Editorial Alaire

Rafel, no comprendo por qué en los poemas se quitan los signos de puntuación, a mí me dificulta leerlos. Por favor, podrías aclarármelo.
Un abrazo y las gracias.

Amigo Andrés:
No sé por qué se quitan los signos de puntuación. En mi caso, alguna vez los he suprimido, buscando un ejercicio métrico y sintáctico que acote el discurso, exclusivamente, entre los descansos por cambio de sentido y por la pausa versal, es decir, rizando el rizo en una suerte de esticomitia densa por muy rigurosamente acotada.

Como es fácil suponer, despreciar todos o parte de los signos de puntuación, representa poner grandes trabas al proceso creativo y a su esencia transmisora. No es lo mismo trabajar con la pausa versal, coma, punto y coma, punto, dos puntos, pausa por cambio de sentido…, que trabajar solo con la pausa versal y con la pequeña detención del cambio de sentido; es decir, suprimiendo los signos de puntuación, complicamos, constreñimos nuestro proceso creador y, por ende, complicamos la recepción del discurso al propio lector.

Efectivamente, al suprimir los signos de puntuación, el escritor se ve obligado a trabajar una sintaxis muy rígida, donde no tendrán cabida o la tendrán muy difícil, figuras como la aposición o el encabalgamiento sintáctico, o sea, lo que se está haciendo es empobrecer el lenguaje literario; por no hablar de la supresión técnicamente deficitaria, ahí, el lector encontrará un maremagnun cuando intente desentrañar un discurso que está escrito de una forma, ya no digo deficiente, sino distinta a la que ha estudiado y utilizado durante toda su vida.

Por otra parte, es cierto que a lo largo de la historia el poema en verso ha sufrido, sufre y posiblemente sufrirá intentos innovadores que, a mi juicio, no representan avances, sino todo lo contrario, retrocesos. Hablo de comenzar cada verso con mayúscula, de prescindir de los signos de puntuación y, además, no sabiendo hacerlo correctamente; de intentar saltarse la pausa versal en un poema en verso, y de tantos otros intentos de innovar que, realmente, no aportan nada que no sea un freno para el proceso creador.

Que quede claro que, en el poema en verso, cabe prescindir de los signos de puntuación, porque el verso está afectado por la pausa versal y, como toda escritura, por los descansos por cambio de sentido, pero, en todo caso, eso es complicar la vida al escritor y también al lector. Además, hacerlo bien es bastante difícil. La prueba es que hay pocos poemas en verso que prescindan correctamente de los signos de puntuación, sencillamente, porque, para hacerlo bien, se tienen que tener fundamentos técnicos.

Para prescindir de los signos de puntuación, lo primero sería dominar el idioma a la perfección, luego dominar el lenguaje literario y, por supuesto, la técnica versal. Todo eso, para conseguir que no se notara, que no tuviera incidencia negativa la falta de los susodichos signos.

En fin, el concepto sería el siguiente: no prescindir y sí innovar.
Por ejemplo: si queremos escribir sin comas, eso no puede afectar a la transmisión ideal, por lo tanto, la transmisión no debe necesitarlas.

Un cordial abrazo, compañero.

Excelente aclaración, Estimado Rafel. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Creo que se trata de una gran verdad.

Creo que la prescindencia de la coma con el mero propósito de "ser distinto", de pretender convertirla en un sello del estilo, es lo que choca, lo que da esa sensación de encontrarnos frente a una fatuidad.
A modo de anécdota, quería comentar que yo tengo un par de poemas sin puntuación. Pero esta falta de puntuación se utilizó como un recurso más del poema, para suprimir pausas, para acompañar un cierto aire caótico que contenía el tema.

Un abrazo y mis respetos.
Óscar

Rafel, te quedo muy agradecido por tu comentario.
Mi abrazo.

En mi caso, alguna vez los he suprimido, buscando un ejercicio métrico y sintáctico que acote el discurso, exclusivamente, entre los descansos por cambio de sentido y por la pausa versal, es decir, rizando el rizo en una suerte de esticomitia densa por muy rigurosamente acotada.