, POETA, que maravilla has escrito. Ahorita no recuerdo haber leído algo mejor...Ese es el efecto de la Buena, Buena, buenísima poesía. Aplaudo con los que dicen que eres GRANDE. Y por favor no digas que soy generoso, porque sólo soy sincero...Un abrazo tan grande como tu talento, es decir, INMENSO.