Fuimos infancia y quedan los rescoldos de la edad, de la abundancia sin preocupaciones y con mucho de magia.Mario Martínez escribió:En tránsito
En un suspiro, sí, en un suspiro,
se hizo mayor la infancia,
se marchó sin saberlo
con un temblor vital de aprendizaje,
con un crujido seco de inocencia.
Se desnudó de magia,
de secretos a voces,
de la mirada nueva de las cosas,
y se puso ropaje de inquietudes,
de rebeldía osada,
de juvenil urgencia.
En la piel impoluta de su mente,
sin poder remediarlo,
brotaba un incipiente acné de sueños.
Ideales, amores, esperanzas
que alcanzaron o no sus objetivos,
que fueron o no fueron
transitado camino
para llegar allí donde apetece,
inundada de dudas y temores,
o en paz consigo misma,
la incierta madurez de los humanos.
Y el viento de los días que se lleva
como hojas las vivencias,
robando fue razones y actitudes,
empeños emprendidos,
valor y fortaleza,
mientras el ser adulto comprobaba
que lento e insistente,
un caz de senectud iba apagando
el último fulgor de sus sentidos.
Una lluvia incesante de nostalgias
humedece memorias,
confirmando, con rúbrica de achaques,
la veleidad de un tiempo
que se llevó la vida en un suspiro.
Mario
Siguió su curso el devenir, los amores, las inquietudes y las esperanzas... y llegamos a esta antesala de recuerdos, presentes y algo menos de futuro.
Excelente poema, compañero poeta, y encantado de leerlo.
Un abrazo.