Si me colocorn una navaja en la garganta y tuviera que elegir ser otro poeta, diría Elda, Joaquín y, por supuesto tú, todo lo que escribes, hasta en tus poemas menos afortunados, es sublime para aquellos que tenemos un alma de 21 gramos que se hace muy pesada, que no acabamos de arrastrar del todo. Gracias por haberme necesitado alguna vez. Yo te necesito siempre; La insoportable levedad del ser...
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
***
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)