Editorial Alaire

Enhorabuena, amigo Pablo, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Labor de noche".
Un cordial abrazo.

Te cuento, Pablo, que hay momentos en la vida en los que pasan cosas que hacen que uno sea consciente de que está experimentando una transformación y, a pesar del miedo y de las dudas de no saber a ciencia cierta con quién lleva tanto tiempo viajando, uno alienta una pequeña esperanza que de ahí puede surgir por fin esa imagen que uno ha buscado durante toda una vida de sí mismo. Noticias que no se hubiera querido escuchar, y ahí Ramón y Georges tienen mucho que decir, hacen que uno piense que ha dado un salto cualitativo adelante como ser humano y se sorprenda de comprobar que le importan demasiadas cosas en las que su ego cede con sinceridad el protagonismo a otros con un convencimiento estoico y sincero, ya que lo que prevalece es el senitmiento de que esos otros se lo merecen, y uno, quizás, no.

Pero no todo es positivo en esta transformación y hay algo que me preocupa profundamente, ya que, no la cualidad más acusada en mí, pero sí la que más me ha singularizado y sostenido, al menos con dignidad, en el mundo en que me desenvuelvo y que tiene como norma no tomarse en serio a los poetas, una curiosidad sin límites por intentar, conocerlo todo, se me ha ido quedando dormida, espero que sea eso, solo dormida, y no sabes hasta que punto me incomoda y me hiere. Para llegar a que viene todo esto y empezar a hablar de tu magnífico soneto, me dirás que he dado un rodeo que difícilmente podría justificar todo lo anteriormente dicho ante las lenguas maliciosas que no podrían ver en ello más que el narcisismo incorregible de un orador ateniense que se sabe derrotado y no puede evitar una mala jugada propiciada por su naturaleza; "Intentemos extraer algo de belleza de esta caída".

No me sienta bien, Pablo, ser consciente de que, casi seguro, haya visto tu nombre al pie de este poema y no haberlo abierto para saber que nos decías, y este malestar ni siquiera se me atenúa por el hecho de que haya tanto y bueno por aquí para que uno se maree y se confunda. No, no me vale de excusa, mucho menos después de haberlo leído.

Enhorabuena, Pablo, por este excelente soneto plagado de dificultades de todo tipo que has ido sorteando con la mano firme de un maestro, con la humildad de quien es consciente de que ha podido encontrar su camino.

Un abrazo.

Qué bien escribes, Pablo, y cuánto me alegra este reconocimiento
Enhorabuena
Besos
Pilar

Duros recuerdos donde el fervor del verso y el arte se reunen para dar vivencia a la vivencia antigua.

El soneto, con sus encabalgamientos, delicioso.
Merecido galardón , amigo poeta.

Un abrazo

Pablo, magistral uso del lenguaje. Una obra bella, completa! Te felicito. Abrazos, ERA

Merecidísimo rojo, querido amigo.

Quisiera destacar los pormenores que haces del proceso creativo; cómo, en un principio, debido a la propia dinámica de interacción entre los primeros versos escritos, la intención creativa inicial cambia y se interna por espaciós desconcidos, donde al final encontraremos el poema buscado. Decía Valente, que el proceso creativo de un poema, ademas de creación, es descubrimiento, no sabemos lo que vamos a crear, es el propio proceso creativo quién lo descubre.
Todo esto también me recuerda la anécdota de Miguel Ángel con el "David": En la cantera, cuando compró el bloque de mármol, alguien le preguntó, cuál sería el motivo de la escultura, él contestó que no sabía lo que el bloque encerraba, que su misión como escultor era descubrirlo.

Un abrazo.

Pablo Ibáñez, Un espléndido poema digno del galardón obtenido por lo que te felicito, poeta! Mi afectuoso saludo.

Gracias amigos!

Me ha hecho muchísima ilusión ver mi soneto ahí arriba. Me encantan este tipo de cosas, uno tiene su ego, después de todo...
Mucho de lo que pueda tener este soneto se debe a la cita del maestro Ferreiro y a la foto del gran Alejandro Braña (www.asturiaspordescubrir.com)
Gracias a la Administración y a todos vosotros por vuestro apoyo.

Un abrazo.

Enhorabuena, Pablo, por la distinción de la semana, pero sobre todo por el excelente trabajo que un día aquí dejaste.

Un abrazo,

Víctor

Enrique,

no te duela nada en poesía, amigo. La poesía es para disfrutar de ella, gozar, conocer gente, hacer amigos, comentar lo de otros, recitar (mejor o peor), leer, jugar, encontrar una palabra, cambiarla... La poesía no es un combate, ni es un ranking, ni siquiera un "compromiso", ni mucho menos un oficio, no es algo "fuera de lo normal", ni "genial". Es un entretenimiento, un juego. Así lo entiendo yo, al menos. Puedo estar equivocado.

Los designios de la Administración son inescrutables, amigo; en mi vida hubiera apostado que este soneto fuera elegido, hubiera apostado más por "Claudio en la casa de Menandro", en todo caso. Pero, una vez que lo ha sido, con el paso del tiempo, vuelvo a leerlo, veo la foto de Alejandro, la cita de Ferreiro, la hilazón de las estrofas encabalgadas, el lenguaje, la historia, y me doy cuenta, yo mismo, que no tengo ni puta idea, que es lo mejor de entre mis últimas cosas. Saben más que nosotros, Enrique. Nos queda la humildad, seguir jugando y disfrutando.

Es muy normal que haya poemas que se te escapen en Alaire, y que algunos sean buenos, porque en Alaire hay, cada vez más, mucho bueno.

Un abrazo, amigo.

Gracias Pilar,

un honor tu paso.

Un abrazo.

Gracias Guillermo por tu amable paso,

Un abrazo.

Gracias Roxane,

es un honor para mí tu generosa valoración.

Un abrazo.

Ferreiro,

gracias amigo. Es cierto, es una gozada eso, ver como el poema se va tornando en lo que le da la gana a él, como la intención inicial se desvaneces y un detalle que al principio parecía accesorio va creciendo y creciendo hasta tomar las riendas. A mí me pasó con este ángel de cementerio. Hay que dejarlo volar.

Un abrazo

Un soneto de lujo, magistral, Pablo.

Tus versos aportan placer estético y del alma.

Felicitaciones por partida doble, por el soneto y por el reconocimiento.

Un fuerte abrazo
Ana