Blanca, el color del infinito

[Rafel Calle]

Este es un poema renovado que en su día dediqué a Blanca Sandino. El color del infinito, al que hago referencia, es el título del último poema que Blanca escribió cuatro días antes de su partida.

No sé dónde tus paseos esperan la luz de Cádiz,
ni en que ocaso del salero sucumbieron los maizales
a las mañas de tu abuelo que si quería educarte
te mandaba desgranar Asturias y grano cierto;
memorias de la verdad en los callos de los dedos.

Tus manos en la mazorca, manos de niña traviesa,
desgranaban las victorias del oro de tus dos trenzas.

El brillo del pelo llora al silencio de la siembra,
peina la tierra que llora, llora la tierra que peina.

Pasaba por los portales, era señora y muy cierta,
eras tú o casualidades de una calma cenicienta
que explosiona las bondades cuando vence a la tormenta.

Después de todos los hijos y los nietos que anduviste,
los versos eran vestigios, fervorosos paladines
de las causas que han vivido en todo cuanto sentiste.

La costumbre del retrato donde aguardan tus recuerdos,
es un presidio del canto, silenciosamente verso.
Todo es mudez, ya no canta el jilguero de la fe,
voz y certeza enjauladas y por delante los pies.

Intenso sol de poetas que ahora sin ti son tristes
chaparrones que humedecen el tiempo que no lloviste.

El color del infinito es de rojo mercromina
para curar las mañanas y los sorbos del café
llagados por el consejo que me diste en tu partida:
Vive por mí, Rafael,
sé muy feliz por tu amiga.

[Ramón Castro Méndez]

Entrañable y emotivo poema, una preciosidad, en ese homenaje en la despedida. Mi felicitación por tus versos y sensibilidad.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me has emocionado al leer este magnífico poema y recordar...
Felicidades, es un poema tesoro de la poesía
Besos
Pilar

[E. R. Aristy]

Este es un poema renovado que en su día dediqué a Blanca Sandino. El color del infinito, al que hago referencia, es el título del último poema que Blanca escribió cuatro días antes de su partida.

No sé dónde tus paseos esperan la luz de Cádiz,
ni en que ocaso del salero sucumbieron los maizales
a las mañas de tu abuelo que si quería educarte
te mandaba desgranar Asturias y grano cierto;
memorias de la verdad en los callos de los dedos.

Tus manos en la mazorca, manos de niña traviesa,
desgranaban las victorias del oro de tus dos trenzas.

El brillo del pelo llora al silencio de la siembra,
peina la tierra que llora, llora la tierra que peina.

Pasaba por los portales, era señora y muy cierta,
eras tú o casualidades de una calma cenicienta
que explosiona las bondades cuando vence a la tormenta.

Después de todos los hijos y los nietos que anduviste,
los versos eran vestigios, fervorosos paladines
de las causas que han vivido en todo cuanto sentiste.

La costumbre del retrato donde aguardan tus recuerdos,
es un presidio del canto, silenciosamente verso.

Intenso azul de poetas que ahora sin ti son grises,
ahora grises que versan del tiempo que no tuviste.

Ante la muda no canta el jilguero de la fe,
pico y plumas y una jaula y por delante los pies.

El color del infinito es de rojo mercromina
para curar las mañanas y los sorbos del café
llagados por el consejo que me diste en tu partida:
Vive por mí, Rafael,
sé muy feliz por tu amiga.[/b][/quote]

Me hace llorar esta hermosura. Me parece un poema sublime, es casi imposible o escuchar su Música magistralmente compuesta al traves del lenguaje. Son buenos amigos para siempre. Un abrazo, ERA

[Hallie Hernández Alfaro]

Tránsito de almas, eso siento cuando leo cada verso del poema antiguo imbricado de hoy peremne. La realidad amansa la fantasía o quizás es al contrario; los caminos de Blanca llegaron aquí, un día privilegio, un día donde los lazos surgieron con placidez y ternura, y con la fuerza irreversible de un corazón que ya supo vivir para la única causa de Amar.
Asturias, la imagineria de una joven muy joven poeta que refugia números y causas, que testifica la fuerza en las etapas adultas y dolientes. Estuve allí, cerquita de vosotros, mirando la poesía que manaba de Cádiz y tomaba muchas héctáreas de vida. Aún escucho las palabras de Blanca, siempre ponderada, con una sensibilidad inminente, afirmando sus dones de narradora, de ingeniosa laborista de poemas.

