Muchas gracias, Lázaro. Tú siempre sabes dejar un comentario amable a mis poemas.lazaro Habana escribió:Siempre le pones ese tono de verdad meláncolicaJuan Fionello escribió:
Sea la densidad insoportable
-cuando aglutina el aliento palabras e ideas
formándose un légamo de ineptos balbuceos-
sea la interrupción que en el paisaje
ocasiona el acopio de edificios,
carcelarios recuadros de hornacinas
de las que asoman peladas calaveras,
sea esta atmósfera infestada de campanas,
pero algo ha de explicar que aquel muchacho
se acomode a este lado de la calle
y se siembre a sí mismo en las baldosas.
En mi mesa se extienden unos labios
prendidos al silencio de un juguete.
Se han hecho viejos los cantos de anfibios
y el agua se ha infiltrado en el subsuelo.
Un perro ladra,
hay disputas acerca de la leña,
hemos llegado lejos siguiendo la línea de farolas,
más allá -no debo sorprenderme si es de noche-
temo encontrar al niño alcoholizado
con el que me cruzaba en la escalera
de vuelta del colegio.
Será la densidad, no cabe duda,
no queda más que hacer que abrir la boca
y esperar de las palabras que encadenen
sus cuentas de rosario.
Vamos, Padre, tú me lo advertiste,
tu muerte vino luego a confirmar que habría dolor
todos los días. Preguntabas al termómetro
si debías sentir frío, te abrigabas
a instancias del mercurio, nos reíamos,
pero tu sensatez era coherente.
Mirabas los rostros y dolían,
jodido aristotélico, lo advertiste
a sabiendas de mi estúpida arrogancia.
Pone fin a la epopeya
la extinción repentina del bolígrafo.
Cojo el sueño, poco a poco,
acostado en los gorjeos de una niña
tan liviana
como el polen que transportan las abejas.
que atrapa.Hay poesía porque hay belleza Juan
muy buen poema
Abrazos
lázaro
Un abrazo.