CELOS DE POSTRE

[Constantine A. Gubanoff]

Maravilloso poema, lleno de dolor y añoranza Me gusta esa metafora.. con la que empiezas el poema Realmente es un poema que me ha llegado

Ha sido un placer leerte

[Santiago Redondo Vega]

Amigo Santiago, la lectura de tu poema resulta sumamente conmovedora y, a la vez, cercana, quizás en parte por la descripción que logras del lugar y de las cosas que toman otro papel en la soledad y en el recuerdo. Los dos primeros versos, son notables, dotados de una sensibilidad y claridad envolventes. Además, el uso del pan como elemento céntrico del hogar y como imagen de lo representativo del tú ausente, es notable. Otro aspecto muy destacable, es el uso que realizas del retrato, todo lo que resulta en ausencia, en lejanía. En suma, querido amigo Santiago, me parece un poema muy interesante, muy bien trabajado desde lo emocional y lo formal, y lleno de una cotidianeidad que es tan triste como la que ocurre en muchas soledades. Un gusto, amigo.

Mi abrazo fraterno desde Chile, Benjamín.

Querido Benjamín:

Tus comentarios y exhaustivos análisis formales y emocionales son siempre causa de aprendizaje y alegría poética. No puedo decir más que suscribir tus palabras, salvando claro los elogios, que no son sino fruto del respeto y el compartir poético que hace amigos de versos a tan lejanos -en espacio no en tiempo- compañeros de versos.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega

[Luis Oroz]

Ya leí este increible poema hace unos días, entonces no deje comentario pero sí varias lecturas, las cuales ejercían, una y otra vez, el poder evocador de la rutina.

El verdadero hogar es aquel capaz de revivvir una vez transformado,

Todo el poema se sostiene sobre la base sólida de la sensibilidad y crecen las palabras como una enredadera sobre él.

Un placer, poeta.

Luis Oroz.

[Santiago Redondo Vega]

Santiago Redondo Vega,

Magnífico manejo del lenguaje, del verso
y del ritmo...

me encantó, querido amigo

Un abrazo fuerte

Gracias maestro por su paso y su palabra hermosa.

Un fuerte abrazo.

Santiago Redondo Vega

[Elisa Berna Martínez]

Recuerdo cuando fuiste –amor-
pan de mi casa.

Y desde entonces guardo –vacío- en el armario
callado e intemporal de la cocina
un cajón con cuchillos permeables y desérticos,
dos tenedores romos,
cucharas de alma inútil
y ojeras de aquel lunes –ya un mes y no lo olvido-
en que el domingo a solas comimos flan de postre
con celos caducados.

No sé si hay servilletas en el cajón del fondo
para limpiar mi boca solitaria
de las mil comisuras
que compramos –¿recuerdas?-
para empanar los besos
en alguna sección de congelados.

Ya no me huele a hogar el fuego en la cocina;
abúlica la mesa
se obstina entre las sillas
que extrañan en silencio
tu cuerpo intransigente.

No hay flores en el búcaro.
Todo huele a derrota
y a plato recocido y preparado.

Guisar para mí sólo carece de sentido;
ni gruñe la campana, ni en el lavavajillas
se duchan los cubiertos.

Estoy por no fregar jamás mi boca
y ahogarme en la distancia
de esa huella carmín que me interpela
desde el borde afilado de tu vaso.

Santiago Redondo Vega 02/05/08

Poema triste, con la soledad de fondo, ese abismo callado que retratas tan bien. Encantada de leerte poeta.

[Julio Gonzalez Alonso]

Recuerdo cuando fuiste –amor-
pan de mi casa.

Y desde entonces guardo –vacío- en el armario
callado e intemporal de la cocina
un cajón con cuchillos permeables y desérticos,
dos tenedores romos,
cucharas de alma inútil
y ojeras de aquel lunes –ya un mes y no lo olvido-
en que el domingo a solas comimos flan de postre
con celos caducados.

No sé si hay servilletas en el cajón del fondo
para limpiar mi boca solitaria
de las mil comisuras
que compramos –¿recuerdas?-
para empanar los besos
en alguna sección de congelados.

Ya no me huele a hogar el fuego en la cocina;
abúlica la mesa
se obstina entre las sillas
que extrañan en silencio
tu cuerpo intransigente.

No hay flores en el búcaro.
Todo huele a derrota
y a plato recocido y preparado.

Guisar para mí sólo carece de sentido;
ni gruñe la campana, ni en el lavavajillas
se duchan los cubiertos.

Estoy por no fregar jamás mi boca
y ahogarme en la distancia
de esa huella carmín que me interpela
desde el borde afilado de tu vaso.

