Editorial Alaire

Ahora que miro hacia atrás,
parecería tan insignificante
aquel pequeño oficio que ella ejercía
cada mañana de domingo sobre nuestras cabezas;
aquella pequeña salvación
que consistía en bañarnos, peinarnos,
untarnos agua de colonia detrás de las orejas
para cubrir el olor dulzón
que tenían en ese tiempo las lágrimas.
Parecería tan insignificante, y sin embargo,
tuvo ella siempre un gozo casi enfermizo
por llevarnos de la mano,
por apretarnos fuerte contra su vestido
cuando desde la otra acera nos acechaban
las dominicales miserias de los perros.
Era como vivir dentro de una placenta
de flores y bordados, que sólo se abría
cuando el cotilleo de nuestros pies alcanzaba
los primeros escalones de la entrada de la iglesia
y el corazón, repujado con el fervor de los vitrales,
podía escuchar el revoloteo de las golondrinas
chocando contra la desnuda mano de Dios
que sostenía en una nube las campanas.

Madre, ahora que miro con denuedo las sombras, no lo comprendo.
¿Por qué a Inés nunca la amaron?

Siempre me conmueve tu poesía y este flashback de la infancia me ha llegado a las más intimas fibras del alma. Un privilegio presenciarlo y un honor llevarme el cero.
Un abrazo.
Pepa

Por más que atravesemos las calles de la infancia me temo que nunca llegaremos a comprender las cosas que pasaban y de las que fuimos testigos. Es un cuadro tierno y hermoso el que nos muestras, con un sabor a ayer inconfundible, y lo describes con delicadeza y encanto.

Un saludo.

Siempre te digo como me llega el placer de tu poesía, y es que tiene esa suave ternura conmovedora que resucita nuestras muertes. Gracias por seguir escribiendo
Abrazos
Pilar

Las cosas más pequeñas tienen su importancia
y nadie debe ignorar cuán visible es abrir los ojos
o todo lo que nos sucede.

un abrazo

guillermo

"aquella pequeña salvación
que consistía en bañarnos, peinarnos,
untarnos agua de colina detrás de las orejas
para cubrir el olor dulzón
que tenían en ese tiempo las lagrimas. "
-------------------------------------------

Por destacar algo de este excelente poema.

Un gusto encontrarme con él y disfrutarlo, compañero.


Abrazo.

Es un honor, que vengas tan temprano a mi ventana Pepa. Que vengas, y que dejes esta hermosa huella. Me alegra mucho que te haya gustado.

Te abrazo, en esta mañana de jueves soleaado.

Una maravilla estos momentos de la infancia, sublimados por tu pluma maestra de poeta, con que sencillez y contundencia nos llevas tú también de la mano por esas aceras del pasado.

Me gustaría destacar estos impagables momentos:

"Era como vivir dentro de una placenta
de flores y bordados, que sólo se abría
cuando el cotilleo de nuestros pies alcanzaba
los primeros escalones de la entrada de la iglesia
y el corazón, repujado con el fervor de los vitrales,
podía escuchar el revoloteo de las golondrinas
chocando contra la desnuda mano de Dios
que sostenía en una nube las campanas"


Un abrazo

[quote="Just Gafar"]

Bellísimo poema que me ha trasladado a mi infancia, a mi madre, a aquella protección supina amorosa. Gracias, Just, por haberme hecho sentir. Un abrazo.

Gracias Enrique, por venir, y por dejar testimonio de tu paso.

Un abrazo fraterno

Hermoso y lleno de domingo e infancia poética!

Felicitaciones (muchas) Just.

Un abrazo fuerte,

Hallie

Eres un artesano de la palabra Just.

Enhebras con tal maestría los versos que ellos te responden con mimo, con la suavidad de la brisa distraída.

Precioso venir a tus letras y dejarse llevar por la magia que te envuelve.

Me pongo en pie y te aplaudo.

Abrazos.

Precioso, Just. Te desenvuelves igual de bien en las píldoras abstractas que en el terreno de aliento más narrativo, como en este caso. Me ha gustado mucho.

Un abrazo.

Me ha gustado mucho leer esta historia poética bien trabajada y con geniales metáforas.
Un abrazo.

Siempre, pero siempre siempre, me emociona tenerte por aquí Pilar. Un abrazo fuerte en la distancia.