Filos

[Jerónimo Muñoz]

EL SÍMBOLO EN GAMONEDA

Con el símbolo ocurre algo muy curioso y es que, a veces, es símbolo de algo que se desconoce. Otra posibilidad –y esto coincide con la alusión a los elementos corporales y materiales, con la fisicidad que se mueve en mi poesía– es que el símbolo se simbolice únicamente a sí mismo. Puede parecer que esto no tiene sentido, pero yo pienso que sí. Si el poeta ha sabido realmente «controlar» el contexto poemático, ha dotado de poder simbólico al término lingüístico puro que designa una cosa, y es entonces cuando adquiere esa función, con independencia de que conozcamos o no lo que simboliza.



FILOS


Has elegido un puñal carente de pánico.

Se ensancha mi corazón al comprobar la inocencia de tus dedos. Me miras desde la redondez de tus temores, pero yo sé que tu llanto siempre ha sido un temblor de palmeras. Me anulo.

Por mis arterias más cansadas ha fluido un bálsamo que enjuga las memorias. No soy yo quien ha de contener tu latido. No puedo herir tus sienes ni tus manantiales.

He visto besos en tus cicatrices e insectos de madera que semejan fertilidad en el alcohol de tus claveles. Acércate a mis ojos, dame luciérnagas.

Tengo puesta mi esperanza en tus pupilas que hierven en el crisol de la intemperie. ¿Dónde está aquel olvido que resbalaba por tus caderas? Sostienes con tus brazos una docena de evidencias y las amas.

Las piedras de tu vereda proyectan una sombra de aceros tristes. Las aristas de tu pasión se clavan en mi cuello. ¿Cuándo podré verte sin necesidad de huesos sagrados? ¿Cuándo mi voz podrá deslizarse por tu pelo, por tus tempestades?

Los números huyen de mí, aterrorizados. Ahora estoy desnudo de ruidos y me puedo aproximar a los amaneceres. Muchos pilares del cariño se han roto, pero quedan puentes entre nieblas y besos. Porque delante de los cometas vuela la sílice; delante de la lluvia, las semillas; delante de tus venas, la hierba que me incita; delante de las campanas, el eco de tu filo.

Nunca incendiaré el pinar de tu pureza enamorada.

[Óscar Distéfano]

EL SÍMBOLO EN GAMONEDA

Con el símbolo ocurre algo muy curioso y es que, a veces, es símbolo de algo que se desconoce. Otra posibilidad –y esto coincide con la alusión a los elementos corporales y materiales, con la fisicidad que se mueve en mi poesía– es que el símbolo se simbolice únicamente a sí mismo. Puede parecer que esto no tiene sentido, pero yo pienso que sí. Si el poeta ha sabido realmente «controlar» el contexto poemático, ha dotado de poder simbólico al término lingüístico puro que designa una cosa, y es entonces cuando adquiere esa función, con independencia de que conozcamos o no lo que simboliza.



FILOS


Has elegido un puñal carente de pánico.

Se ensancha mi corazón al comprobar la inocencia de tus dedos. Me miras desde la redondez de tus temores, pero yo sé que tu llanto siempre ha sido un temblor de palmeras. Me anulo.

Por mis arterias más cansadas ha fluido un bálsamo que enjuga las memorias. No soy yo quien ha de contener tu latido. No puedo herir tus sienes ni tus manantiales.

He visto besos en tus cicatrices e insectos de madera que semejan fertilidad en el alcohol de tus claveles. Acércate a mis ojos, dame luciérnagas.

Tengo puesta mi esperanza en tus pupilas que hierven en el crisol de la intemperie. ¿Dónde está aquel olvido que resbalaba por tus caderas? Sostienes con tus brazos una docena de evidencias y las amas.

Las piedras de tu vereda proyectan una sombra de aceros tristes. Las aristas de tu pasión se clavan en mi cuello. ¿Cuándo podré verte sin necesidad de huesos sagrados? ¿Cuándo mi voz podrá deslizarse por tu pelo, por tus tempestades?

