Va de nuevo en los terceros días (LXII) (Explicado)

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle

Gerardo Mont
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Va de nuevo en los terceros días (LXII) (Explicado)

Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Hay tantos árboles que lloran
y tantos hombres sin paraguas,
que harta ha de estar de lágrimas su tierra.

Hay tantos hombres subyugados
que harto ha de estar el miedo de sus miedos
y de aros la ecuanimidad de los cigarros,
como de rostros edulcorados el café,
cuando delira la desnudez de aquellos cuerpos,
que en las doncellas siempre encallan.

Hay tanta tristeza en las copas escarchadas,
en las componendas del camino,
en esos rumores del paisaje adoquinado
–tan lejano de tan cerca a los adioses–,
que el prudente cierra un ojo,
apuntando a la hora adelantada su desfé.

Y el hombre de vaho en las ventanas
desclava sus ramas aún devotas,
trazadas por los breves dedos de los nombres
que pasan por la calle,
violando los abismos entre la sed y el paso…

Y asalta las puertas del sueño,
que calla y acalla los miedos madurados,
despeñándose de heridas
en las zarpas de una luz que no sucede.

Hay tantas ceremonias en los ojos,
tantos clavos que repican en los pasos.
Tantos credos transigiendo nuevas razas
–nuevas lenguas babilónicas–,
que mendigos del salario
–por debajo de los mínimos–
van pasando por las horas
encarnando epitafios repetidos
de este drama de final apresurado.

Y la gente va cayendo
desahuciada a la avenida
–desquicio de andamios y parales–…
porque en las calles aledañas
gritan niños congelados en los frízer
de esos soles que no asoman
su perfil esperanzado.

Y las clámides del éter
van batiendo las nostalgias en el mármol de costumbre
y con las gubias incesantes de lo poco que les queda,
esos hombres arrumbados, van tallando sus retornos.

Tantas tristezas penden de verdades que no cuajan,
como paisajes penden de las vallas comerciales
enarbolando ofertas de políticos colores,
que al barrial del día solo caen sendas preguntas.

Sin embargo el tiempo
regurgita al tiempo,
el atajo antiguo,
la intrínseca respuesta…,
ese amor resucitado en los terceros días.




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Hablando un poco de lo que quise decir.

El árbol sugiere en el escrito lo mejor del hombre enraizado en la historia. A este hombre le ha tocado el camino escabroso de la lágrima bajo el yugo del poder y este, manifestado en diversas formas, tales como guerras, sistemas opresores, distribución injusta de la riqueza, de la educación del acceso a los sistemas de salud y justicia, y de su participación en los conceptos morales y espirituales que rigen la sociedad, simulados tras valores universales que solo esconden otras intenciones. Desde esta perspectiva el hombre que ama y ha sabido amar, considerando esta manoseada palabra desde su mejor acepción, esa que trasciende lo inmediato y egoísta, ha sido relegado de esos trazos precursores de los sistemas presentes y futuros, económicos, políticos, sociales, a tal grado que no se vislumbra siquiera, una pequeña participación de los buenos hombres en las grandes decisiones, si no, una subsistencia del estado de cosas presente, con ligeras modificaciones para acallar o atenuar, con la intención de anular, las mejores voces de la historia.
En este contexto, el miedo, en las variantes consideradas en el poema, es la mordaza que asfixia las intenciones del hombre promedio y no las deja traducirse en un peso que incline, al menos un tanto la balanza, a favor de una sociedad menos materialista y egoísta, que permita reconocer al hermano en sus prójimos.
De ahí viene el hastío; de esas abismales cercanías, de soñar y despertar en una realidad que no admite la consolidación de giros importantes, que no permite completar los círculos de las buenas intenciones (“…y de aros la ecuanimidad de los cigarros…”), como tampoco logra consolidar las relaciones afectivas de pareja, de acuerdo a sus más loables expectativas, por la artificialidad del amor que se profesa hoy…, físico, temporal, material (“…como de rostros edulcorados el café cuando delira la desnudez de aquellos cuerpos que en las doncellas siempre encallan…(Uso doncella con una connotación irónica)”). Por supuesto, no pretendo negar las bondades de la atracción meramente física, pues, forma parte de nosotros, pero sí, las de un amor que empieza y termina con lo físico, ¿o acaso no están de moda las noticias o escándalos en las que el poder económico adquiere los físicos perfectos como esposas o amantes?
Surge entonces la tristeza, como un símbolo de hastío o abandonarse a la corriente, de la opresión y la soledad, representada por esas copas escarchadas – a propósito de la navidad en algunos lugares – y reflejada en esas componendas que forjan los erráticos caminos de la historia y del paisaje de rumores que se alejan de tan cerca a los adioses. Es prudente, pues, avanzar con pies de plomo (desfé).
Entonces, el buen hombre es como un vaho en las ventanas, fruto del frío, y pasajero, que intenta y reintenta seguir, extenderse, preservar sus devociones – su nombre y otros nombres – violando los abismos entre la sed y el paso, entre esa necesidad de ser y de tener hoy, y el ineludible transcurrir del tiempo y el espacio. Impelido por esa necesidad intrínseca, abre y cierra puertas tras una luz que no sucede y por lo tanto duele. Mientras los ojos deliran ceremonias distantes, los pasos transcurren entre clavos y el hombre bueno transige nuevas formas de decir “por dicha” cuando duele lo mismo – esos salarios por debajo de los mínimos.
Y al día a día, lo atrapa la rutina de las multitudes desahuciadas; y los niños que alguna vez fueron –en los frízer de los sueños postergados–, ya no juegan más sus inocentes aventuras. La nostalgia y la desesperanza son así una clasificación del hombre bueno, que a pesar de todo, con lo poco que le queda o que le dejan, forja los retornos, entre verdades que no cuajan y sistemas que le engañan… Se hace las preguntas y surge poco a poco la intrínseca respuesta, el atajo antiguo, ese amor resucitado en los terceros días. Es decir, la verdad de los niños en los frízer. Vuelve el hombre bueno a gritar otros caminos… El poder de la palabra, que dicha por muchos transforma.
Última edición por Gerardo Mont el Mié, 19 Dic 2012 19:40, editado 1 vez en total.
"Para saber que sabemos lo que sabemos, y saber que no sabemos lo que no sabemos, hay que tener cierto conocimiento" (Nicolás Copérnico)
Ver es más que abrir los ojos y apuntar nuestras angustias. Es más que calibrar las agujas del pecho a la rutina.
( http://lascosasdelmonje.blogspot.com/ )
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Josefa A. Sánchez
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Mensaje sin leer por Josefa A. Sánchez »

