un apretón lleno de intrigas,
esa que aboga libertad,
la que se ahoga en su vacío,
las que solicitan auxilio,
aquellas repletas de abalorios,
una, de tan pocas, que te ofrece ayuda.
Perpetuo, indecoroso, feliz,
hermético, abierto,
rey destronado, lacayo hambriento,
ordenado dentro de un desorden,
desnudo ante el oxígeno infestado,
vestido de harapos de huellas y vida,
tormentosa locura, risas y llantos.
II – OJOS
Llagas de terciopelo de imágenes encadenadas,
la vida a golpes de miradas,
cicatrices que oscurecen el sol brillante,
las mañanas asfixiadas sin rocío,
el árbol resfriado de hojas,
bosques sin vegetación,
caminos sin empedrado, vista sin vida.
III – NARIZ
¿A qué huele el dolor?
¿las lápidas olvidadas,
los paseos solitarios,
esas arrugas talladas en el tiempo?
¿a qué huele la vida?
¿la vivencia, el consuelo, el desasosiego?
¿qué exhala un alma muerta?
IV – OÍDOS
El silencio de la noche,
el estruendo de la tormenta,
la voz que no se escucha,
los consejos que no te llegan,
el reclamo de la avaricia,
el sollozo de alguien en desamparo,
el féretro silencioso, la llamada del nicho.
V – MANOS
La despedida a golpes dolorosos,
un apretón lleno de intrigas,
esa que aboga libertad,
la que se ahoga en su vacío,
las que solicitan auxilio,
aquellas repletas de abalorios,
una, de tan pocas, que te ofrece ayuda.