para seguir viviendo
y eso, nena, tú lo sabes;
eres tú.
(Lou Reed)
A veces, a veces solo, me gustan mis errores.
Nunca encontré una razón para acallar
lo que grita en el silencio de los otros.
Pero sí para amar sin ser amado,
ahora que no quieres quererme
y no puedes,
que me dejo la vida por amarte.
2
El silencio se escucha
en el rumor continuo
de los ángeles,
de las alas,
de los pájaros.
3
Voy andando como un funámbulo ciego que lleva
la terribilitá del mundo en la mirada,
la amargura del rostro de Salieri en la angustia de la Red.
Y, sin embargo, Dios es bueno;
nos entregó la luz; el milagro intuitivo de Mozart.
4
Te quiero porque tu alma
habita en el lugar
donde todos los días son fiesta,
porque te estremeces
más con el Jesús de la Cruz
que con el que anduvo
sobre la mar.
(Francisco Enrique León)