(Romance al amor que se extraña)
En la noche con la luna,
la luz y risa expiraba,
y los sueños en reposo
entre los nimbos hablaban;
algunos eran abyectos
reflejando las patrañas,
y otros eran errabundos
viajando entre las mil capas
de los años, donde imperan
el aquilón y la casa
de mi mujer, y crisoles
para fraguar la estragada
fuente de mi corazón.
Hoy despierto con el alba
con un hogar albo y estoico,
depurando los mañanas
y blandiendo su gran huida,
con tristeza que no calla
lágrimas de amor y muerte,
sin su alma que no canta.