Página 1 de 1

Vitales.

Publicado: Jue, 27 Mar 2008 17:47
por Elena Donnalizio
Vendrán lluvias suaves.
Serenas.
Dulces.
Arrasarán el pueblo.
Lo hundirán.
Te hundirás con él.
Luego serás un pez.
Un pez de dilatados ojos.
Yo me buscaré una orilla
desde donde verte brillar.
Pero te veré
enamorado de la sirena,
convertido en salmón.
Te veré irte,
eléctrico,
distante,
indiferente,
a repetir el destino de Ulises,
a morir de amor en las costas de Cipango,
a perderte en las corrientes vertiginosas.
No estarás más.

Otra vez vendrá el viento.
Vendrá cada vez más fuerte.
Romperá las mariposas,
romperá las farolas,
desenterrará ombúes,
Baobabs.
Sacará de quicio las puertas,
esparcirá los vidrios por las calles.
Esparcirá los maniquíes de las tiendas de ropa,
quedarán mutilados,
locos, secos, inanimados.
Rodarán, por la calle,
los cajeros automáticos,
algunos niños,
algunos perros,
los boletos del cine.
Vos criarás alas.
Serás un pájaro.
Te veré irte,
etéreo, altísimo,
luminoso.
Yo entraré al ojo del tornado
para mirarte desde abajo
hasta que no seas más
que un punto
entre las nubes.
Un pedazo de papel.
Un barrilete.
Un pequeño y dulce origami
volando allá.
Y no te veré más.

Un día otro, el fuego será.
Comenzará de improviso,
cálido,
generoso,
como lumbre.
Tibio como el seno de una madre.
Luego crecerá en lenguas,
en cabezas.
Díscolo.
Infernal.
Doloroso y fuerte.
Hará cenizas las rosas.
Hará cenizas los libros de Botánica,
los diarios íntimos,
las recetas de jarabes para niños,
las cartas que ya no llegarán.
Vos empezarás a transparentarte.
Serás un fantasma.
Una invisibilidad.
Y no podré, no,
reconocerte en el aire oscuro,
en el humo tembloroso.
Te buscaré como ciega
en la densidad del espacio,
en los escombros del Palacio de las Artes.
Pero vos
no estarás más.
O yo no podré verte,
lo cual es idéntico.

Ocurrirá lo de la tierra.
Entonces te hundirás,
hosco y somnoliento como un topo
en una madriguera angosta
donde mi mano no quepa,
donde no llegue la luz
que quiero prodigarte.
Entonces, amor mío,
yo te echaré mis perros,
la ensañada violencia de sus dientes,
el aliento denso de sus bocas.
Y te escucharé morir,
dejar de latir,
de ser.
Y ya no volverás a estar,
porque estarás muerto.
Lo cual es idéntico.


Publicado: Jue, 27 Mar 2008 19:17
por Hans Xeo Cristo
Hay en este poema tuyo una disposición para encubrir desde el desamor y la ternura a la destrucción, que algo más que zozobra permanece después de las lecturas.

Y desde mi perspectiva, no es el pretexto de los cuatro elementos de aniquilación apocalíptica lo que sostiene al poema, sino la presencia y excelente manejo de una voz poética que anticipa y condena y crea al ser amado, entregándolo a la imposibilidad de ser él mismo amante de nadie más.

Es también la voz del testigo que nombra y rehace un mundo al cuál pertenecer sin ser dañado: “yo me buscaré una orilla”. Y es desde esta orilla que ilumina, que hunde y hace un salmón enamorado de una sirena, que lo lleva por el infierno del desamor hasta entregarlo a los perros de ese desprecio que termina por morder al propio dueño.

Este mundo no es el del amor, es el mundo del imposible amor. Es el mundo de una palabra que nombra y destruye a quien pronuncia y a quien es nombrado: es un mundo que en la forma gráfica del mismo poema conduce siempre hacia abajo, hacia el fondo. En ese sentido, es el lector realmente quien está en la orilla, dejándose iluminar. Sobra decir que tu poema me ha encantado.

re: Vitales.

Publicado: Jue, 27 Mar 2008 19:56
por Diego Javier Oruña
Vengo encantado a tu ventana poética, Elena, porque como sé cómo escribes, y estoy seguro que no me van a defraudar tus poemas. No puedo, ni quiero, ni sé, entrar en los ditirambos de la crítica o apología de tus versos. Pero sí percibo de modo global dónde está la calidad. Y lo que acabo de leer es poesía de muchos quilates de oro purísimo. Lo demás se lo dejo a los entendidos.