Santiago Redondo Vega 02/05/08

Tan hermoso o más que en la primera lectura; este poema de amores cotidianos que se crece entre metáforas de pucheros y paisajes interiores es una delicia dolorosa, demasiado próxima y demasiado reconocible como para eludirla. Mi admiración.
Salud.

[Eduardo Díaz]

Excelentes versos!! Me ha sido grato leer un poema que convierte los hechos cotidianos en poesía. Un placer, amigo. Un abrazo. Eduardo.

[Santiago Redondo Vega]

Me encuentro de golpe con que unas palabras ajenas me desbordan.
Me desbordan el plato de los recuerdos.
Ese es mi postre, y mi pan de cada día.
Más valiera ni comer.
Gracias por compartir estos versos.
Saludos.
Amparo

Esta es una de las facetas de la poesía. Aunque el autor finja los celos, siempre habrá un trozo de pan para morder con dudas. Hablar de lo cotidiano también es poesía porque el alimento de las pasiones humanas es ser y estar vivo y expuesto a lo mejor y a lo peor que nos hace paladear la vida.

Uno de los territorios más poéticos -si no el único- es el de los sentimientos y ahí nos cabe todo. ¿Quién nos manda sentir y tan profundo?

Gracias Amparo por tu pan y por tus celos.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega.

[Santiago Redondo Vega]

Se desenvuelve el poema en un contexto absolutamente cotidiano, que lo hace muy cercano; de manera extraordinaria, y casi diría serena, nos trae el reflejo de un gran amor y de todo el dolor que encierra su pérdida o derrota. Me ha emocionado tu poema, los sentimientos que de él se desprendden y la sencillez con la que planteas el tema. Un gran placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Muchas gracias Ana por compartir este pensamiento a solas y por la huella de tu paso.

Otro beso para ti.

Santiago Redondo Vega.

[Santiago Redondo Vega]

Se desenvuelve el poema en un contexto absolutamente cotidiano, que lo hace muy cercano; de manera extraordinaria, y casi diría serena, nos trae el reflejo de un gran amor y de todo el dolor que encierra su pérdida o derrota. Me ha emocionado tu poema, los sentimientos que de él se desprendden y la sencillez con la que planteas el tema. Un gran placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Muchas gracias Ana por compartir este pensamiento a solas y por la huella de tu paso.

Otro beso para ti.

Santiago Redondo Vega.

[Óscar Distéfano]

En mi primera intervención en este foro quise, estimado poeta, leer y comentar un poema tuyo. Me alegro de mi idea por dos motivos: por el preciso y rítmico poema que he encontrado, con su exquisita carga de contemporaneidad, donde conviertes la metáfora en espada del lenguaje; y por el enorme avance que encuentro en ti en verso libre.

Te saludo con mi mayor estima.
Óscar

[Rosario Alonso]

Santiago, veo que no solo con los sonetos te manejas como pez en el agua. Este poema es formidable, con imágenes preciosas. Ha sido todo un lujo y una grata sorpresa descubrir tu parte versolibrista. Chapeau

Un beso

[Alejandra Goerne]

Sencillamente INCREIBLE. Cuando se es maestro como tu, se puede conjugar mágicamente lo sencillo ycotidiano con lo profunda y dolorosamente HUMANO. Va un abrazo grande. Y sí, sigo a quí... aprehendiendo.

[Santiago Redondo Vega]

Santiago Redondo Vega 02/05/08[/quote]

Conmovedor poema. Un canto a lo extraordinario y fundamental de la vida cotidiana en las parejas. Me entristeció y me hizo ver tu gran apreciación por los detalles que forman la vida. Te felicito, estimado Santiago.[/quote]

Gracias ERA por tu visita y por tu boca en las manos que escriben este comentario. En lo cotidiano está el dolor, o la alegría, o la desesperación, escrita cada día. Y esa no se friega, permanece en la mente de nuestros cacharros.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega

[Santiago Redondo Vega]

Muy bueno como llevas todo ese sentimiento de soledad y nostalgia mezclado con lo cotidiano, con lo que nos hace recordar cada instante perdido.
Un abrazo

Gracias Sandra por entrar y recorrer conmigo esta casa vacía. Cada objeto forma parte del tiempo compartido, y en una casa hay miles. Con cada relación que se despeña permanecen heridos los objetos que se han compartido. Pero no podemos abandonar a cada paso el lugar del duelo y nos vemos obligados a compartir con ellos las voces de la ausencia. El entorno es el eco que nos devuelve al recuerdo.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega