La mirada de san Esteban

[Armilo Brotón]

Bajo el cuadro de Juan de Juanes, el Martirio de San Esteban

Yo sé
Cristina.
Con ignición, el carrusel me costará cincuenta pesos
y la cama. Da igual, sírve un gin tónic.
Perdido el órdago, con treinta y una y media,
no importa el fornicio si es pecado;
sobre la cama san Esteban muere
—del silencio en su boca se desangra
la dicha—,
mientras dirime su locura.

De los colores, todo el Parnaso
al rojo, —¡No va más! anuncia el Croupier.
Determina Hamlet: —¡Oh carne mía!
lengua estropajosa que entre tus piernas
hurga en la duda.

Tú
ganas siempre: la distancia mide el tiempo.
Yo,
un perro que aguarda, dormitando y apacible,
la próxima partida
—en el pasillo de Aqueronte, nadie pierde una apuesta.

[tab=30][tab=30][tab=30][tab=30][tab=30][tab=30]Descartes
—más allá del eufemismo—, es follar temprano
sin amagar un punto en el tablero;
sin que la madrugada ponga un límite a lo que tenemos
de origen,
ni una integral a la baraja del destino.

Entonces,
¿quién soy?
—me preguntas con desconcierto.
¿Tú?
La reina de bastos,
mi puta;
yo,
la mirada de san Esteban.

Roger Nelson
elPerro

[Julio Gonzalez Alonso]

Yo sé
Cristina.
Con ignición, el carrusel me costará cincuenta pesos y la cama.
Da igual,
sírve un gin tónic.
Perdido el órdago con treinta y una y media,
ya no importa el fornicio
ni el pecado, mira arriba:
San Esteban muere
desangrándose en tu boca
mientras dirime su locura.

De los colores dame el Parnaso
es rojo
-¡no va más!-,
determina la decisión de Otelo:
la lengua estropajosa que entre tus piernas
hurga en la duda.

Tú
ganas siempre: la distancia mide el tiempo.
Yo,
un perro que aguarda, dormitando y apacible,
la próxima partida
-en el pasillo de Aqueronte, nadie pierde una apuesta-.

[tab=30][tab=30][tab=30][tab=30][tab=30][tab=30]Descartes
-más allá del eufemismo-, es follar temprano
sin ser nadie en la cuadrícula;
sin que la madrugada ponga un límite a lo que tenemos
de origen,
adjudicado.

Entonces,
¿quién soy yo?
-me preguntas con desconcierto-.
¿Tú?
Eres la jota de bastos,
mi puta,
la mirada de San Esteban.

Roger elPerro

No sé qué ocurrirá en este final de partida; tal vez al estilo de la Samuel Becket la soledad sea la que gane.
Con un abrazo.
Salud.

[Armilo Brotón]

No sé qué ocurrirá en este final de partida; tal vez al estilo de la Samuel Becket la soledad sea la que gane.
Con un abrazo.
Salud.

Cierto mi estimado Julio. Acompañados en determinados tramos del camino, en una relación más o menos amable con resto de congéneres, al final estamos solos en las decisiones y sobre todo frente a la muerte.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo

[Antonia Mauro]

Otro gin tonic para mí por favor,
mientras saboreo tu poema al mismo tiempo.
A mí tampoco me importa el pecado, el fornicio sí.

joder miguel, me encanta cómo dices algunas cosas,
parece que estés tomando la comunión, pero no,

"La lengua estropajosa que entre tus piernas
hurga en la duda."

No hay duda, cuando encuentras a ese otro y hurga en tu duda,
ves el cielo. Y se despejan todas tus dudas.

un abrazo sin apretar ni nada que te emocionas.

[Armilo Brotón]

Otro gin tonic para mí por favor,
mientras saboreo tu poema al mismo tiempo.
A mí tampoco me importa el pecado, el fornicio sí.

joder miguel, me encanta cómo dices algunas cosas,
parece que estés tomando la comunión, pero no,

"La lengua estropajosa que entre tus piernas
hurga en la duda."

No hay duda, cuando encuentras a ese otro y hurga en tu duda,
ves el cielo. Y se despejan todas tus dudas.

un abrazo sin apretar ni nada que te emocionas.

Por supuesto doña Antonia. Le pongo también unos frutos secos regalo de la casa.
Tuvo que ser mi formación sacerdotal la que me dio esta forma de discurso. Pero tienes razón en que uno utiliza lo que tiene en el almacén de la memoria. Llega un momento en que la duda no tiene mucho sentido cuando ya las cartas están echadas y boca arriba.
Tú ponte también boca arriba cuando puedas y verás como tienes menos dudas.

Gracias por este buen comentario y otro abrazo medio apretadí.

[Antonia Mauro]

Otro gin tonic para mí por favor,
mientras saboreo tu poema al mismo tiempo.
A mí tampoco me importa el pecado, el fornicio sí.

joder miguel, me encanta cómo dices algunas cosas,
parece que estés tomando la comunión, pero no,

"La lengua estropajosa que entre tus piernas
hurga en la duda."

No hay duda, cuando encuentras a ese otro y hurga en tu duda,
ves el cielo. Y se despejan todas tus dudas.

un abrazo sin apretar ni nada que te emocionas.

Por supuesto doña Antonia. Le pongo también unos frutos secos regalo de la casa.
Tuvo que ser mi formación sacerdotal la que me dio esta forma de discurso. Pero tienes razón en que uno utiliza lo que tiene en el almacén de la memoria. Llega un momento en que la duda no tiene mucho sentido cuando ya las cartas están echadas y boca arriba.
Tú ponte también boca arriba cuando puedas y verás como tienes menos dudas.

Gracias por este buen comentario y otro abrazo medio apretadí.

por supuesto y las piernas bien abiertas, siempre que puedo.
Yo soy más directa que tú hablando jaajaj

boca arriba y boca abajo, da igual, el caso es que te tiemblen las piernas.

Tú mismo con lo del abrazo apretado, pero te vas a calentar que te lo digo yo, con eso del roce, que a veces el roce hace el cariño.
Y después vas a querer más, tú mismo. Y no puede ser Miguelito, no puede ser, que estoy muy pillada y yo no quiero que sufras por nada del mundo.

[Armilo Brotón]

por supuesto y las piernas bien abiertas, siempre que puedo.
Yo soy más directa que tú hablando jaajaj

boca arriba y boca abajo, da igual, el caso es que te tiemblen las piernas.

Tú mismo con lo del abrazo apretado, pero te vas a calentar que te lo digo yo, con eso del roce, que a veces el roce hace el cariño.
Y después vas a querer más, tú mismo. Y no puede ser Miguelito, no puede ser, que estoy muy pillada y yo no quiero que sufras por nada del mundo.

A los viejos monos masturbadores ya sólo nos calienta el ron mientras contemplamos la vida sobre los pocos árboles que nos van dejando.
Lo del cariño lo dejamos para los culopelados jóvenes

[Antonia Mauro]

por supuesto y las piernas bien abiertas, siempre que puedo.
Yo soy más directa que tú hablando jaajaj

boca arriba y boca abajo, da igual, el caso es que te tiemblen las piernas.

Tú mismo con lo del abrazo apretado, pero te vas a calentar que te lo digo yo, con eso del roce, que a veces el roce hace el cariño.
Y después vas a querer más, tú mismo. Y no puede ser Miguelito, no puede ser, que estoy muy pillada y yo no quiero que sufras por nada del mundo.

A los viejos monos masturbadores ya sólo nos calienta el ron mientras contemplamos la vida sobre los pocos árboles que nos van dejando.
Lo del cariño lo dejamos para los culopelados jóvenes

No me subestimes Miguelito, no me subestimes que me jode mucho,
decir que yo no puedo...vamos hombre.

Ya te digo yo, que la vida siempre siempre puede sorprenderte,
estás de capa caída neno, espero que no te esté todo caído.

Estás avisadito, y yo, estoy en mi mejor momento, soy capaz de despertar a un muerto
y hasta a un mono masturbador. Y sin necesidad de ron, con eso te digo todo. Bueno al menos a mi no me hace falta

[Ramón Carballal]

Brillante juego simbólico entre el martirio y otras cosas más terrenales. Me ha gustado mucho. Felicidades y un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Armilo, hermano, de nuevo sacas la navaja de la poesía que va abriendo heridas donde la sangre ha de salir dulce y lujuriosa.
Creo que en Antonia tienes a una rival de partida inmejorable.

Antonia y Armilo, dos animales poéticos de primer orden.

Un fuerte abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Aunque a ese Esteban no lo santifico igual que a los demás, aplaudo el fulgor de tu poema y engranaje de la inspiración
que tan bien usas desde tu personal instauración del medio.

Un abrazo

[Armilo Brotón]

Brillante juego simbólico entre el martirio y otras cosas más terrenales. Me ha gustado mucho. Felicidades y un abrazo.

Ciertamente era ese juego, al que aludes, el que me motivó. Muchas gracias, Ramón, por tu certero comentario.
Un abrazo

[Armilo Brotón]

Armilo, hermano, de nuevo sacas la navaja de la poesía que va abriendo heridas donde la sangre ha de salir dulce y lujuriosa.
Creo que en Antonia tienes a una rival de partida inmejorable.

Antonia y Armilo, dos animales poéticos de primer orden.

Un fuerte abrazo.

Como dijo San Jesucristo a Pedro te digo yo a ti:
— Hermano, ¿tú me quieres más que estos? Y si me quieres, ¿por qué me pones frente a los miuras?

Yo también te quiero, ya sabes, pero mejor te bajas tú al ruedo, de grana y oro, y yo te aplaudo con un puro en la mano.

Abrazo hermano

[Antonia Mauro]

Armilo, hermano, de nuevo sacas la navaja de la poesía que va abriendo heridas donde la sangre ha de salir dulce y lujuriosa.
Creo que en Antonia tienes a una rival de partida inmejorable.

Antonia y Armilo, dos animales poéticos de primer orden.

Un fuerte abrazo.

Como dijo San Jesucristo a Pedro te digo yo a ti:
— Hermano, ¿tú me quieres más que estos? Y si me quieres, ¿por qué me pones frente a los miuras?

Yo también te quiero, ya sabes, pero mejor te bajas tú al ruedo, de grana y oro, y yo te aplaudo con un puro en la mano.

Abrazo hermano

Vas a cobrar Miguelito, vas a cobrar, te lo digo.

Como si yo fuera tontita y no supiera tomar decisiones.

Estamos? Pues eso.