Un beso, estimada poeta


javier

Publicado: Sab, 29 Mar 2008 17:03
por Elena Donnalizio
Hans Xeo Cristo escribió:Hay en este poema tuyo una disposición para encubrir desde el desamor y la ternura a la destrucción, que algo más que zozobra permanece después de las lecturas.

Y desde mi perspectiva, no es el pretexto de los cuatro elementos de aniquilación apocalíptica lo que sostiene al poema, sino la presencia y excelente manejo de una voz poética que anticipa y condena y crea al ser amado, entregándolo a la imposibilidad de ser él mismo amante de nadie más.

Es también la voz del testigo que nombra y rehace un mundo al cuál pertenecer sin ser dañado: “yo me buscaré una orilla”. Y es desde esta orilla que ilumina, que hunde y hace un salmón enamorado de una sirena, que lo lleva por el infierno del desamor hasta entregarlo a los perros de ese desprecio que termina por morder al propio dueño.

Este mundo no es el del amor, es el mundo del imposible amor. Es el mundo de una palabra que nombra y destruye a quien pronuncia y a quien es nombrado: es un mundo que en la forma gráfica del mismo poema conduce siempre hacia abajo, hacia el fondo. En ese sentido, es el lector realmente quien está en la orilla, dejándose iluminar. Sobra decir que tu poema me ha encantado.



Hans: cuando posteé este poema pensé que por su extensión, nadie se iba a detener a leerlo. No sólo ocurrió que lo has leído, sino que lo has interpretado de la manera en que yo ansiaba que se interpretara. Y lo has expresado muy claramente.
Pero yo no necesitaba esto para saberte un potente lector. Ya lo sabía.
Un abrazo.
Elena.

Re: re: Vitales.

Publicado: Sab, 29 Mar 2008 17:07
por Elena Donnalizio
Diego Javier Oruña escribió:Vengo encantado a tu ventana poética, Elena, porque como sé cómo escribes, y estoy seguro que no me van a defraudar tus poemas. No puedo, ni quiero, ni sé, entrar en los ditirambos de la crítica o apología de tus versos. Pero sí percibo de modo global dónde está la calidad. Y lo que acabo de leer es poesía de muchos quilates de oro purísimo. Lo demás se lo dejo a los entendidos.


Un beso, estimada poeta


javier



Un beso para vos, Javier. No sabés qué bueno es para mí que tu ternura siempre se haya manifestado en mis textos, tu aliento y tu absoluta generosidad.
Desde que me acuerdo.
Muchas gracias.
Elena.

Publicado: Sab, 29 Mar 2008 17:20
por Alejandra Goerne
Elena... entre mitos, cuentos y leyendas el amor que nace y de apoco, nos llevas al amor que muere más allá del propio olvido. Tus poemas, tienen la característica de atrapar. Las frases cortas que manejas son un magnífico hilo conductor, que nos jala. Insisto, cómo aprendo en este foro caray... un abrazo hasta tu tierra desde México.

re: Vitales.

Publicado: Sab, 29 Mar 2008 18:57
por J. J. Martínez Ferreiro
Qué decirte, querida Elena, sobre este poemazo; pues na, está palabra lo dice todo: "poemazo"; una verdadera joya, de lo mejorcito que se puede leer por aquí. Conseguirá seguro la estrella roja, y seguramente más cosas, dentro y fuera de este ámbito poético.

Todo un placer.

Bicos.

Publicado: Mié, 02 Abr 2008 14:47
por Benjamín León
La degradación del amor hasta llegar al olvido y su muerte bien muerta, che. Tu poema tiene una notable fuerza y un poder de conmoción a partir de la imagen y del ritmo que llega hondamente. Además, la voz casi narrativa del hablante lírico y su forma de ver el mundo sin el tú, con toda la declinación de lo antiguo, y con ello el amor, me parece más que acertada. Bueno, nada que decirte, sino felicitarte, porque me parece una genialidad de poema, aún en su dolor y renacer.

Nos hablamos por ahí, Benjamín.

Publicado: Dom, 25 Ene 2009 17:36
por Administración Alaire
Sube para su lectura.