Esplendidos versos. Esperemos que ese amor resucitado nos redima. Un placer llevarme el cero.
Un abrazo.
Pepa
Prefiero ser verbal
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
Hallie Hernández Alfaro
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Re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

Gerardo Mont escribió:Hay tantos árboles que lloran
y tantos hombres sin paraguas,
que harta ha de estar de lágrimas su tierra.

Hay tantos hombres subyugados
que harto ha de estar el miedo de sus miedos
y de aros la ecuanimidad de los cigarros,
como de rostros edulcorados el café,
cuando delira la desnudez de aquellos cuerpos,
que en las doncellas siempre encallan.

Hay tanta tristeza en las copas escarchadas,
en las componendas del camino,
en esos rumores del paisaje adoquinado
–tan lejano de tan cerca a los adioses–,
que el prudente cierra un ojo,
apuntando a la hora adelantada su desfé.

Y el hombre de vaho en las ventanas
desclava sus ramas aún devotas,
trazadas por los breves dedos de los nombres
que pasan por la calle,
violando los abismos entre la sed y el paso…

Y asalta las puertas del sueño,
que calla y acalla los miedos madurados,
despeñándose de heridas
en las zarpas de una luz que no sucede.

Hay tantas ceremonias en los ojos,
tantos clavos que repican en los pasos.
Tantos credos transigiendo nuevas razas
–nuevas lenguas babilónicas–,
que mendigos del salario
–por debajo de los mínimos–
van pasando por las horas
encarnando epitafios repetidos
de este drama de final apresurado.

Y la gente va cayendo
desahuciada a la avenida
–desquicio de andamios y parales–…
porque en las calles aledañas
gritan niños congelados en los frízer
de esos soles que no asoman
su perfil esperanzado.

Y las clámides del éter
van batiendo las nostalgias en el mármol de costumbre
y con las gubias incesantes de lo poco que les queda,
esos hombres arrumbados, van tallando sus retornos.

Tantas tristezas penden de verdades que no cuajan,
como paisajes penden de las vallas comerciales
enarbolando ofertas de políticos colores,
que al barrial del día solo caen sendas preguntas.

Sin embargo el tiempo
regurgita al tiempo,
el atajo antiguo,
la intrínseca respuesta…,
ese amor resucitado en los terceros días.





