La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Rosa Marzal escribió:Amor que permanece agazapado en medio de las horas y de los recuerdos. Emotivo poema. Me ha gustado mucho. Mis felicitaciones, Oscar. Un abrazo.
Gracias, Rosa, por las hermosas palabras que le brindas al poema.
Un abrazo fraterno.
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Quinteño de Greda escribió:Óscar, un poema con una fuerza y una belleza extraordinaria.
Amor más allá de la vida.
Un disfrute su lectura.
Un cordial abrazo.
Gracias, Quinteño, son muy halagadoras tus palabras. Me sirven de aliento para seguir en la búsqueda del poema.
Un gran abrazo.
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Oscar,
muy buen poema nos traes a los ojos, amigo. Noto un desarrollo y un lenguaje muy trabajados, denotan gran madurez literaria y humana. El lenguaje del amor es fuente inagotable de poesía, y el del desamor aún más. La ausencia corroe el alma y la hace volar en miles de direcciones simultáneamente, tal vez sea la fuente básica de la poesía, que brota para compensar.
Me da la impresión de que la métrica está más cuidada de lo que parece, con combinaciones impares 7, 9+3, 11, 7+7, alternando de vez en cuando ese 11 clásico que remansa la melodía. Me gustan mucho este tipo de combinaciones impares.
Si tuviera que decir algo, diría quizá que el tono resulta un tanto demasiado testimonial, muy serio. A mí me pasa también pero peor aún, hay veces que me leo y parezco un cenizo, tanto testimonio arrasado de profunda tristeza… En eso Pepa es genial porque alterna el sentimiento con el absurdo, se separa con gracia del testimonio y lo ve con otra luz, lo enriquece con la sorpresa del absurdo, incluso la comicidad. Y no pierde emoción melancólica, sino que la enternece.
Aunque, pensándolo bien, tal vez lo verdaderamente bueno viene por ese tipo de concentración total en el sentimiento que tan bien dominas.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Me ha encantado el poema, su melancolía diluida por esa infusión del pasado, sus metáforas sugerentes, la intensidad monocorde del ritmo. Y la esperanza tatuada en el cierre. Mis abrazos sinceros y felicitaciones, amigo.
José Manuel Sáiz escribió:En este poema hay unos cuantos versos que me han impresionado. Me hubiera gustado haberlos escrito yo... Pero es el conjunto el que lo hace extraordinario. Me has hecho descubrir matices del amor que creí perdidos.
Un abrazo.
J. Manuel
Gracias, José Manuel, tus comentarios siempre son tan sutiles y agradables. Es un honor tenerte como lector.
Un abrazo de amistad.
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Óscar Distéfano escribió:Amanecí despierto
con mi delirio en la añoranza, y el fragor
del combate terrible con las horas.
En mis desiertos brazos, sus ojos lloraban precipicios,
vertían los eclipses del recuerdo,
las causas de su éxtasis,
la rutina girando al ritmo de mi evocación.
Cansado de la lucha insomne,
me saturé de tregua, y me llovió el pasado:
los ensueños remotos inventaban alcobas
donde ella temblaba como una novia tímida.
Y aunque ella no está,
el pan de la mañana solicita su mano.
¿Qué importa que la noche haya muerto sin ella,
haya nacido el día
sin ella?
Sé que su mano busca el pan de la mañana,
sé que su enfado es cobarde como el mío, sé que cuando me olvida
no sabe lo que dice.
Una preciosidad de poema, versos elegantes y elocuentes con un cierre genial. Un gran abrazo, poeta
Gracias, poeta. Es un honor.
Un abrazo
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Óscar Distéfano escribió:Amanecí despierto
con mi delirio en la añoranza, y el fragor
del combate terrible con las horas.
En mis desiertos brazos, sus ojos lloraban precipicios,
vertían los eclipses del recuerdo,
las causas de su éxtasis,
la rutina girando al ritmo de mi evocación.
Cansado de la lucha insomne,
me saturé de tregua, y me llovió el pasado:
los ensueños remotos inventaban alcobas
donde ella temblaba como una novia tímida.
Y aunque ella no está,
el pan de la mañana solicita su mano.
¿Qué importa que la noche haya muerto sin ella,
haya nacido el día
sin ella?
Sé que su mano busca el pan de la mañana,
sé que su enfado es cobarde como el mío, sé que cuando me olvida
no sabe lo que dice.
Una preciosidad de poema, versos elegantes y elocuentes con un cierre genial. Un gran abrazo, poeta
Gracias, poeta. Es un honor.
Un abrazo
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
José Manuel F. Febles escribió:Nos llega al alma unos versos extras para indicarnos que el amor, cuando es amor, no muere. Se disfruta en mi soledad como algo esperado, algo que nos hace entender, ¡cómo se ama cuando se ama!
Excelente poema, querido amigo y compañero.
Un fuerte abrazo, con mis sinceras felicitaciones.
José Manuel F. Febles
Su visita y sus palabras son un verdadero honor para este poema, estimado poeta. Es un gran estímulo para seguir en la búsqueda.
Un gran abrazo.
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Pablo Ibáñez escribió:Oscar,
muy buen poema nos traes a los ojos, amigo. Noto un desarrollo y un lenguaje muy trabajados, denotan gran madurez literaria y humana. El lenguaje del amor es fuente inagotable de poesía, y el del desamor aún más. La ausencia corroe el alma y la hace volar en miles de direcciones simultáneamente, tal vez sea la fuente básica de la poesía, que brota para compensar.
Me da la impresión de que la métrica está más cuidada de lo que parece, con combinaciones impares 7, 9+3, 11, 7+7, alternando de vez en cuando ese 11 clásico que remansa la melodía. Me gustan mucho este tipo de combinaciones impares.
