La ventaja del que olvida

[Pablo Ibáñez]

La ventaja del que habla es el silencio del que calla
transigiendo el rumor de sus palabras
desplegándose vacías y doradas. El sentido
se dirime solitario, con el tiempo
deshuesado de miradas y alegatos. Porque es cierto:
la ventaja del que calla reside en la mirada al que le habla
—extensa o negligente, voraz o comprensiva, no tangible—:
establece un cauce limitado a la expresión, o la desboca.
Aquellos que hablan ensalzan la ventaja del que calla, y viceversa.


La ventaja del que duda es la malicia
taladrando ilusiones, espejismos, deidades perezosas;
el amor a la razón confina el miedo —no lo extingue—
al recinto del debate interminable, o a las bromas.
Se necesita algo de fe para ser polvo y, por lo tanto,
la ventaja del que cree es el consuelo del deseo
de creer. Su amor de voluntad lo puede todo. Las palabras
deciden la verdad del que las cree, no los hechos.
No existe anhelo inverso en este caso, pero a veces
los que dudan desactivan los apóstoles errantes
fingiendo añorar la ventaja del que cree.


La ventaja del que miente es el brillo que barniza la mentira.
Los poros insaciables de la farsa rezuman seducción, son muy creíbles,
ofrecen una dulce coartada moral a cualquier acto.
La verdad resulta insípida y modesta, laboriosa, sin embargo,
la ventaja del que dice la verdad es la rocosa belleza del detalle
intrascendente —sonaba esa canción… llovía fuera…nos reímos…— no falsable.
Aquellos que dicen la verdad secretamente aspiran
a la ventaja del que miente, y viceversa.


La ventaja del que intenta es la terapia del error
previo al acierto. Triunfar es postergar la recompensa.
El absurdo complot del indolente le desuela, pero hay riesgo:
melancolía de revisar la misma mierda muchas veces.
La ventaja del que pasa es que no yerra, su coraza displicente
parcela una mansión libre de crítica y esfuerzo.
Experto al corto plazo, es hábil inculpando y exculpándose; no obstante,
las gotas de tiempo erosionan glacialmente su relato victimista.
Los que intentan nunca cambian, ni cambian los que pasan
—nunca nadie cambia—:
se completan, contrapesan, son simbióticos; por tanto
envidian la ventaja del contrario cuando cargan su balanza.


La ventaja del que finge es la atalaya de la máscara.
Teatro en el teatro, el fingidor siempre calcula en demasía
porque tiene que fingir ante sí mismo, sobre todo. En sus antípodas,
la ventaja del que ama es el ahorro
del tiempo de pensar, no hay teoría
que pueda competir con el siseo de los labios de los ángeles.
El fingidor envidia con sonrisas indulgentes la ventaja
del que ama: la ventaja del que nunca envidia nada.


Recuerda todo esto, memoria, cuerpo, vida
y concédete la ventaja del que olvida.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una maravilla, amigo, Pablo, esta disección poética del comportamiento humano, la moral y la comunicación. Llegas mediante la palabra a que seamos apóstoles de tu palabra. Porque es palabra de poeta, que no afirma, ni duda, ni finge, mira con su propia máscara y nos cuenta lo que ve y lo que valora en esta compleja urdimbre de carne, sangre y soledad.

El cierre para enmarcar.

Un poema que hará historia en este foro. Y no exagero nada.

Un fuerte abrazo.

[Armilo Brotón]

Un buen repaso al prontuario humano, mi estimado Pablo. Dan mucho que pensar tus convicciones plasmadas en verso.
Me ha gustado leerte.
Un abrazo

[Pilar Morte]

Unas reflexiones inteligentes que dan mucho que pensar. Tienes versos magnificos. Un gran poema.
Besos.
Pilar

[xaime oroza carballo]

La gran ventaja de los "cuentacuentos" es la imaginación con que teatralizan su oralidad sin envidiar nada. Excelso el remate, amigo Pablo.
Un abrazo

[Carmen Parra.]

Tus versos son profundos Pablo, para volver a leer y reflexionar con ellos, y prometo que lo haré
te felicito poeta
Un abrazo
Carmen

[Marimar González]

Un poema sabio e interesante cuya lectura atrapa al lector en su balanceo de opuestos con los que se va identicando en distintas situaciones.
Para leer y tenerlo a la vista siempre.
Saludos, Pablo

[Concha Vidal]

Pablo, buen día, poema para aprender despacio ,escuchando, hablando, mirando y mirándose los interiores de uno mismo.
Aprender las ventajas de lo que el corazón díce.
Lo plasmas en un estupendo poema de fácil lectura y mucha transmisión.

Abrazos mediterráneos.

[Hallie Hernández Alfaro]

¡Cuánto en el poema, pero cuánto! La condición humana, sus ligamentos con la realidad; un asomo al espejo que hace palidecer a la rabiosa sombra, al hito delirante, al verbo incorruptible.

La verdad, la mentira, sus resonancias, el ojo sensato, las líneas semi-ebrias y lacerantes..., todo y más muy bien dispuesto en estas letras, querido amigo.


"la ventaja del que ama es el ahorro
del tiempo de pensar, no hay teoría
que pueda competir con el siseo de los labios de los ángeles."


Estos tres versos pueden ser la razón de toda una vida. Aplausos con fervor.

Un abrazo.

[Simon Abadia]

Recuerda todo esto, memoria, cuerpo, vida
y concédete la ventaja del que olvida.

Es un buen método que a mi en mi larga vida con tropiezos (los más) y
los éxitos (los menos) me ha ido muy bien el olvido. Francamente es un
buen poema.
Abrazos,
Simon

[Pablo Ibáñez]

Gracias Ferreiro, Armilo, Pilar, Xaime, Carmen, Marimar, Concha, Hallie, Simón.

Un honor para mí vuestras valoraciones positivas.

Abrazos.

[Víctor F. Mallada]

La ventaja del que lee maravillas así, Pablo,
es que puede deleitarse y aprender de la experiencia
del que desnuda su alma y la entrega sin mesura
como quien siembra esperanza.

Grande, amigo grande. Me ha gustado un montón.


Víctor

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Pablo:

Un poema formado por máximas sabias y profundas. Me recuerda un poco a Baltasar Gracián. Una maravilla.

Tengo que volver a leer tu poema varias veces. Por el momento sólo decirte que me ha gustado mucho tu obra.

Aplausos
Un abrazo
Ana

[Rosario Martín]

"El absurdo complot del indolente le desuela, pero hay riesgo:
melancolía de revisar la misma mierda muchas veces."

Qué buen repaso a nuestra condición, Pablo,
somos los humanitos un mucho de lo que dices
y eso de "la mierda" me resulta tan cercano...
Muy bueno todo el poema, compañero,un abrazo.

[Rafel Calle]

Muy interesante esta propuesta, amigo Pablo.
Abrazos, compañero.