Sin ningún recelo,
Que a danzar yo te invito
Por el viento
Que gime en los vergeles
De mi pensamiento,
Donde nada transcurre
A contrapelo.
Allí todo es sutil,
Paradisiaco,
Porque suena
Una excelsa melodía
Suave y bella,
Sin afrodisiaco
Acento de romper
La fantasía.
Seré tu protector,
Tu principe encantado,
Con las medias azules
Y un sombrero
De oro y piedras
Preciosas bien bordado,
Y en casaca de seda
Un gran Te quiero
Con perlas de la mar
Azul turquesa ,
Por deslumbrar
A ese corazoncito
Que ama la inocencia
Y la belleza
De los cuentos
De hadas. Necesito
El estar a la altura
De tus fuentes
De ensueño en comunión
Con la natura,
Y estrecharte
con mimo, suavemente
En las rocas sin
Fin de tus alturas.
Volver después
Sobre mis propios pasos
Y calibrar mis sueños
De locura,
Y ver un cielo azul
De finos rasos
En la tristeza inmensa
De mi desventura.
(Raf-Baúl-Rec)