Cecilia Martos escribió:Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
Antonio Machado
A mis queridos hijos en su aniversario.
No existen las palabras olvidadas,
sólo el silencio incierto de las cosas
impenetrables, mudas, dolorosas.
Ilusiones de niño acribilladas.
Tiene la tarde, pena, duermevela
en el alma, tristeza incomprendida,
el nudo de la frase contenida,
impotencia que a solas se rebela.
Lo que espero no existe, son palabras
sin vida que se han ido sin permisa,
al declinar la tarde al camposanto.
Algunas fechas suelen ser macabras.
Una madre condensa aún con llanto
las huellas de tortura en su sonrisa.
Cecilia Martos