Soplo eterno

[Felipe Fuentes García]

Y aquel pichón de luna fulgurante
despertaba en tus ojos una ungida
gota de amanecer desvanecida
anunciando el susurro más amante.

Tal fue el ara infinita del instante:
tú, del rito de amor ofrenda herida
por la luz; yo, buhonero en renacida
gacela de azabaches, oficiante.

Y ahora, al renacer, tu voz derrama
intimidades de alameda, evoca
el soplo eterno del amar soñado.

Aljibe en corazón de fuente y llama,
nutres del antes y el después mi boca
ebria de tu gemir enamorado.

[E. R. Aristy]

Bellísimo, Felipe! Sublime erotismo. Te felicito por esta esplendorosa entrega. Abrazos, ERA

[Guillermo Cumar]

El soneto y el pichón tomaron parte y recibiste por mi parte el aplauso del sop`lo eterno.

Un abrazo amigo

[F. Enrique]

Se te dan muy bien los sonetos, Felipe. Este, en concreto, me lleva al Lorca de los Sonetos del amor oscuro; elegancia, gracia, pasión.

Un abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso trabajo, amigo Felipe.
Abrazos.

[Pilar Morte]

Versos líricos y bien construidos para degustar poesía. Un placer leerte.
Abrazos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Un maravilloso poema, Felipe. Tan bien hallado, tan bien sentido.

Aplausos a rabiar; abrazo y felicidades.

[Felipe Fuentes García]

Bellísimo, Felipe! Sublime erotismo. Te felicito por esta esplendorosa entrega. Abrazos, ERA

Muchas gracias, ERA, por dejarme tu impresión sobre el poema.
Me agrada que te haya gustado.

Recibe un gran abrazo, amiga.
Felipe.

[Ricardo Serna G]

Felipe


Un soneto magnífico
con la calidad de tu pluma... querido amigo
el amor presente maravillosamente expresado


Un abrazo fuerte

[Felipe Fuentes García]

El soneto y el pichón tomaron parte y recibiste por mi parte el aplauso del sop`lo eterno.

Un abrazo amigo

Muchas gracias, Guillermo, por tu generoso comentario.

Un abrazo para ti, amigo.
Felipe.

[Simon Abadia]

Y aquel pichón de luna fulgurante
despertaba en tus ojos una ungida
gota de amanecer desvanecida
anunciando el susurro más amante.

Tal fue el ara infinita del instante:
tú, del rito de amor ofrenda herida
por la luz; yo, buhonero en renacida
gacela de azabaches, oficiante.

Y ahora, al renacer, tu voz derrama
intimidades de alameda, evoca
el soplo eterno del amar soñado.

Aljibe en corazón de fuente y llama,
nutres del antes y el después mi boca
ebria de tu gemir enamorado.

Lírico y bello ese tratamiento al erotismo que raya la exquisitez.

Abrazos