Hay obras perfectas, existen en un orden de belleza que ya calibrará el ente posterior que nos abrigue. Estamos ante una de ellas. Versos que trasmiten y resguardan, aceleran y encienden la razón humana (tan derrotada en los últimos tiempos) enseñan, anuncian, desvisten el horror para dar luz a una bocanada de esperanza.
Creo que este poema una vez leido y sentido, se nos hace imprescindible.

Ovación cerradísima y emocionada,

Hallie
Última edición por Hallie Hernández Alfaro el Lun, 10 Dic 2012 18:11, editado 1 vez en total.
Quinteño de Greda
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Mensaje sin leer por Quinteño de Greda »

Maravilloso poema Gerardo acabo de leer, anhelando muchas cosas.
La primera glosa me ha encantado.
Felicitaciones con un abrazo.
Guillermo Cumar.
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Registrado: Sab, 25 Jun 2011 17:21
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Mensaje sin leer por Guillermo Cumar. »

Qué magnífico poema, Geranrdo. El fondo estupendo y una
sensación rítmica en cada verso para que tu poema se merezca
un gran aplauso.

un abrazo
Cuanto más alto subes
más dura es la caída.
Pilar Morte
Mensajes: 29799
Registrado: Mié, 09 Abr 2008 10:21

re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Pilar Morte »

Magníficos versos que dejan al final un hilillo de esperanza. Un gusto leerte
Abrazos
Pilar
Gerardo Mont
Mensajes: 3014
Registrado: Vie, 15 Jul 2011 6:15
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Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Josefa A. Sánchez escribió:Esplendidos versos. Esperemos que ese amor resucitado nos redima. Un placer llevarme el cero.
Un abrazo.
Pepa

Muchas gracias poeta, por dejar tu amable huella en estos trazos. Abrazos que te lleguen sinceros.
"Para saber que sabemos lo que sabemos, y saber que no sabemos lo que no sabemos, hay que tener cierto conocimiento" (Nicolás Copérnico)
Ver es más que abrir los ojos y apuntar nuestras angustias. Es más que calibrar las agujas del pecho a la rutina.
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Julio Gonzalez Alonso
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Registrado: Vie, 23 Nov 2007 20:56
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Re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Julio Gonzalez Alonso »

Gerardo Mont escribió:Hay tantos árboles que lloran
y tantos hombres sin paraguas,
que harta ha de estar de lágrimas su tierra.
**


Hay tantas ceremonias en los ojos,
tantos clavos que repican en los pasos.
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–nuevas lenguas babilónicas–,
que mendigos del salario
–por debajo de los mínimos–
van pasando por las horas
encarnando epitafios repetidos
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**
Tantas tristezas penden de verdades que no cuajan,
como paisajes penden de las vallas comerciales
**
ese amor resucitado en los terceros días.


Recojo algunos de los versos de los muchos que en tu poema sobresalen con voz propia. Me ha parecido magnífico ese arranque de lluvias, paraguas, lágrimas y tierras anegadas. Todo el discurso es estupendo y el cuerpo del poema se sostiene robusto en sus estrofas. Enhorabuena, Gerardo.
Salud.
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Ramón Ataz
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re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Ramón Ataz »

Hay tantas ceremonias en los ojos,
tantos clavos que repican en los pasos.
Tantos credos transigiendo nuevas razas
–nuevas lenguas babilónicas–,
que mendigos del salario
–por debajo de los mínimos–
van pasando por las horas
encarnando epitafios repetidos
de este drama de final apresurado.

Y la gente va cayendo
desahuciada a la avenida
–desquicio de andamios y parales–…
porque en las calles aledañas
gritan niños congelados en los frízer
de esos soles que no asoman
su perfil esperanzado.


Fenomenal, Gerardo. En estas estrofas el poema alcanza un clímax de los que despiertan en el lector todas esas emociones que hacen de la poesía un arte sublime. Me encantó el poema en su conjunto, pero es que esas estrofas se llevan la palma.

Un abrazo.
Gerardo Mont
Mensajes: 3014
Registrado: Vie, 15 Jul 2011 6:15
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Re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Hallie Hernández Alfaro escribió:
Gerardo Mont escribió:Hay tantos árboles que lloran
y tantos hombres sin paraguas,
que harta ha de estar de lágrimas su tierra.

Hay tantos hombres subyugados
que harto ha de estar el miedo de sus miedos
y de aros la ecuanimidad de los cigarros,
como de rostros edulcorados el café,
cuando delira la desnudez de aquellos cuerpos,
que en las doncellas siempre encallan.

