Contemplamos
el astro, que ya no es,
y decimos: «he ahí la certidumbre»,
sin comprender que un día,
hace mucho,
proyectó en el espacio
el último estertor de su estallido:
es su ausencia, por tanto,
la que brilla.
Nada es lo que parece.
Vivimos sumergidos en el fraude
virtual de la apariencia.
No es real
tampoco nuestro ahora:
al punto de sentirlo, ya es el antes;
las cosas son el eco
de sí mismas.
Por eso navegamos
bajo estrellas que, tal vez, ya no existen.
Y así, también nosotros,
algún día,
estando sin estar,
apenas ya sin ser, deambularemos
creyendo ser quien fuimos
una vez.
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Poema cuántico (ver artículo en el foro)
Estrofas de 4,7,11,7 sílabas
Acentuación en sexta y penúltima sílabas.