La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Hace apenas dos meses largos que mi madre murió en circunstancias similares a las que describes en tu poema. Tus versos son un consuelo. Puedo decir que los afectos no se pierden; se pierde el nombre de las coss, el de las personas, las imágenes recientes, pero siempre se atesora el verdadero nombre de los que queremos y los podemos ver en sus imágenes más bellas. Además, la percepción del afecto persiste.
Al respecto mencionaré una anécdota que me contaron. Un hombre mayor acudía cada día a visitar en la residencia a su mujer enferma. Madrugaba, se afeitaba, tomaba su desayuno, y a primera hora estaba en la alcoba con su mujer. Un amigo le preguntó que para qué madrugaba tanto e iba a diario, si su mujer ya no lo conocía. Y el hombre le respondió:
-Pero yo sí la conozco a ella.
Antonio Justel escribió:... Celia, estimada, el poema que dedicas a tu madre me recuerda en este momento a la mía; me acaban de dar un informe en el que se dice que padece dos mil cosas, entre ellas el Alzheimer; sin embargo, ella me mira y me dice: "hijo, no te preocupes por mí, no tengo un dolor" y dulcemente me sonríe; así son las madres, Celia, amiga, así suelen ser; lo demás queda sabiamente reflejado en tu precioso poema, el cual te honra y por el cual te felicito muy sinceramente, Orión
Muchas gracias, Antonio, por tan afectuosas palabras.
Rafel Calle escribió:Hermoso poema y entrañable dedicatoria, amiga Celia. Sin complejidades, hablas de un asunto ciertamente doloroso que en tu voz se hace naturalmente dulce.
Ha sido un placer leerte. Felicidades, compañera.
Un cordial abrazo.
Óscar Distéfano escribió:Hace falta un sentimiento auténtico, y nada más, para escribir un hondo y emotivo poema. Me ha sobrecogido leerte, hoy, estimada amiga.
Un saludo fraterno de admiración y resignación.
Óscar
José Manuel F. Febles escribió:Ten siempre para ella, querida Celia, versos tan hermosos como estos que acabas de publicar. No dudes que ella en ese obligado olvido, te está queriendo como siempre, como nunca. El poema me ha parecido muy emotivo y muy bueno técnicamente hablando. Me ha gustado, a pesar de la tristeza, por las circunstancias comentadas, que lleva implícito.
Julio González Alonso escribió:Hace apenas dos meses largos que mi madre murió en circunstancias similares a las que describes en tu poema. Tus versos son un consuelo. Puedo decir que los afectos no se pierden; se pierde el nombre de las coss, el de las personas, las imágenes recientes, pero siempre se atesora el verdadero nombre de los que queremos y los podemos ver en sus imágenes más bellas. Además, la percepción del afecto persiste.
Al respecto mencionaré una anécdota que me contaron. Un hombre mayor acudía cada día a visitar en la residencia a su mujer enferma. Madrugaba, se afeitaba, tomaba su desayuno, y a primera hora estaba en la alcoba con su mujer. Un amigo le preguntó que para qué madrugaba tanto e iba a diario, si su mujer ya no lo conocía. Y el hombre le respondió:
-Pero yo sí la conozco a ella.
Con un abrazo. Salud.
Muchas gracias, Julio, por la cercanía de tus palabras.