Hay tanta tristeza en las copas escarchadas,
en las componendas del camino,
en esos rumores del paisaje adoquinado
–tan lejano de tan cerca a los adioses–,
que el prudente cierra un ojo,
apuntando a la hora adelantada su desfé.

Y el hombre de vaho en las ventanas
desclava sus ramas aún devotas,
trazadas por los breves dedos de los nombres
que pasan por la calle,
violando los abismos entre la sed y el paso…

Y asalta las puertas del sueño,
que calla y acalla los miedos madurados,
despeñándose de heridas
en las zarpas de una luz que no sucede.

Hay tantas ceremonias en los ojos,
tantos clavos que repican en los pasos.
Tantos credos transigiendo nuevas razas
–nuevas lenguas babilónicas–,
que mendigos del salario
–por debajo de los mínimos–
van pasando por las horas
encarnando epitafios repetidos
de este drama de final apresurado.

Y la gente va cayendo
desahuciada a la avenida
–desquicio de andamios y parales–…
porque en las calles aledañas
gritan niños congelados en los frízer
de esos soles que no asoman
su perfil esperanzado.

Y las clámides del éter
van batiendo las nostalgias en el mármol de costumbre
y con las gubias incesantes de lo poco que les queda,
esos hombres arrumbados, van tallando sus retornos.

Tantas tristezas penden de verdades que no cuajan,
como paisajes penden de las vallas comerciales
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que al barrial del día solo caen sendas preguntas.

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el atajo antiguo,
la intrínseca respuesta…,
ese amor resucitado en los terceros días.





Hay obras perfectas, existen en un orden de belleza que ya calibrará el ente posterior que nos abrigue. Estamos ante una de ellas. Versos que trasmiten y resguardan, aceleran y encienden la razón humana (tan derrotada en los últimos tiempos) enseñan, anuncian, desvisten el horror para dar luz a una bocanada de esperanza.
Creo que este poema una vez leido y sentido, se nos hace imprescindible.

Ovación cerradísima y emocionada,

Hallie


Estimada Hallie, siempre es un honor contar con tu lectura y tus comentarios amables y motivadores, que mucho te agradezco. Ojalá logre decir, con mayor o menor grado de belleza -para mí no es lo primordial-, las cosas que veo, siento e interpreto, de una manera más o menos comprensible o sugerente. Un lujo contar con tu apoyo. Mis abrazos de amigo.
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Luis M
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Mensaje sin leer por Luis M »

Unos versos para leer y releer sin perder un solo detalle, un trabajo más que excelente, que refleja una triste y desolada realidad, ...bellísimo y de una extraordinaria calidad. Un lujo leerte, Gerardo. Un abrazo, amigo.
Gerardo Mont
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Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Quinteño de Greda escribió:Maravilloso poema Gerardo acabo de leer, anhelando muchas cosas.
La primera glosa me ha encantado.
Felicitaciones con un abrazo.

Muchas gracias estimado poeta por tu lectura y dejar tu amable huella en mis humildes trazos. Abrazos de amigo.
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Gerardo Mont
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Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Guillermo Cuesta escribió:Qué magnífico poema, Geranrdo. El fondo estupendo y una
sensación rítmica en cada verso para que tu poema se merezca
un gran aplauso.

un abrazo

Muchas gracias mi estimado poeta Guillermo, por tu lectura y tu amable comentario. Mis abrazos de amigo.
"Para saber que sabemos lo que sabemos, y saber que no sabemos lo que no sabemos, hay que tener cierto conocimiento" (Nicolás Copérnico)
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Gerardo Mont
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Re: re: Va de nuevo en los terceros días (LXII)

Mensaje sin leer por Gerardo Mont »

Pilar Morte escribió:Magníficos versos que dejan al final un hilillo de esperanza. Un gusto leerte
Abrazos
Pilar

Muchas gracias estimada poeta por tu huella siempre amable. Que tengas felices días. Abrazos de amigo.
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Angel Sarroca
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Mensaje sin leer por Angel Sarroca »

Gerardo,

Tu prolija explicación me ha ayudado a valorar el fondo del poema, que en ritmo y metáforas es muy intenso; Aplaudo el poema y la iniciativa de explicarlo para algunos, que como yo, no lo apreciaríamos adecuadamente sin esa explicación.

Saludos cordiales,

Ángel Sarroca.
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