Hacia nosotros, desde cualquier parte

[Gerardo Mont]

“Amor, ¿escuchas la risa que viene hacia nosotros detrás de la tormenta?”

El ADN en los restos de esa calle
nos hubo consagrado el uno al otro,
cuando el cuello alto de aquel suéter para siempre
sentenció mis ojos a los tuyos,
transmutando mis heladas en espectros de tu luz.

Aquel barrial que enlodó mis pies cuando buscaba,
como se busca “nada”, como adivinar
lo que vendrá y que cargamos en los genes,
hizo germinar en ti los arrozales.
Y las conjugaciones que renunciaban a mí
desde mi boca, se han vuelto saludables.

No sé si estamos, porque eso de los cuerpos parece a veces ilusorio,
pero sé muy bien que somos,
como son los pájaros traslúcidos que invocan a la lluvia,
como se mancha la pantera en los ojos infrarrojos
mostrando que la noche es cuestión de perspectiva,
como es la tierra cuando se abre a tus palabras,
o el miedo que a sus propios miedos va venciendo.
Mientras, el vacío extrañamente, se limita al exterior de tus contornos,
se erige una ciudad en ti que muta por las noches, una muchedumbre
que repite las viejas oraciones,
aquellas que del niño salvaguardan su conciencia,
de las velas que podrían servir a los pirómanos.

Surge una ciudad en ti, sobre todos los vampiros,
esos que entonan al primer rayo la finitud de mis tragedias.
Surge esta ciudad desnuda, negando la corrupción inevitable de los cuerpos
y el desafinado canto del sístole y la diástole.
Surge esta ciudad donde se oxida el cielo férreo
y cae vencido a la recta que apaga las distancias
pero alumbra las calles y avenidas.

Porque aunque la vida falte a su palabra, y al fin la muerte
estropee nuestro escondite, del polvo
y el agua – saliva de los dioses –,
regresaremos como Adán, al Edén del niño que juega a la pelota,
a los dedos en flor de los colores, a la novedad de las cosas en desuso,
al rocío que lava la polución en las facciones,
que más allá de los jardines se aventuran.
Regresaremos a las aguas de cristal
sobre las que podremos correr como los Lamas…
hacia nosotros, desde cualquier parte.

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo de Gerardo.

[Ramón Carballal]

Excelente poema, Gerardo. Toda una lección de buena poesía. Un abrazo.

[E. R. Aristy]

“Amor, ¿escuchas la risa que viene hacia nosotros detrás de la tormenta?”

El ADN en los restos de esa calle
nos hubo consagrado el uno al otro,
cuando el cuello alto de aquel suéter para siempre
sentenció mis ojos a los tuyos,
transmutando mis heladas en espectros de tu luz.

Aquel barrial que enlodó mis pies cuando buscaba,
como se busca “nada”, como adivinar
lo que vendrá y que cargamos en los genes,
hizo germinar en ti los arrozales.
Y las conjugaciones que renunciaban a mí
desde mi boca, se han vuelto saludables.

No sé si estamos, porque eso de los cuerpos parece a veces ilusorio,
pero sé muy bien que somos,
como son los pájaros traslúcidos que invocan a la lluvia,
como se mancha la pantera en los ojos infrarrojos
mostrando que la noche es cuestión de perspectiva,
como es la tierra cuando se abre a tus palabras,
o el miedo que a sus propios miedos va venciendo.
Mientras, el vacío extrañamente, se limita al exterior de tus contornos,
se erige una ciudad en ti que muta por las noches, una muchedumbre
que repite las viejas oraciones,
aquellas que del niño salvaguardan su conciencia,
de las velas que podrían servir a los pirómanos.

Surge una ciudad en ti, sobre todos los vampiros,
esos que entonan al primer rayo la finitud de mis tragedias.
Surge esta ciudad desnuda, negando la corrupción inevitable de los cuerpos
y el desafinado canto del sístole y la diástole.
Surge esta ciudad donde se oxida el cielo férreo
y cae vencido a la recta que apaga las distancias
pero alumbra las calles y avenidas.

Porque aunque la vida falte a su palabra, y al fin la muerte
estropee nuestro escondite, del polvo
y el agua – saliva de los dioses –,
regresaremos como Adán, al Edén del niño que juega a la pelota,
a los dedos en flor de los colores, a la novedad de las cosas en desuso,
al rocío que lava la polución en las facciones,
que más allá de los jardines se aventuran.
Regresaremos a las aguas de cristal
sobre las que podremos correr como los Lamas…
hacia nosotros, desde cualquier parte.

Maravilloso poema, Gerardo. Un lujo leerte, abrazos, ERA

[Gerardo Mont]

con versos así:
pero sé muy bien que somos,
como son los pájaros traslúcidos que invocan a la lluvia,
como se mancha la pantera en los ojos infrarrojos
mostrando que la noche es cuestión de perspectiva,
como es la tierra cuando se abre a tus palabras,
o el miedo que a sus propios miedos va venciendo.

poco a poco, se construyen los grandes poemas, abrazos

Muchas gracias vecino por tu lectura y tu comentario. Aprecio tu apoyo. Un gran abrazo.

[Marius Gabureanu]

Un poema de amor muy bien elaborado, con una historia que decir, me ha encantado volver a leerte, amigo. Recibe mis abrazos, Gerardo.

[Pablo Ibáñez]

Muy bello poema. Muy bien trabajado, muy rico en detalles, en referencias.

Me gusta mucho.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Qué belleza de poema. La nostalgia vuelve a ser edad de niño y a imaginar que fuiste lo que eres o eres lo que fuiste.
Todo el lenguaje bello al servicio de una inspiración gozosa y retratada con la cámara del recuerdo y con el afán de da vida
y fuerza a los conciliadores versos tan bien lucidos por el arte desde tu pluma sosegada.

un abrazo

[Pilar Morte]

Magnífico poema con imágenes muy logradas
Besos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Desde el origen -que sabemos bien- puede iniciarse en las pupilas o en el relativo pasado; el poema se abre en divina comparecencia, en ramas firmes y tan verdes como la esperanza. Ir y venir, ser, estar, abreviarse en el camino, alojarse en los nudos, desvirtuarse para lamer las heridas de un sedentario destino. Vuelven los amantes, los pasillos de gracia, la invocada correspondencia, el azul que retoca un tiempo sin arrugas. El cuerpo, los cuerpos, pocos confiables en eternidad, tan finitos como uvas despiertas y maduras...

Un trabajo excelente, amigo; de pie para los aplausos.

Grandísimo abrazo hasta alli.

[Armilo Brotón]

Tierra quemada, amigo Mont. La desolación del intento. Versos que son escalpelos hacia la pregunta básica del hombre. Coherente siempre tu obra, en búsqueda del entender.

El humo verde de la palabra te ilumine hermano.

Un abrazo hasta la bella Cartago.

[Gerardo Mont]

Muy bello trabajo de Gerardo.

Gracias estimado poeta por pasar por mis humildes trazos. Un gran abrazo.

[Gerardo Mont]

Excelente poema, Gerardo. Toda una lección de buena poesía. Un abrazo.

Un honor tu paso estimado poeta. Te agradezco mucho tu apoyo. Un gran abrazo.

[Josefa A. Sánchez]

Iluminas un sendero de palabras que lleva al fondo de ti mismo. Un gusto entrar en tu magnífico poema.
Un abrazo.
Pepa