Arturo Juárez Muñoz escribió:Muy querido amigo:
La elocuencia es un don que personas como tú, ostentan con elegancia y distinción.
Comparto el género de temas que abordas, y éste, no es la excepción.
Mi intención de ofrecerte un humilde comentario que enaltezca tu obra, es mayor que mi propia elocuencia, pero al menos lo intentaré.
Más allá de pensar o sugerir que las piedras, los objetos llamados inanimados, o la materia muerta puedan tener alma, propongo una idea muy simplista pero a su vez abrasadora.
Los objetos, si no tienen alma, tienen la enorme capacidad de retener nuestra energía, nuestros sentimientos, nuestros anhelos.
Por Obra Divina, tienen una “porosidad” que absorbe y retiene las fuerzas magnéticas e invisibles de nuestro ser. Por lo tanto, son “esponjas” que retienen huellas de nuestro paso por la vida, para posteriormente, desprenderlas en forma de velo, de aurora, de luz, como evidencia de una humanidad digna de ser parte de este sistema.
Estimo que tú, poeta, has encontrado las palabras justas y certeras, honestas y humildes para expresar lo que nadie puede explicar, y que en tu poema, se convierte en un acto de fe y esperanza por creer en la universalidad de la vida.
Con afecto y admiración:
Arturo
Gracias, Arturo. por tu amable visita y por la elocuencia que tu mensaje desprende.
Me algra que encuentres en este veros el alma de las cosas.
Es importante saber que dispone de alma todo lo que nos rodea.
Pasó tiempo, amigo, pero te envío ahora otro abrazo que bien mereces.
guillermo