Los números huyen de mí, aterrorizados. Ahora estoy desnudo de ruidos y me puedo aproximar a los amaneceres. Muchos pilares del cariño se han roto, pero quedan puentes entre nieblas y besos. Porque delante de los cometas vuela la sílice; delante de la lluvia, las semillas; delante de tus venas, la hierba que me incita; delante de las campanas, el eco de tu filo.

Nunca incendiaré el pinar de tu pureza enamorada.

Muy oportuno e interesante el epígrafe, aunque no se refiera al contenido propio de la obra, sino a un elemento que la caracteriza.

En primer lugar quiero destacar la forma de verso libre tipo Witman con que decides trasmitir el mensaje, la idea poética. Quiero destacar el brillante resultado. El monólogo amoroso se manifiesta de una forma culta, intelectual, saturado de imágenes paradojales que, sin embargo, "calzan" perfectamente en el sentido que se desea trasmitir. Son metáforas con chispazos surrealistas que impresionan agradablemente, porque nos recuerda la extrema pasión del romanticismo: "te bajaré las estrellas", "te amaré aunque se rompa el eje de la tierra", "seré polvo enamorado", etc. Solo que aquí las alusiones son mucho más sutiles y "creíbles". Marcaré con negrita algunas frases que me impactaron. Brillante.

Un abrazo, compañero.
Óscar

[Ramón Carballal]

Bellísimo poema. Me ha atrapado de principio a fin. La introducción al mismo, sobre la concepción del símbolo, es de lo más interesante. Enhorabuena y un abrazo.

[Pilar Morte]

Tiene tu poema versos magistrales. Te iba a resaltar dos pero me quedo con todos.
Me ha encantado. Felicidades.
Abrazos

[Jerónimo Muñoz]

EL SÍMBOLO EN GAMONEDA

Con el símbolo ocurre algo muy curioso y es que, a veces, es símbolo de algo que se desconoce. Otra posibilidad –y esto coincide con la alusión a los elementos corporales y materiales, con la fisicidad que se mueve en mi poesía– es que el símbolo se simbolice únicamente a sí mismo. Puede parecer que esto no tiene sentido, pero yo pienso que sí. Si el poeta ha sabido realmente «controlar» el contexto poemático, ha dotado de poder simbólico al término lingüístico puro que designa una cosa, y es entonces cuando adquiere esa función, con independencia de que conozcamos o no lo que simboliza.



FILOS


Has elegido un puñal carente de pánico.

Se ensancha mi corazón al comprobar la inocencia de tus dedos. Me miras desde la redondez de tus temores, pero yo sé que tu llanto siempre ha sido un temblor de palmeras. Me anulo.

Por mis arterias más cansadas ha fluido un bálsamo que enjuga las memorias. No soy yo quien ha de contener tu latido. No puedo herir tus sienes ni tus manantiales.

He visto besos en tus cicatrices e insectos de madera que semejan fertilidad en el alcohol de tus claveles. Acércate a mis ojos, dame luciérnagas.

Tengo puesta mi esperanza en tus pupilas que hierven en el crisol de la intemperie. ¿Dónde está aquel olvido que resbalaba por tus caderas? Sostienes con tus brazos una docena de evidencias y las amas.

Las piedras de tu vereda proyectan una sombra de aceros tristes. Las aristas de tu pasión se clavan en mi cuello. ¿Cuándo podré verte sin necesidad de huesos sagrados? ¿Cuándo mi voz podrá deslizarse por tu pelo, por tus tempestades?

Los números huyen de mí, aterrorizados. Ahora estoy desnudo de ruidos y me puedo aproximar a los amaneceres. Muchos pilares del cariño se han roto, pero quedan puentes entre nieblas y besos. Porque delante de los cometas vuela la sílice; delante de la lluvia, las semillas; delante de tus venas, la hierba que me incita; delante de las campanas, el eco de tu filo.

Nunca incendiaré el pinar de tu pureza enamorada.

Muy oportuno e interesante el epígrafe, aunque no se refiera al contenido propio de la obra, sino a un elemento que la caracteriza.

