Otra vida, otra bahía

[Pablo Ibáñez]

Pedías otra vida, enarcando tus cejas de cobalto,
roturando tus párpados lentos en aguante, resoplando
tu frente nervada de disgusto, acorazada,
con un sabor de odios herrumbrosos en la boca,
metiendo a Dios.

Otra vida distinta, más sencilla, dorada por la calma —una bahía
mecida en la espesura de la pesca, una cabaña
crujiendo en el ocaso, con una hamaca blanca…—;
quietas noches deambuladas entre días abarcables,
largos años de suave vivir hombre, coronados
por una suave muerte inesperada.

Eras ciego:
delante de tu ahora tenías otra vida
intacta y elegible y abierta
a todas las bahías.

Audio:

[Hallie Hernández Alfaro]

Pedías otra vida, enarcando tus cejas de cobalto,
roturando tus párpados lentos en aguante, resoplando
la frente nervada de disgusto, acorazada,
con un sabor de odios herrumbrosos en la boca,
metiendo a Dios.

Otra vida distinta, más sencilla, dorada por la calma —una bahía
mecida en la espesura de la pesca, una cabaña
crujiendo en el ocaso, con una hamaca blanca…—;
quietas noches deambuladas entre días abarcables,
años de suave vivir hombre, coronados
por una suave muerte inesperada.

Eras ciego:
delante de tu ahora tenías otra vida
intacta y elegible y abierta
a todas las bahías.

Los ojos suelen hacer trampa, desmentir bahías, negar horizontes; son raros en su nerviosidad óptica y en su volubilidad extrema; las vidas -tan impelentes y al mismo tiempo tan incrédulas- atañen otras vidas; tienen la costumbre de anquilostomarse en la médula del deseo-afecto, del yo viajero; y -sin querer- limitan y abarcan.
Hay en este poema un brillo diestro, un toque implacable de belleza muy sabia.
Me ha encantado la dirección y los significantes que hacen palpitar el vocablo bahías.

Gracias por compartir, querido amigo; abrazo y felicidad.

[Pilar Morte]

Nos pasa muchas veces, que soñamos con una vida distinta sin apreciar lo que nos ha ofrecido. Me gustó mucho el poema, como nos llevas desde el primer verso. Felicidades.
Abrazos
Pilar

[Raul Muñoz]

Me gusta, Pablo.

La semántica, el ritmo que imprimes y lo que vienes a decir. Me parece muy sugerente esa organicidad, al poner cejas, párpados frente y boca como materia prima donde deja su huella el tiempo. Y también la imagen poética es muy potente.

Un placer acercarme

Abrazo, amigo

[Carmen López]

Me gusta mucho, Pablo, mucho.
Me gusta la idea, es de una brillantez absolutamente redonda, y como vas modelando el poema hasta dotarlo de un lenguaje preciso y sencillo en la segunda estrofa, que nos hace divisar claramente la bahía. Por supuesto para rematar con esa última estrofa en que las enumeraciones le dan una intensidad soberbia para rematar la brillantez de la idea. Me ha gustado mucho.

Un abrazo grande.
Carmen

[Ramón Castro Méndez]

Me ha gustado mucho el poema, paisano. Bellas y trabajadas imágenes y un ritmo consistente dentro de un sólido esqueleto. Te felicito.

Un fuerte abrazo.

[Maria Rodriguez]

Precioso poema.... muchas veces lo que buscas lo tienes al lado, pero no se ve
Gracias por compartir, Pablo
Un abrazo
Maria

[Ventura Morón]

Qué hermosa esta palabra suave que tiene el potencial del cambio. Muy hermoso leerte Pablo, me ha gustado mucho, es un placer pasar por tus cosas amigo.
Abrazos

[Guillermo Cumar.]

Qué inspiración más bonita y afinada. Toda una lección de hermosura y de sosiego deambulante.

un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

La primera estrofa es una memorable y minuciosa descripción del semblante de la angustia.

Otra vida distinta, más sencilla, dorada por la calma —una bahía
mecida en la espesura de la pesca, una cabaña
crujiendo en el ocaso, con una hamaca blanca…—;
quietas noches deambuladas entre días abarcables,
años de suave vivir hombre, coronados
por una suave muerte inesperada.

Esta segunda, una maravilla.. sin más

Un fuerte abrazo, POETA.

[Julio Gonzalez Alonso]

Pedías otra vida, enarcando tus cejas de cobalto,
roturando tus párpados lentos en aguante, resoplando
tu frente nervada de disgusto, acorazada,
con un sabor de odios herrumbrosos en la boca,
metiendo a Dios.

Otra vida distinta, más sencilla, dorada por la calma —una bahía
mecida en la espesura de la pesca, una cabaña
crujiendo en el ocaso, con una hamaca blanca…—;
quietas noches deambuladas entre días abarcables,
años de suave vivir hombre, coronados
por una suave muerte inesperada.

Eras ciego:
delante de tu ahora tenías otra vida
intacta y elegible y abierta
a todas las bahías.

Crece la solidez de tu poesía, amigo Pablo, que percibo cada vez más segura y firme y conmovedora. El dominio del ritmo me parece impecable. Y toda la armonía que teje el poema se traduce en fuerza sin violencia, en brochazos de luz que emanan de las alusiones costumbristas y figurativas del paisaje para detenerse en el reducto de la reflexión o el descubrimiento -yo diría la confirmación de algo sabido de antemano- final. Mi admiración. Con un abrazo.
Salud.

[Luis M]

Hermoso poema de principio a fin, Pablo, y por supuesto plasmada con la cuidada y excelsa estética de la que haces gala en todos tus trabajos. Mis felicitaciones amigo. Un abrazo.

[Arturo Rodríguez Milliet]

Logrado discurso poético, rico en estructura y ritmo,
al servicio de un concepto nítido, contundente,
que nos revela una sensible sabiduría.
Un placer de lectura Pablo.
Un abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Hallie,

sí, a veces nos empeñamos en quejarnos de nuestra vida sin tener el coraje o la visión para intentar cambiar.

Un abrazo, amiga.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Pilarica,

así es, estamos agobiados por lo que nos falta, a veces son tonterías, y no nos damos cuanta de lo mucho que tenemos.

Un abrazo.