Memoria del maiz
Silencio que llora
Bondad de la tormenta
Fervorosos paladines
Presidio del canto
El jilguero de la fe

y los versos finales que parecen una lágrima hermosa sobre la mesa blanca.

Felicidades y un abrazo fuerte, amigo.

[Rosa Marzal]

Un poema-homenaje realmente hermoso y emotivo.

Mi felicitación, Rafel.

Abrazos.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Ramón, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado este poema dedicado a Blanca, que he revisionado un poco en las ´última estrofas.
Abrazos.

[Carmen Pla]

Realmente conmovedor.
Precioso homenaje.
Abrazos, Rafel

[Julio Gonzalez Alonso]

¡Coño, has conseguido emocionarme, Rafa! Qué más puedo decir... Con un abrazo.
Salud.

[Mirta Elena Tessio]

Este es un poema renovado que en su día dediqué a Blanca Sandino. El color del infinito, al que hago referencia, es el título del último poema que Blanca escribió cuatro días antes de su partida.

No sé dónde tus paseos esperan la luz de Cádiz,
ni en que ocaso del salero sucumbieron los maizales
a las mañas de tu abuelo que si quería educarte
te mandaba desgranar Asturias y grano cierto;
memorias de la verdad en los callos de los dedos.

Tus manos en la mazorca, manos de niña traviesa,
desgranaban las victorias del oro de tus dos trenzas.

El brillo del pelo llora al silencio de la siembra,
peina la tierra que llora, llora la tierra que peina.

Pasaba por los portales, era señora y muy cierta,
eras tú o casualidades de una calma cenicienta
que explosiona las bondades cuando vence a la tormenta.

Después de todos los hijos y los nietos que anduviste,
los versos eran vestigios, fervorosos paladines
de las causas que han vivido en todo cuanto sentiste.

La costumbre del retrato donde aguardan tus recuerdos,
es un presidio del canto, silenciosamente verso.
Todo es mudez, ya no canta el jilguero de la fe,
voz y certeza enjauladas y por delante los pies.

Intenso sol de poetas que ahora sin ti son tristes
chaparrones que humedecen el tiempo que no lloviste.

El color del infinito es de rojo mercromina
para curar las mañanas y los sorbos del café
llagados por el consejo que me diste en tu partida:
Vive por mí, Rafael,
sé muy feliz por tu amiga.

Muy emotivo, sensible, me conmueven los dos últimos versos.-

Felicidades Rafel.-

[Armilo Brotón]

Hermoso y emocionante homenaje.
Mi aplauso y respeto.

[Ramón Carballal]

Precioso este homenaje a nuestra recordada compañera. Un abrazo.

[Mario Martínez]

Hola Rafel.

Me has hecho recordar de nuevo a Blanca con tu poema, compañero. Emocional y bello.

La verdad es que recuerdo muchas veces a todos aquellos compañeros que se fueron y con los que compartí algo más que versos.

Espero que todo te vaya bien (en ocasiones tengo noticias tuyas por Facebook). Un abrazo.

Mario

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amiga Pilar, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado este poema que escribí unos días después del fallecimiento de Blanca, y que ahora he retocado en la última parte.
En fin, lo pasamos muy bien en las reuniones con Blanca.
Un fuerte abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Fabuloso poema, Rafel, en recuerdo de Blanca Sandino, grandísima poeta que nos dejó con un recuerdo dulce y tierno de su poesía y de su humanidad y amistad.

Sólo decirte que el poema es perfecto en forma y fondo y que nos la hace presente de nuevo, porque a Blanca nunca la olvidaremos...

Aplausos
Un abrazo
Ana