Torre guardiana

[Julio Gonzalez Alonso]

JULIO G. ALONSO: Nunca defraudan tus poemas. Es necesario leerlos dos o más veces para que el ritmo y las imágenes calen hondo en el mundo del lector, en ese interior acostumbrado a recibir mensajes llenos de vulgaridad. Un abrazo.

Agradecido por la atención mostrada, Juan. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Formidable el enriquecimiento con términos, ya sean locales, y la generosa explicación a pié de página.

Pero lo importante es el estado de ánimo que sabes transmitir describiéndo un paisaje externo al cuerpo. Para mí, esa es la dirección más bella que puede tomar la poesía, la menos egocéntrica y más generosa. Es dar el bello rodeo para acabar transmitiendo sentimiento.

Me encanta, sobre todo, la suavidad por la que te deslizas, en este caso, a través de una descripción puramente pictórica.

Un placer grande, Julio

Quiero agradecerte, antes de nada, todas y cada una de tus generosas palabras, Víctor. Después, solamente detenerme en algo que considero esencial y que tú has descubierto con meridiana claridad como es la importancia del estado de ánimo y la recreación de ese estado a través del ambiente y el paisaje. Nuestra memoria individual y colectiva descansa en lo que nos rodea e interiorizamos; de ahí la importancia de uno de los últimos poemas de Juan Fionello sobre las ciudades, cuando él se sorprende y nos reclama la atención sobre los cambios que operan en las mismas como cambios que ocurren en nuestro interior. Has dado en la diana, Víctor. Con las gracias y un abrazo.
Salud.

[Ramón Ataz]

Ya te lo han dicho todo, Julio. Yo me limito a quedarme asombrado por la belleza de estos versos y por la audacia de esos encabalgamientos a los que se refería Victor. Precioso poema.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Ya te lo han dicho todo, Julio. Yo me limito a quedarme asombrado por la belleza de estos versos y por la audacia de esos encabalgamientos a los que se refería Victor. Precioso poema.

Un abrazo.

Gracias por tu asombro que para mí es estímulo viniendo de un poeta de tu talla, amigo Juan Fionello. Con un abrazo.
Salud.