Si tuviera que decir algo, diría quizá que el tono resulta un tanto demasiado testimonial, muy serio. A mí me pasa también pero peor aún, hay veces que me leo y parezco un cenizo, tanto testimonio arrasado de profunda tristeza… En eso Pepa es genial porque alterna el sentimiento con el absurdo, se separa con gracia del testimonio y lo ve con otra luz, lo enriquece con la sorpresa del absurdo, incluso la comicidad. Y no pierde emoción melancólica, sino que la enternece.
Aunque, pensándolo bien, tal vez lo verdaderamente bueno viene por ese tipo de concentración total en el sentimiento que tan bien dominas.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
En primer lugar quiero agradecerte la visita y el pródigo tiempo que le has dedicado al poema. En efecto, hay mucho trabajo en cada poema que escribo. Soy proclive a la reescritura todo el tiempo, ya que, ningún cambio, ninguna nueva versión me ha decepcionado con respecto a las versiones más antiguas. El ritmo busca ser imparisílabo hasta donde pude, tratando de acompañar ese aire de "desolación con esperanza" ante la ausencia.
En cuanto a la crítica sobre el aspecto testimonial del poema, creo que es muy cierta tu observación. Es más, a todas luces se ha pretendido (como lo vengo haciendo en ocasiones), buscar la poesía en lo explícito y, en este caso en particular, en el viejo romanticismo. Quería saber si era posible todavía encontrar algo de la magia poética en estas vertientes. Tengo curiosidad por conocer en qué verdadero sentido está evolucionando mi poesía, para lo cual sigo los llamados de la intuición y los gritos de la razón. No creas que soy ajeno a esos recursos a los que te refieres: los he utilizado en algunos trabajos, así como he tratado de personalizar mucho más mi simbología, hasta el punto de hacerlo inextricable (hecho que muy poca satisfacción personal me ha proporcionado, debido a una especie de sentimiento de engaño de mí mismo que me acomete); pero, tampoco es mi anhelo escribir siempre de la misma manera, con las mismas características retóricas, y me rebelo siempre a ser dueño de una sola voz. Realmente creo en el propósito de la esencia de la búsqueda, en revisar todas las escuelas posibles y practicarlas, sentir sus postulados esenciales, sus razones de ser (desde la poesía infantil, pasando por la poesía épica, política, hasta el surrealismo). Si hemos logrado sonsacar la poesía de un texto testimonial, es que hemos logrado nuestro objetivo, sin importarnos nada más que esto; y si, por el contrario, no lo logramos a pesar del esfuerzo, tampoco le endilgaríamos la responsabilidad a la forma de trasmitir la idea sino a nuestro propio talento. Como bien lo has dicho al final, la concentración total es muy importante, luego de haber ganado la convicción sobre una idea. Por favor, Pablo, no interpretes esta respuesta como una necesidad de defender el poema. Bien sabemos ambos que, en todo caso, un fracaso más no será sino un aprendizaje más en este oficio nuestro.
Un abrazo de amistad.
Óscar
Nuestro destino no es llegar a la última estación, sino ser arrojado del tren.
Óscar Distéfano escribió:Amanecí despierto
con mi delirio en la añoranza, y el fragor
del combate terrible con las horas.
En mis desiertos brazos, sus ojos lloraban precipicios,
vertían los eclipses del recuerdo,
las causas de su éxtasis,
la rutina girando al ritmo de mi evocación.
Cansado de la lucha insomne,
me saturé de tregua, y me llovió el pasado:
los ensueños remotos inventaban alcobas
donde ella temblaba como una novia tímida.
Y aunque ella no está,
el pan de la mañana solicita su mano.
¿Qué importa que la noche haya muerto sin ella,
haya nacido el día
sin ella?
Sé que su mano busca el pan de la mañana,
sé que su enfado es cobarde como el mío,
sé que cuando me olvida
no sabe lo que dice.
confieso no prestarle mucha atención a poemas románticos, al menos que descubran algo especial del carácter de los amantes. Tu hermoso poema transmite un conocimiento íntimo de la persona amada. Me maravilla este verso: «sé que cuando me olvida no sabe lo que dice». El simbolismo del pan también sugiere la convivencia, un mismo cuerpo, y si no una misma mente, lo más cercano a ello, poder leer sus sentimientos. Creo que es un poema de amor, que sorprende al ser etraordinaria la rutina. Un placer leerte, Óscar.
Óscar, he vuelto a tu poema a consecuencia del honesto y amable comentario de nuestro compañero Pablo Ibáñez.
Un poema es un trabajo donde convergen multiplicidad de elementos conscientes e inconscientes (racionales, culturales, intuitivos, oníricos) que hacen de la idea poética un ser más o menos afortunado. Bien. Cada autor- aprendiz o consagrado- es un trasmisor y un implicado absoluto en las verdades o mentiras de sus letras.
En este precioso caso, yo personalmente no agradecería al poeta ser menos testimonial. Es más, lloraría a lágrima viva la supresión de algún elemento o su expresión distinta. En una larga o corta vida somos lacónicos, barrocos, o absolutamente pesimistas y/o todas esas opciones y mil más. Cada letrario puede ser un micromundo, un amparo, un río sin carnadas, el sol robando el minimalismo de la tarde, un nido de tuétanos desecho por la memoria...
Hay poemas y vida. O vidas enteras dentro de una metáfora. Un gran privilegio atisbar tantísimos latidos.
Queridos Pablo y Óscar, dejo mi cálido abrazo para vosotros.
Felices horas, amigos.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."