En primer lugar quiero destacar la forma de verso libre tipo Witman con que decides trasmitir el mensaje, la idea poética. Quiero destacar el brillante resultado. El monólogo amoroso se manifiesta de una forma culta, intelectual, saturado de imágenes paradojales que, sin embargo, "calzan" perfectamente en el sentido que se desea trasmitir. Son metáforas con chispazos surrealistas que impresionan agradablemente, porque nos recuerda la extrema pasión del romanticismo: "te bajaré las estrellas", "te amaré aunque se rompa el eje de la tierra", "seré polvo enamorado", etc. Solo que aquí las alusiones son mucho más sutiles y "creíbles". Marcaré con negrita algunas frases que me impactaron. Brillante.

Un abrazo, compañero.
Óscar

Creo haberte dicho ya cuánto admiro tus dotes críticas para hacer estos comentarios de texto (solo comparables a tus dotes poéticas) que hacen que el foro se engrandezca con ellos, pues le dan lustre y esplendor. Y si esto das al foro, a mí me elevan muy por encima del bajo techo de mis méritos.
Gracias, Óscar. Eres grande.
Otro abrazo para ti.

Jerónimo

[Alejandro Costa]

Magnífico Jerónimo.

Desde la explicación del principio hasta el la última sílaba del último verso.

Perfecto.

Un abrazo.

[Armilo Brotón]

Suscribo la gran crítica de Óscar, todo un lujo de la que aprendo mucho. Y sólo me queda felicitarte por este gran poema.
Un abrazo y salud

[Jerónimo Muñoz]

Bellísimo poema. Me ha atrapado de principio a fin. La introducción al mismo, sobre la concepción del símbolo, es de lo más interesante. Enhorabuena y un abrazo.

Tu presencia aquí me satisface mucho, Ramón. Sé que el poema puede resultar difícil para algunos, pero también sé que a ti te habría de agradar.
Gracias y otro abrazo.

Jerónimo

[Hallie Hernández Alfaro]

Una maravilla, querido amigo; alto, sólido, luminoso, fuerte desde sus raíces hasta la cúpula delirante y tremendamente bella.
La entradilla es un plus.

Aplausos vivos y emocionados.

Un abrazo grande.

[Jerónimo Muñoz]

Tiene tu poema versos magistrales. Te iba a resaltar dos pero me quedo con todos.
Me ha encantado. Felicidades.
Abrazos

Le digo mucho a Hallie que es mi sol; tú eres todo el resto de mi galaxia. Gracias, Pilar. Eres una galaxia de luz.
Abrazos.

Jerónimo

[Ricardo López Castro]

Una obra de arte, Jerónimo.
No hay nada que decir.
Si acaso contemplar cómo se acercan las distancias a la vez que se alejan.
Enhorabuena por este bidireccional poema.
Abrazos y felicidad, amigo de versos.

[Carmen López]

Buen poema, jerónimo, con un lujo de entradilla que es un guante de miel para un poema espléndido. Felicidades.

Un abrazo grande.

Carmen

[Manuel Alonso]

Jerónimo, aplausos 15 minutos por lo menos, para este poema, este encabezamiento, el cierre, las imágenes, el simbolismo, la estructura, todo, todo, un placer su lectura y una felicitación, cómo no, muy merecida. Gracias amigo por compartirlo, un abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Jerónimo,

me ha gustado mucho el poema, amigo. Aires gamonedianos recorren todo el texto, no solo en la brillante entradilla, sino en el mismo contenido del poema, con esa estructura en prosa o versículos, serios y contundentes, severos, aparentemente fríos, pero cargados de un vibrante simbolismo.

Me gusta.
Abrazos.

[Jerónimo Muñoz]

Magnífico Jerónimo.

Desde la explicación del principio hasta el la última sílaba del último verso.

Perfecto.

Un abrazo.

Celebro mucho que este poema haya sido merecedor de tus elogios.
Gracias, Alejandro.
Abrazos.

Jerónimo