Editorial Alaire

Ay, si se puedieran hacer la cosas que uno piensa.
Menos mal que tenemos al poeta que nos brinda en bandeja imágenes de lo imposible y al filósofo que nos dice lo que es lógico.
Me ha gustado tu propuesta, Pablo y las variaciones que introduces a un ritmo basado en apoyos en sexta en un principio, para luego ir variando la cadencia.

Un abrazo, poeta.

Víctor

Pablo Ibáñez escribió:



Si pudieras calmar entre tus manos
el amor universal que llevas dentro
-tocar su impunidad, hacerlo cuerpo,
parar un autobús con su perímetro de años…

Amor que profesas a las calles animadas
y su gente. Si pudieras volcarlos todos dentro
del cráter de ansiedad que te perfora,
derretir su miedo en tu talento
especial,
regalarles un pedazo de tu vida de heroína,
sin bodas ni tacones, sin prisa que envejezca…

Amor que se ensimisma en un sujeto
pasivo. Si pudieras fundir su corazón monotarea
con el fuego de proyectos que le arrojas
sitiándole en la paz del ascensor
ametrallada de ilusión
-pero él frunce su pasmo, rumia hechos…

Si pudieras doblar tus emociones, cegarlas para luego,
tasar las cucharillas de amor que corresponden
en un remedio amargo
y no endulzar paredes,
serías diferente:
un absurdo robot de protocolo
en un baño de aceite.

El magnífico recurso de introducir el tema del poema con oraciones condicionales nos lleva como en volandas por cada rincón de las emociones que suscita el amor para concluir , magistralmente, que es mejor dejarse llevar que intentar dominar dichas emociones. Parece así que nuestro destino en el amor es su propia ansiedad, la paz entre sus guerras, su capacidad de generar ilusiones y proyectos, la siempre atenta mirada y los afectos que se nos regalan y buscamos regalar.
Un poema precioso, bien instalado en el mundo actual, reconocible, nuestro; y poema que es toque de atención, de temor a que el amor se rompa y, aún así, de saber que su grandeza reside en su precaria fragilidad, la que -paradójicamente, le hace fuerte.
Ritmo impecable. Unos versos que son un disfrute de leer en voz alta. Cuando un poema es bueno, se lee bien. Enhorabuenas, amigo Pablo (¡tú sí que eres un maestro!)
Salud.

Una hermosísima revindicación a esa potencialidad de amor que todos llevamos dentro, si como dices tú, pudiéramos volcarla hacia fuera, sin complejos, envidias, egoismos... etc... todo sería de otra manera.

Un abrazo, amigo Pablo.

Me ha gustado mucho. Estupenda reflexión sobre las emociones que provoca el amor. Un placer.

Un abrazo.

Recuerdo un cuento de Asimov en que un robot de protocolo se enamoraba de su dueña. El amor tiene tanto poder que igual puede parar un autobús que derribar una montaña o hacer que hasta un robot se enamore (eso sí, con cerebro positrónico). Me ha encantado el poema.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Víctor, amigo,

un verdadero placer tu paso y comentario.

Un abrazo.

Julio,

amigo, maestro, has sabido decir mejor que yo mismo de qué va el poema. Lo has diseccionado con mano maestra e indulgente.
Es un honor para mí tu paso por mis cosas.
Un abrazo.

Gracias Ferreiro,

es un verdadero honor para mí tu paso por mis poemas.

Te mando un abrazo enorme, hermano.

Gracias Celia,

muy agradecido por tu paso y generosa valoración.

Un abrazo.

Gracias Pepa,

eres un encanto, siempre tienes una buena palabra para todos.

Un abrazo, hermana.

Pablo Ibáñez escribió:



Si pudieras calmar entre tus manos
el amor universal que llevas dentro
-tocar su impunidad, hacerlo cuerpo,
parar un autobús con su perímetro de años…

Amor que profesas a las calles animadas
y su gente. Si pudieras volcarlos todos dentro
del cráter de ansiedad que te perfora,
derretir su miedo en tu talento
especial,
regalarles un pedazo de tu vida de heroína,
sin bodas ni tacones, sin prisa que envejezca…

Amor que se ensimisma en un sujeto
pasivo. Si pudieras fundir su corazón monotarea
con el fuego de proyectos que le arrojas
sitiándole en la paz del ascensor
ametrallada de ilusión
-pero él frunce su pasmo, rumia hechos…

Si pudieras doblar tus emociones, cegarlas para luego,
tasar las cucharillas de amor que corresponden
en un remedio amargo
y no endulzar paredes,
serías diferente:
un absurdo robot de protocolo
en un baño de aceite.

Espléndido poema, Pablo. Das al tema amoroso, tan eternamente socorrido, una visión personal, muy genuina, cuya lectura atrapa. La musicalidad versal está muy conseguida para disfrute del lector. Un gran trabajo, amigo.

Recibe mi aplauso con un abrazo.
Felipe.

Gracias Felipe,

sabiendo de tu calidad como poeta, es un honor para mí tu generosa valoración.

Un abrazo.

Impresionante amigo Pablo un honor tenerte entre nosotros muy bueno este trabajo, verdaderamente de alto nivel.
javier

Estimado amigo y respetado poeta, te luces desnudando al hombre, abriendo el corazón, reflexionando sobre sus cosas y sus paradojas, pero además lo haces con un estilo propio e inigualable, con un ritmo impecable y con todos esos ingredientes que hacen de tus trazos, poesía de la Buena, Buena..., como para fumársela y volar (bueno "metaforeándola" un poco con la cannabis...jeje). Ya eres de los que no se permiten ni malo, ni regular, ni común, sino, solamente lo mejor. Un abrazo grande compañero.

Sube con aplausos!