Decir amor, querer tocar el cielo,
Imaginar un mundo limpio y puro,
No estar jamás bajo ningún conjuro
Y lograr de tus sueños el anhelo.
Conformarte el aroma de una rosa,
O el trino de una alondra o golondrina,
No punzarte del mal la cruenta espina,
Sentirte poseído por la diosa
Del amor… O en la infancia alborozada,
En el recuerdo de la santa escuela,
En tu calle de azúcar y canela,
Bullanguera de juego, engalanada,
Con olor de manzana y de ciruela,
Árbol de luz de la ilusión soñada.