Capítulo 4

[Matute, Juan Pablo]

Capítulo 4

(ABSOLUTAMENTE LOS COLORES DE MI ALMA)




El caballo de engranajes fantásticos y la página en blanco.

Ya los ves.














Viñedos de buena cepa y oquedades en la inspiración.

Acá están.
















¿Me falta alcohol?, ¿me falta la mariposa del trópico?
¿Psiquis?
No.

Me falta inspiración.


Capitulo 4.-

Han pasado unas horas y…
no ha pasado ABSOLUTAMENTE nada.[RIGHT]Salvo por…[/RIGHT]



LOS COLORES DE MI ALMA.


Pues mira, tengo un alma verde esmeralda y no es un ovillo, aunque a veces lo dude. Y esto es verdad, nada de metáforas, analogías ni giladas, mi alma es verde, cuando escribo, a veces muta a azul Francia o púrpura profundo, en mis ataques de desasosiego es ocre, según el grado vira al castaño. Y yo lo se por osmosis, o por conocimiento silencioso o por lo que sea, cierro los ojos y vislumbro fuera del espectro dentro de la esencia. Es así, simplemente lo sé. El método la pulsión. El blanco y el negro los parámetros carentes de color.
Una recta infinita e imponderable.



Pero…, esto no lo quiero escribir, aunque ya este hecho.


Un hipogrifo adyacente al Gran Sepulturero, esperando, mediante los puentes hiperestelares, el descenso presuroso del Carmín, sin duda alguna es más divertido que los bloques de cemento, estructuras literarias avaladas por la danza monacal.

Bien, el hipogrifo surcó el cielo tan fucsia impregnado de una película acuosa como un collage de luminiscencias e inextricables aristas de bordes entrelazados y antiguos,
esto es real, sacando el hipogrifo, y el claustro; las palabras con las que fue Escrito. Quizás yo me haya manifestado en su imagen involuntariamente o no.- “Por otra parte, me doy cuenta de mi acento en falsete, y me doy cuenta que repito, como loro, mis inventos, esto no me causa estupefacción, pero contemplo el prado fértil de abreojos y aerolitos desde otra dirección.”

Entonces, la música intenta penetrar con sus matices la capa de tierra resquebrajada por el calor del sol, o no. Y, alguien me dijo alguna vez que leyó en algún lugar, que se acordaba de no se donde, que inquirió en no se que tugurio que sólo hay que escribir hasta los veintidós. Yo no le creo, pero bueno, ahora miro desde la otra dirección.
-¿Desde el desencanto?. “No”; -¿Desde la pesadez de una entelequia en contubernio fogozo con el impoluto hogar? . “Tampoco” No me rompas las pelotas con el súper yo, con Freud, la religión y ademanes imberbes de salutación.


… y tuvimos sexo a la vez que leía un libro de alegres inflorescencias en voz alta, eso la excitaba.


¿Una remembranza de la noche noche noche anterior, o sólo un intento desesperado e ilusorio de querer arrancarme el corazón y tirarlo a la hoja, y no saber, y no saber, por donde empezar?

¡Más fácil aún!, una exquisita vuelta de tuerca.

(pero tan gastada, pero tan gastada, pero tan gastada)

¿Que qué?

-Nada, no me caes bien, es más desde ahora…

¡Jamás!

-Sí, desde ahora me aburrís.


Pero volviendo…, ¿capítulo cuatro de qué?!



Yo creo que de la telenovela, bizarra y briznosa, de la tarde,
cuando entra mi conciencia por la puerta, el magnate la ve con cizaña,
sabe, su guión lo dice, que ella lo engañará.

Siempre la vocecita hace lo que se le place, y el acaudalado acuñando la razón
tiende a regir, pero también a caer en la trampa autóctona.

Y bueno…, seré lo que sea, hoy por ejemplo no llego a sentir definitivamente nada,
todo carece de sentido, es gracioso, pero la nada y el todo son la misma cosa. Todo
es una pantomima absurda, un desfile frustrante de felicidad librada al padecimiento embellecido
por la actual fiebre de barbitúricos, y “nada” se le parece, mucho. La esencia de suspensión alza las velas y pasa por la misma isla, atraviesa el mismo delta y se dirige al ojo mágico e impalpable, nunca llega, pero se dirige y desaparece la aflicción, que por cierto, no existe, pero la sentimos, acá dentro, tan adentro, como una puntada filosa y cruel, un sucio espejo, nada.
Es un mensaje del coño, la ostia y las santas heces, pero que quieren que haga, déjenme sacarme un poco los despojos, en estos días no podría ver ni a mi madre con cariño. No tengo cariño, mentira, nada, mentira, todo. Capítulo cuatro…, ¿de qué?!


!Coño!



La criada siempre estuvo buena, es como la tía copada sublevada
por el peso encalado de la ley.
Un índice gigante y blanco la aplasta mientras friega, cocina o va hacia el lavabo,
pero guarda en sus hermoso relicario los senos de Electra, ¡ay! la sed de nuestro vampiro,
esas ansías del incesto prohibido.


El cómplice posiblemente será nuestro mejor amigo, embelesado por una promesa
vana de inmortalidad, sexo rápido y poder. El chofer, nuestro compañero fiel, ¡cómo me gusta
volar, o lo que sea! Viajar…, ¿adonde? ¡adonde sea!, ¿escapar?, jamás, no hay lugar
para fugitivos en los índices del Indec.

¡Televisores!..., ¡marchen siempre adelante!
¡Váyanse y sean déspotas!,
no hay más dominios en las diócesis, ni en las abadías, ni en el mundo entero.
¿Y Dios??
¡Ja!, no sean infantes, Bienvenidos al Mundo y al Hoy


(pausa publicitaria)

Antes era un perdedor
de niño me pegaban y mi padre me violó.
En el colegio, la vida, ¿qué vida?,
fue funesta, ¡realmente un horror!

Antes era un perdedor
de niño me pegaban y mi padre me violó

¡Pero ahora!, ay, sí, ahora, ahora soy,
tengo un celular y puedo llamarte para salir a almorzar,
tengo nuevas zapatillas y un Lewis y un sombrero tan cool,
soy todo, y todo lo puedo, si me vieran por la calle
¿no me confundirían con un dios?

Tengo la plata y las máscaras, tengo el amor serafín,
y las tiendas y aniversarios , a tientas veo la Luz…,
¿es el infinito?! ¿es la iluminación?!
No, es mi reloj.

¡Bip- Bip!


Escuchen, hermanos, no somos dos.

(fin de la tanda publicitaria)


Todo está en nuestras mentes

Y mientras los fuegos esenciales rugen en los bacanales,
se alzan las murallas infinitas
y los cuerpos siguen comprando parcelas en la luna.

[Marcos Andrés Minguell]

¿Prosa poética?...

[Matute, Juan Pablo]

NO, LIBERTAD.

[Viví Flores Massares]

Leerte es toda una experiencia, Api, no tiene desperdicio alguno. Te arrastra de principio a fin la historia y te deja siempre con ganas de más, es un enorme placer siempre.

Un abrazo.