Editorial Alaire

Se me había pasado por alto este soneto, que cómo el maestro Rafel dice, es excelente. Pocos sonetos te he leído, pero si todos los que tienes son como este pienso que tienes un talento especial para este arte.
Un abrazo
J. Manuel

Me encantan los sonetos. Y me gusta ver que se trate con ellos. Son un arma difícil de manejar: métrica, acentuación, recursos... y que el tema quepa en catorce versos sin estrecheces, sin encajar con calzador nada, que se lea con fluidez. Pero, además, que transmita emoción, lo que caracteriza a la buena poesía.
Empezando por lo último, amigo Enrique, hay que reconocer la delicadeza y amor que evocas a través de una atmósfera emocional que nos envuelve y contagia. Siguiendo por la lectura, hay que reconocer la facilidad con que se lee, con una construcción inteligente en la presentación del tema en el primer cuarteto para llevarnos a un desarrollo impecable con un cierre bello en el segundo terceto. En el aspecto métrico, poniéndose muy exigentes, apenas se pueden mencionar un par de licencias admitidas, bien resueltas. Enhorabuena, F.Enrique. Con un abrazo.
Salud.

No tienes mal gusto, Quinteño. Sin pensar que Quevedo tenga más inteligencia que otros grandes, en realidad creo que solo se le resiste Unamuno en este aspecto, lo veo fuera de mi alcance en la forma de entender la vida y eso hace que lo admire sin límites pero que haya tenido siempre un poco de miedo y falta de ganas a la hora de acercarme a él. Nuestras preferencias van muchas veces en cosas más sencillas, Garcilaso era un soñador atrapado en el idealismo amoroso de Petrarca, al que, parece un pecado admitirlo, superó en muchos momentos. Si se me preguntara de golpe cuál es el mejor soneto en lengua castellana diría "Amor constante más allá de la muerte", pero si se deja que hable mi corazón o mi locura, o simplemente, mi tendencia hacia lo que me gustaría escribir a mí, saldría aquel de Garcilaso en el que llega a decir "Yo no nací sino para quereros". Bueno, uno es un sentimental de esta tierra.

Gracias, Quinteño, me ha agradado mucho que hayas pensado en el más profundo y contradictorio de todos los escritores españoles, y considero un honor que hayas pensado en él porque, aunque solo de una manera vaga, te lo haya sugerido mi poema.Es un poco complicado, Quinteño, lo que intento explicarte; le debo a Garcilaso la temeridad irracional de escribir poesía, y no sé hasta que punto, siendo un vitalista apasionado, se lo debo agradecer, los demás ni lo cuento. Desde mucho antes quería ser Chejov y, aunque desde los abismos de mi telúrica ingenuidad de niño descontento y feliz, acercar el vuelo un poco a su Gaviota, una mezcla genial de Madame Bovary y Anna Karenina, pero con finísimo humor que sale de las entrañas desgarradas del inconformismo existencial de una hermosa mujer que ama y que no ama. Los amantes del teatro ignoran la intrascendencia de este cambio vocacional mío. Estos son los versos que en el éxamen de 3º de bachillerato me dejaron fascinados. ¿Quién me dijera, Elisa vida mía
cuando en aqueste valle, al fresco viento,
andábamos cogiendo tiernas flores,
que habría de ver, con largo apartamiento,
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?

A partir de ahí, todo en mí fue naufragio. (Gracias Pablo)

(Égloga I - Lamentando la muerte de Isabel Freyre)

Gracias, Pilar, yo insisto que Pasolini es grande, me dirás y con razón que aquí no tiene nada que ver, pero el genial poeta y buen director, a secas, dijo que se hubiera dejado morir por la sonrisa de todo aquel a quien amaba y también por la de aquellos a quienes hubiera podido amar, y no lo sabía.

Gracias, Pilar, por soportarme todavía. Sé que lo haces de corazón.

Un abrazo.

Todavía no sé lo que hice ayer. No, no puede ser un buen director de cine, a secas, el hombre que nos mostró toda la humanidad de Jesucristo. Se me fue la olla.

Un abrazo.

Quizás, Ana, esperara palabras tan bonitas hacia algún otro poema mío colgado en este foro, probablemente os haya enseñado lo mejor que tengo, pero no de éste, lo colgué porque he perdido un poco la delimitación entre lo público y lo privado, o por la apreciación judía, no sé de dónde me viene, de que un dios severo puede arrebatarme el pensamiento y antes de que él lo mostrara debería hacerlo yo, por ello es uno de esos poemas en los que el autor acaba dudando de su autoría, y termina concediéndosela al propio poema, al momento , a la mirada...

Estoy contento, muy contento de que lo hayáis leído tantísimas personas. No lo esperaba.

Un abrazo, Ana, gracias.

Bellísimo de principio a fin.

Un soneto impresionante compañero.

Abrazos.

Un soneto muy sentido! Del lamento del alma. Disfruté leyéndolo. Saludos!

Enhorabuena, amigo Enrique, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra, "Yo no supe llorar cuando llorabas".
Un cordial abrazo.

Enhorabuena, F. Enrique, por la distinción que aquí te hace la administración de Alaire por este bello soneto. Una preciosidad que merece ser leida y releida.

Víctor

Magnífico soneto. Recibe mi enhorabuena.

Un abrazo.

Vuelvo de nuevo a tu trabajo para felicitarte por el merecidísimo reconocimiento, como poema de la semana.

Una nueva ocasión para disfrutar de este magnífico poema.

Abrazos.

F.Enrique, de nuevo leí tu soneto y de nuevo aplaudo tu pluma
y aplaudo a a aloire por haber destacado tu aonwto.

Un ABRAZO

Enhorabuena por el reconocimiento al poema. Es un hermoso soneto.
Besos
Pilar

Enhorabuena F. es muy merecido el reconocimiento a tu soneto, me alegro de veras.

Un abrazo.