Raval Blues

[Pablo Ibáñez]

Regresabas del borde del amor
al barrio terminal de sombra y carne,
sabías maniobrar en sudor fresco
así que macerasen
las últimas cavernas de tu cuerpo.

Moría sin olerte
yo,
tu fan descontrolado,
neurálgico en un nicho de silencio
cavado entre el aliento y la ventana.

Calimas desgajadas de la noche
trepaban los faroles,
hermético jardín de clase alta en que otro tiempo
desnuda enteramente anhelabas

la identidad: la droga primitiva;
aquella que olvidaste en el Raval,
la misma que te espera en el Raval
al borde de la calle.

La mía permanece rocosa y definida:
Babilonia la Grande es una virgen
al lado de mi alma.

[Vicente Santisteban]

Me ha gustado este poema, el ritmo el lenguaje. Enhorabuena, Pablo.

[Pilar Morte]

Me ha gustado pasar por tus versos porque los he disfrutado.
Abrazos
PIlar

[Andrés Caparrós]

Es un hermoso poema, un gusto haberlo leído, Pablo. Felicitaciones.
Un saludo.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Vicente, me alegro que te haya gustado. Muchas gracias por tu amable comentario.

[Pablo Ibáñez]

Pilar, siempre tan atenta. Me alegro que lo hayas disfrutado. Un abrazo, amiga.

[Pablo Ibáñez]

Andrés, gracias por tu comentario. Es para mí una satisfacción que lo consideres hermoso.

[Tristana del Solar]

Un bello poema bien escrito y muy melódico, un placer, Pablo.
Saludos.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Tristana. Te agradezco tu amable comentario.

[Isabel Moncayo]

"neurálgico en un nicho de silencio
cavado entre el aliento y la ventana"

"Calimas desgajadas de la noche"

Tendrás que perdonarme que rompa tu poema con estos versos que reseño, pero es que las imágenes que me reflejan siento un destemple enorme que me han conmovido especialmente.

Un placer pasar por tu Raval blues.

Un cordial saludo.

[Concha Vidal]

Poema que se lee con tranquilidad, fresco y sientiendo la música del Raval.
Un placer.

Saludos mediterráneos.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Isabel por tu atento comentario.

[Pablo Ibáñez]

Gracias Concha, es un honor que te haya gustado.

[Pablo Ibáñez]

Raval blues

[E. R. Aristy]

Regresabas del borde del amor
al barrio terminal de sombra y carne,
sabías maniobrar en sudor fresco
así que macerasen
las últimas cavernas de tu cuerpo.

Moría sin olerte
yo,
tu fan descontrolado,
neurálgico en un nicho de silencio
cavado entre el aliento y la ventana.

Calimas desgajadas de la noche
trepaban los faroles,
hermético jardín de clase alta en que otro tiempo
desnuda enteramente anhelabas

la identidad: la droga primitiva;
aquella que olvidaste en el Raval,
la misma que te espera en el Raval
al borde de la calle.

La mía permanece rocosa y definida:
Babilonia la Grande es una virgen
al lado de mi alma.

Que dicha encontrar tu poesia, Pablo. Un poema que suda sobre el sudario mismo del simbolismo y de las historias biblicas, pero no como historias, sino como referencias de valores psicologicos y meme, y su gran transformacion en el arte de tu poetica. ERA