El conejo del espejo

[Javier Dicenzo]

El conejo del espejo



Era madrugada cuando el niño se dirigió a un espejo de su casa, arriba, en el cuarto de su mamá. Lentamente, tomó una linterna, señaló a un espejo. Ese espejo era mágico. Un gran conejo blanco lo miró, el niño se asustó, cerró sus ojos.
La dimensión de la realidad era grande, el conejo salíó del espejo y se subió a pecho del niño, este reía.
Luego al siguiente día subió al cuarto, pero esta vez era un conejo negro, que lo miró, el niño volvió a cerrar los ojos, esta vez el animal desapareció.
Era de mañana, su madre vió unas manchas de sangre en el espejo, nada mas.
El niño volvió cada noche, los conejos morías lentamente, su imaginación era grande.
Luego el niño despertó le dice a la madre:
- Y los conejos donde están?
- Solo son sueños tuyos.
El niño durmió, en sus sueños aparecían conejos, de rojo, de negro, blancos.
Hasta que entró en un profundo sueño ; luego de varios días se despertó, pero esta vez en un lugar mágico, era otro mundo.
Los seres eran conejos gigantes ; las plantas grandes mordían a esos animalitos.
Pero de repente vió un espejo y allí se dio cuenta que un niño estaba del otro lado.
Y vió como se metía los dedos en la boca.
El niño entendió que ese ser era él, pero no reconoció lo que pasaba, despacio vió como crecía y se hacía un hombre, luego observó como se moría de anciano.
Entendió su futuro, nunca nadie le había hablado de la muerte, entonces, en su tristeza quiso ser conejo, y de a poco su piel se cubrió de pelo, su boca era de conejo, sus manos eran patas. Luego una gran lluvia cayó sobre el jardín extraño, atravesó el espejo.
-Luis despierta, despierta, su madre lo despertaba,
-debes ir a la escuela.
El niño salió de su casa pero una sombra en su mente le cruzó en sus ojos,
vió la vida de otra manera otra oportunidad para vivir, para reconocer cada cosa.
Con los años Luis decidió dedicarse a la magia y sacar conejos de la galera, pero nunca volvió al espejo de esa casa, sus pensamientos se fueron con la vida, como mago y niño, dicen que en sus últimos días en el geriátrico nombraba cosas extrañas, nombres lugares, como si hubiera estado en otro mundo, así fue perdiendo la memoria.
El día de su entierro, muchos contaban historias extrañas de Luis, pero ya era tarde, nunca había sido religioso pero los años le dieron mucho, como a cada uno de nosotros que soñemos o no con conejos, siempre existe un paraíso por conquistar en la vida.

[Ventura Morón]

El niño corriendo tras el conejo. Quizás como un guiño a Lewis Carroll, esa imagen del paso a otro mundo se hace de la mano tambien del conejo. Estos seres parecen aquí ser fruto de un hostigamiento, que les hace asomarse al lado real, en su jardin idílico, parece que el paisaje donde reposan fuera un carcelero cruento que les ataca (las plantas). El encuentro del niño con su propia imagen marchitándose -quizás él fuera una planta al fin y al cabo- le sugiere mutarse en la parte más frágil, y siendo conejo, consigue al final ser hombre.
Se confunden el sueño y la realidad en esta entrega en la que tu búsqueda a través del surrealismo parece que pudiera abrir puertas hacia un paraíso cercano y a la vez, remoto como los sueños.
Un abrazo Javier, es un placer tenerte por estos lares. Gracias por compartir compañero

[Javier Dicenzo]

Te agradezco estas son manifestaciones que vienen de muy lejos, lo digo respecto a toda mi obra.
javier

[Fran Ríos.]

Me parece una genialidad, Javier. Un acto de imaginación y humor entre la ternura y cierto terror. El resto de sensaciones no son resumibles. Me permito añadir, aunque seguro que lo sabe, que en esta acalorada España a las galeras se les llama chisteras, si bien las dos palabras tienen lo mismo de absurdo. Un saludo.

Rectifico en lo del absurdo. Chistera se dice en España como préstamo del vasco. Refiriéndose a una cesta de forma similar. La palabra "galera" es la que viene rebotando desde el viejo latín en forma de distintos gorros. Perdóneme la licencia de haberme alejado de sus magníficos conejos de colores.

[Javier Dicenzo]

Te agradezco el respeto, el tema es que soy mas reconocido fuera de mi ciudad que en mi ciudad mas allá que acá en mi país no me va mal del todo, pero a vos te parece una genialidad, intento hacer literatura, te agradezco el respeto.
javier