Las 12 flores de las amapolas - II - Bodegón tardío

[Pablo Ibáñez]

Ferreiro,

precioso. A mí me parece un poemazo, amigo. La potencia, la originalidad, la calidad de las imágenes, la modernidad del texto, la seriedad de la propuesta. Y todo ello con brevedad, recogimiento, redondez. El poema navega entre símbolos, imágenes muy cuidadas, pero también es un bodegón existencial, se ve al narrador poemático recoger detalles en el atardecer, acompañado de sí mismo, de su amor por las palabras.

A mí me gusta mucho.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un búcaro de sangre sobre el mueble viejo;
atrás, las paredes limpias, blancas, solas.
Una ventana incendia el salón con el último bronce del día.
Al fondo del valle se aprietan las casas de la aldea
entre el hielo fulgente de los perros.
En la plaza, un niño y una araña en las manos. El sol sobre la piedra.
Más lejos suena el mar
―un sueño azul tranquilo con pájaros abiertos.

Me inquietan los aromas de la luz exprimida,
las caras de rocío, calladas, blancas de los lechuzas.

Son flores las estrellas; son fuegos fríos o animales quietos
―pulmones de algún ciervo.

Apreciado, J. J.

Espléndido poema. La luz desvela la singularidad de los recintos del mundo a los ojos que tienen la capacidad de captarla. Es el poeta el que, además, tiene la fuerza para poder describirlos mediante la palabra. Y tú, amigo, evidencias en tus versos de forma sublime ambas capacidades. Así que yo, como lector, reconstruyendo esas realidades que has erigido en el poema también las vivo de algún modo y disfruto con ellas. Es la magia de la gran poesía.
Felicitarte por tu excelente entrega.

Recibe un gran abrazo.
Felipe.

Gracias, Felipe, por regalar a este poema tan magnífico comentario. Siempre es un honor tenerte por aquí.

Abrazos y salud.