Retirado para un proyecto personal.
Publicado: Jue, 21 Nov 2013 3:04
Retirado para un proyecto personal.
Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
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Gerardo Mont escribió:LELE
Adicta a paisajes blancos,
tormentas de nicotina
al vientre, copa tras copa
la vida insiste.
Borrasca y pena, sí, origen de dolor conocido.
Y otra madre zozobra en la infección del beso:
“una hija no suma al juego”.
Nació al revés. No dijo razones.
Su primer abrazo se cubrió de látex.
Esta ronda de génesis a horcajadas es un puño certero de tu sensibilidad inteligente.
(Entre pieles los vacíos sangran,
presentía)
Al cuello brillaba el cordón de plata,
amoratada la noche señaló su rostro
rayando a la primer nalgada.
Un chasquido… y las hadas
naufragaron en su buena suerte.
Nuevo y viejo aire impregnando las páginas y sus vacíos.
(Hay veneno en la esperanza
–gritó el paisaje de su piel estriada–.
Sucumbo cada vez que oigo mi nombre).
Sin embargo ella,
diciendo “lele” salivó la herida:
detonando los sentidos,
saltaron estrellas de su boca.
Grabando caritas en los globos,
vestía de domingo
el parque, desmentía las congojas.
Estas imágenes son la claridad del parto anárquico, el que no no puede desmentirse jamás.
Pero,
la muerte confina a páramos,
a los que no están de su lado.
Y el buen tío un mal domingo,
aferrado a las colas de helio,
en el exilio de los gais vagaba.
(Con el índice ultimamos a los nuestros
– condensaba al hombre ).
Y Lele obscurecida,
amarró sus nubes a la cama
apuntando al camino de regreso;
como si las brujas fueran ciegas.
Mientras
una mano clausurándole la boca,
la adiestraba en la implosión del grito.
Y el peso…, para el peso no hay remedio.
A full la radio y al ritmo de sus patas,
la abuela postiza,
percutía las culpas en el suelo,
mientras tanto...
Y Lele entonces, metaforizó los pasos,
ató los zapatos al cordón de un globo.
Globo y parque, helio y cama,
comparten esencias, se decía,
así surgen los puentes,
entre dolor y consuelo.
Girando entonces se quedó allí,
en el silencio de todos los motores.
Descubrió sonrisas en la nada.
De “te amo” forjó valles
y semillas. De las manos que no fueron,
sus manos asidas a los verbos de la vida.
Y así fue la poesía…
Pero esa gravedad que dobla el tiempo,
fue pinchando los caminos de helio.
Silenciado el silencio
en el hábitat del verso, génesis y magia
declinaron consonancias.
Los versos caen como esas gotas veteranas de Cortázar, y estamos en el manifiesto de la placenta escrita, en su aullido fenomenológico, en su pulsión irredimible.
NOTA: Nuestros niños pequeños cuando intentan sus primeras palabras, utilizan “lele” por duele. Así, si se golpean sus rodillas, se levantan con lágrimas y frotando las mismas, dicen “lele, lele”.
Ricardo José Lascano escribió:Original manera de decirlo, me parece un trabajo excelente. Dejo abrazos. RJL
Hallie Hernández Alfaro escribió:Gerardo Mont escribió:LELE
Adicta a paisajes blancos,
tormentas de nicotina
al vientre, copa tras copa
la vida insiste.
Borrasca y pena, sí, origen de dolor conocido.
Y otra madre zozobra en la infección del beso:
“una hija no suma al juego”.
Nació al revés. No dijo razones.
Su primer abrazo se cubrió de látex.
Esta ronda de génesis a horcajadas es un puño certero de tu sensibilidad inteligente.
(Entre pieles los vacíos sangran,
presentía)
Al cuello brillaba el cordón de plata,
amoratada la noche señaló su rostro
rayando a la primer nalgada.
Un chasquido… y las hadas
naufragaron en su buena suerte.
Nuevo y viejo aire impregnando las páginas y sus vacíos.
(Hay veneno en la esperanza
–gritó el paisaje de su piel estriada–.
Sucumbo cada vez que oigo mi nombre).
Sin embargo ella,
diciendo “lele” salivó la herida:
detonando los sentidos,
saltaron estrellas de su boca.
Grabando caritas en los globos,
vestía de domingo
el parque, desmentía las congojas.
Estas imágenes son la claridad del parto anárquico, el que no no puede desmentirse jamás.
Pero,
la muerte confina a páramos,
a los que no están de su lado.
Y el buen tío un mal domingo,
aferrado a las colas de helio,
en el exilio de los gais vagaba.
(Con el índice ultimamos a los nuestros
– condensaba al hombre ).
Y Lele obscurecida,
amarró sus nubes a la cama
apuntando al camino de regreso;
como si las brujas fueran ciegas.
Mientras
una mano clausurándole la boca,
la adiestraba en la implosión del grito.
Y el peso…, para el peso no hay remedio.
A full la radio y al ritmo de sus patas,
la abuela postiza,
percutía las culpas en el suelo,
mientras tanto...
Y Lele entonces, metaforizó los pasos,
ató los zapatos al cordón de un globo.
Globo y parque, helio y cama,
comparten esencias, se decía,
así surgen los puentes,
entre dolor y consuelo.
Girando entonces se quedó allí,
en el silencio de todos los motores.
Descubrió sonrisas en la nada.
De “te amo” forjó valles
y semillas. De las manos que no fueron,
sus manos asidas a los verbos de la vida.
Y así fue la poesía…
Pero esa gravedad que dobla el tiempo,
fue pinchando los caminos de helio.
Silenciado el silencio
en el hábitat del verso, génesis y magia
declinaron consonancias.
Los versos caen como esas gotas veteranas de Cortázar, y estamos en el manifiesto de la placenta escrita, en su aullido fenomenológico, en su pulsión irredimible.
NOTA: Nuestros niños pequeños cuando intentan sus primeras palabras, utilizan “lele” por duele. Así, si se golpean sus rodillas, se levantan con lágrimas y frotando las mismas, dicen “lele, lele”.
De pie para los aplausos, querido amigo.
Abrazos enormes para el poeta y su hermosa familia.